La tecnología ha facilitado mucho nuestra vida, con el internet y los dispositivos móviles permite tener a la mano un mundo de información y de entretenimiento, pero la doble cara de la moneda es el uso desmedido de estos equipos y los efectos dañinos que están causando en la niñez, sobre todo en el área conductual, donde el uso excesivo de videojuegos, celulares y tabletas genera adicciones a los niños.
La psicóloga Brenda Rodríguez Zapata, especializada en el área conductual, refiere que los niños de ahora no conocen otra manera de entretenimiento, porque desde bebés sus padres les dan tabletas y celulares para tenerlos entretenidos, y de esta forma los bebés no tienen un desarrollo adecuado en el lenguaje, pero ya manejan un dispositivo electrónico.
“Se generan problemas sociales porque el niño no tiene buena comunicación y no está interesado en socializar con otros niños, porque está acostumbrado a estar aislado con el teléfono, genera problemas de la vista en ellos, ahora cada vez vemos más niños pequeños con lentes de goma, porque ya tienen problemas de la vista que antes no se veían”.
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Además, cada vez se registran problemas de atención, de fijar la mirada, y en lo social hay un desfase de niños que no interactúan acorde a su edad, son muy antisociales, derivado del uso de la tecnología, han mostrado que tienen un lenguaje muy pobre.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud 40 millones de niños menores de 5 años en el mundo tienen sobrepeso porque llevan una vida sedentaria, en la que no hacen deporte y se entretienen con pantallas de tabletas, videojuegos o celulares, la obesidad se ha multiplicado por diez entre niños de 5 a 16 años.
ARRANQUES DE IRA Y ANSIEDAD
“Vemos que su personalidad se ve afectada porque son niños muy retraídos, o viceversa, son niños explosivos porque si le quitas el dispositivo se enojan mucho”. Este uso constante de los dispositivos móviles les genera una intolerancia a la frustración, ya que se irritan ante el no, y no fomentan la paciencia, dijo. “Como la tecnología es algo muy rápido y en un segundo podemos entrar a ver aplicaciones y ver juegos los niños trasladan eso a la vida real y quieren que todo sea rápido, no tienen paciencia y muy poca tolerancia a la frustración”.
Explicó que ha atendido a madres de familia con hijos con problemas de adicción al celular, han tenido que esconder el cargador o el teléfono en la caja de cereal porque, si no, lo encuentra y lo usa, muchas veces no están con ellos todo el día porque trabajan y tienen que delegar la autoridad a otras personas y se dificulta controlar la conducta de jóvenes y niños.
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NO ES RECOMENDABLE DARLES TABLETAS O CELULARES DE REGALO
La especialista en terapia familiar señaló que no es recomendable regalar a los niños celulares ni tabletas a ninguna edad, sin embargo, reconoce que esta época es de conexión digital donde todo mundo está conectado.
Recomendó que el uso para los niños sea reducido, si los papás les permiten usar computadora, celular o tabletas que el uso sea de una hora u hora y media como máximo, ya que se hacen hábitos donde el niño pasa muchas horas en los dispositivos.
SUPERVISAR EL CONTENIDO QUE VEN NUESTROS HIJOS
Resaltó que son pocos los padres de familia que supervisan el contenido de lo que ven sus hijos en los dispositivos móviles.
“Tenemos casos de adolescentes y niños en pubertad que ven cosas inadecuadas para su edad, hay que vigilarlos, son pocos los que están al pendiente de lo que ven y el uso de videojuegos muy violentos, aunque vienen en inglés muchos niños ya saben qué significan las groserías en inglés, y es de donde sacan su vocabulario porque se normaliza en el juego y juegan cosas que no son para su edad, la violencia está presente en los videojuegos y hacer cosas como robar y matar, hay otras acciones que los niños juegan porque no hay una supervisión de lo que descargan en su teléfono”, señaló.
LAS REDES, UN RIESGO
Al tener un celular los niños tienen acceso a las redes sociales como TikTok y aplicaciones como YouTube, mencionó que hay niños que se mandan fotos y videos inadecuados y en algunas redes sociales se observan comportamientos y lenguaje que no son aptos para ellos.
“Niñas con cuerpos muy desarrollados haciendo videos muy sensuales, la gente cree que tienen 15 años y tienen 12 años, pero no son supervisados por sus padres, se supone que hay filtros para que no haya niños, pero son aplicaciones para adultos y no para niños”.
RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES DE FAMILIA
La experta refirió que lo principal que pueden hacer es que a niños menores de 3 años no se les dé un dispositivo móvil, porque están en desarrollo y se ven afectados; ya que generen ciertas habilidades, ya más grandes, el uso con tiempo reducido con supervisión y viendo que no afecte su educación, porque si no siguen reglas ni obedecen es como premiarles estas conductas, y ya más grandes tener límite de horarios y qué tipo de cosas pueden ver, el uso debe ser restringido y que no haya privacidad. “Ya que el celular papá y mamá lo compraron entonces pueden verlo a la hora que quieran y ver qué hacen y que no haya algo que les afecte, porque todavía no están en edad de tomar decisiones”.
Ya al quitarles el entretenimiento ellos buscan en qué divertirse y buscan juegos que tengan que ver con instrucciones, juguetes didácticos y generar pautas y mejorar la motricidad y el lenguaje, pero darle un dispositivo evita que el niño se entretenga con cosas que regularmente hacían los niños de otros tiempos, como salir a jugar y compartir con sus hermanos, hacer deporte, que no se dan si los niños solo están en su cuarto, aparte los vínculos fraternos se ven afectados porque no conviven y más adelante hay conflictos.
“Esta generación es de niños muy pasivos y no les llaman la atención los deportes ni las actividades al aire libre, depende de que los padres les fomenten hábitos más saludables y que no le den la opción al niño, porque él no decide sino los padres. Si un familiar le regala una tableta los padres deben decidir si la usará y hay que cuidar mucho la educación si van a permitir el uso de la tecnología", finalizó diciendo la psicóloga Brenda Rodríguez.
