Callejones minúsculos sin pavimento, y mucho menos alumbrado público, largas escaleras que por años permanecen sin mantenimiento y laderas que son una amenaza perniciosa que empeora en los meses de lluvia, afrontan cientos de familias de los sectores Pescadores, Sauce y Sembradores de la Amistad.
La modernidad de la ciudad no permea esas colonias asentadas en la ribera de la Laguna del Chairel, que a pesar de muchas decenas de antigüedad y miles de habitantes no ha sido dotada de infraestructura pública, necesaria para dignificar la vida de sus pobladores, señaló la señora Graciela Benítez.
El ama de casa que vive sobre la bajada Pueblo Viejo es prisionera de su casa, pues para salir a la calle debe recorrer más de 50 escalinatas, lo que a veces le resulta imposible, y lamenta que ningún gobierno voltea hacia la colonia, que necesita mucha obra pública.