/ miércoles 4 de noviembre de 2020

Lo amargo de la industria azucarera

La producción en la zona norte de Veracruz tiene gran historia, pero también enfrenta retos ante una realidad cada vez más compleja

Hablar de la zona norte de Veracruz es hacer referencia de una productividad agropecuaria de gran importancia, tanto para la entidad como para el país en general y pese al azote de la sequía, la indiferencia gubernamental para invertir en obras que eleven su competitividad y la reducción de apoyos al campo esta región mantiene su dinamismo.

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En este contexto resalta la producción de caña de azúcar, una de las actividades agroindustriales que se realiza con mayor proporción en esta zona en la que, de acuerdo con datos generales emanados de las organizaciones de productores de caña de azúcar, se han llegado a moler más de 2 millones de toneladas de la gramínea, para una productividad superior a las 200 mil toneladas de azúcar tan solo en el ingenio de Pánuco del Grupo Pantaleón, trasnacional que ahora maneja esta factoría.

Los números cambian constantemente, según las condiciones climáticas que impactan en la cosecha e industrialización de la caña, ya que una buena zafra pasa por el temporal climático que otorga condiciones de cosecha sin restricciones ni inconvenientes.

Para Manuel Gómez Galero, productor cañero de Pánuco, las necesidades de apoyo para mejorar las cosechas, así como la mejora de precios y ampliación de mercados son parte de las necesidades imperantes que enfrenta el sector y que a la fecha no se han atendido.

“Somos una industria de la que dependen cientos o miles de familias y pese a eso son muy pocos los incentivos que tenemos, se requiere aumentar los esfuerzos para lograr levantar la siembra de caña y la producción de azúcar”, refirió.

Foto: Gustavo García | El Sol de Tampico

En la industria azucarera de esta región del país participan más de 3 mil productores de caña, al menos 2 mil cortadores y más de 900 trabajadores obreros de la factoría que logran el milagro de la conversión de la miel de caña a los gránulos dulces que se expenden en los centros comerciales de todo el país y el extranjero.

A estos se le suman los empleos indirectos, desde los generados a operadores de maquinaria, camioneros en el trasporte de la caña y otros miles de trabajos que tienen que ver con esta actividad.

PÁNUCO Y SU HISTORIA AZUCARERA

La historía de Pánuco con el azúcar se remonta a 1964, cuando se instaló el ingenio Zapoapita, procedente de la zona de Fortín de las Flores en el estado de Veracruz, el traslado de la maquinaria y su instalación aparentemente duró más de un año, según registros.

Su inicio se encontró con fertilidad en las tierras para la siembra y cosecha, para lo que la primera carga de caña de azúcar a molienda fue entregada por el productor Eduardo Aparicio Villalobos, uno de los pioneros de esta actividad agrícola, que ya se daba de manera rústica con los llamados trapiches para la extracción de mieles que luego era convertida en la panela o piloncillo.

Foto: Gustavo García | El Sol de Tampico

En esta misma historia se debe considerar que el ingenio fue parte del llamado Consorcio Machado, propietarios de origen cubano que trajeron desde esa región caribeña las técnicas aplicadas allá, luego se convirtió en Grupo Margarita y en el año 2001, fue uno de los ingenios expropiados por el gobierno federal.

Entre los retos en los que está inmersa la productividad azucarera es sin lugar a dudas el seguir siendo el pilar de la economía de la región, pues se trata de la necesidad de empleo seguro de miles de personas, familias completas que dependen de los seis meses de zafra que se desarrollan entre los meses de diciembre a junio, y que dan la derrama económica que mantiene a casi el 50% de las familias durante todo el año.

La realidad del azúcar es una situación de preocupación, los mercados internacionales que rigen los precios del endulzante dan como consecuencia que el precio a pagar por tonelada a los agricultores esté siendo vulnerado.

De igual manera las restricciones del consumo de azúcares como medidas preventivas de salud para reducir riesgos de enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad genera un impacto directo en esta industria que vive días amargos.

Sin duda esta industria pasa hoy un trago amargo por el impacto climático, los elevados costos de siembra y zafra, así como la falta de apoyos oficiales, lo que pone en riesgo el sustento de miles de hogares de esta zona huasteca.



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En este contexto resalta la producción de caña de azúcar, una de las actividades agroindustriales que se realiza con mayor proporción en esta zona en la que, de acuerdo con datos generales emanados de las organizaciones de productores de caña de azúcar, se han llegado a moler más de 2 millones de toneladas de la gramínea, para una productividad superior a las 200 mil toneladas de azúcar tan solo en el ingenio de Pánuco del Grupo Pantaleón, trasnacional que ahora maneja esta factoría.

Los números cambian constantemente, según las condiciones climáticas que impactan en la cosecha e industrialización de la caña, ya que una buena zafra pasa por el temporal climático que otorga condiciones de cosecha sin restricciones ni inconvenientes.

Para Manuel Gómez Galero, productor cañero de Pánuco, las necesidades de apoyo para mejorar las cosechas, así como la mejora de precios y ampliación de mercados son parte de las necesidades imperantes que enfrenta el sector y que a la fecha no se han atendido.

“Somos una industria de la que dependen cientos o miles de familias y pese a eso son muy pocos los incentivos que tenemos, se requiere aumentar los esfuerzos para lograr levantar la siembra de caña y la producción de azúcar”, refirió.

Foto: Gustavo García | El Sol de Tampico

En la industria azucarera de esta región del país participan más de 3 mil productores de caña, al menos 2 mil cortadores y más de 900 trabajadores obreros de la factoría que logran el milagro de la conversión de la miel de caña a los gránulos dulces que se expenden en los centros comerciales de todo el país y el extranjero.

A estos se le suman los empleos indirectos, desde los generados a operadores de maquinaria, camioneros en el trasporte de la caña y otros miles de trabajos que tienen que ver con esta actividad.

PÁNUCO Y SU HISTORIA AZUCARERA

La historía de Pánuco con el azúcar se remonta a 1964, cuando se instaló el ingenio Zapoapita, procedente de la zona de Fortín de las Flores en el estado de Veracruz, el traslado de la maquinaria y su instalación aparentemente duró más de un año, según registros.

Su inicio se encontró con fertilidad en las tierras para la siembra y cosecha, para lo que la primera carga de caña de azúcar a molienda fue entregada por el productor Eduardo Aparicio Villalobos, uno de los pioneros de esta actividad agrícola, que ya se daba de manera rústica con los llamados trapiches para la extracción de mieles que luego era convertida en la panela o piloncillo.

Foto: Gustavo García | El Sol de Tampico

En esta misma historia se debe considerar que el ingenio fue parte del llamado Consorcio Machado, propietarios de origen cubano que trajeron desde esa región caribeña las técnicas aplicadas allá, luego se convirtió en Grupo Margarita y en el año 2001, fue uno de los ingenios expropiados por el gobierno federal.

Entre los retos en los que está inmersa la productividad azucarera es sin lugar a dudas el seguir siendo el pilar de la economía de la región, pues se trata de la necesidad de empleo seguro de miles de personas, familias completas que dependen de los seis meses de zafra que se desarrollan entre los meses de diciembre a junio, y que dan la derrama económica que mantiene a casi el 50% de las familias durante todo el año.

La realidad del azúcar es una situación de preocupación, los mercados internacionales que rigen los precios del endulzante dan como consecuencia que el precio a pagar por tonelada a los agricultores esté siendo vulnerado.

De igual manera las restricciones del consumo de azúcares como medidas preventivas de salud para reducir riesgos de enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad genera un impacto directo en esta industria que vive días amargos.

Sin duda esta industria pasa hoy un trago amargo por el impacto climático, los elevados costos de siembra y zafra, así como la falta de apoyos oficiales, lo que pone en riesgo el sustento de miles de hogares de esta zona huasteca.



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