El tsunami causado en la economía internacional por la pandemia aceleró el cambio en los modelos productivos del mundo, lo que no ha excluido a nuestro país; hoy la Mentefactura encamina el florecimiento de una nueva revolución industrial en la manera de producir, vender y prestar servicios.
Con un universo hipercomunicado, la evolución de la innovación, la tecnología y el uso más que nunca del talento del capital humano, muchas cosas podrían cambiar en la cadena productiva rompiendo paradigmas, al transitar de los sistemas tradicionales de la manufactura hacia la tendencia de la Mentefactura, resalta la consultora Yazmín Santiago Barrios.
CAPACIDAD CREATIVA
Definida la Mentefactura como un nuevo modelo que destaca la capacidad de idear, pensar e interactuar en los trabajos, haciendo de lado la automatización de procesos en las fábricas o talleres, es claro que vivimos una época de grandes transformaciones y las nuevas generaciones demandan otros esquemas laborales y productivos, que dejarán fuera a las empresas que se resistan a este cambio.
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No se trata de algo nuevo, pues es algo que desde hace nueve años está presente en la vida productiva de países europeos pero ahora ya se dispersa en México, en particular en parques industriales automotrices de Guanajuato, San Luis Potosí y Querétaro o aeroespaciales de Yucatán, agrega la también vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE) en el sur de Tamaulipas.
RENOVARSE O MORIR
Sin embargo, fue el confinamiento social obligado por el Covid-19 el que está obligando al uso de esta práctica que ya se aplica en pequeña escala en el negocio de alimentos locales, donde los dueños y sus colaboradores hicieron uso de pensamientos innovadores, herramientas como la tecnología y las redes sociales para mantener vivos sus negocios y atender las necesidades de consumo.
Así, resalta, hoy más que nunca las empresas de todos tamaños están obligadas a incursionar en esta tendencia, a través de la capacitación e incorporación de nuevas tecnologías y cambiar la forma de hacer las cosas.
Las generaciones jóvenes demandan oportunidades laborales no tradicionales y esta es la oportunidad para que incorporen en su desempeño ideas innovadoras, hacer productos de más valor, generadores de mayor impacto económico como social.
TODAVÍA NO LLEGA A TAMAULIPAS
José Enrique Ramos Rivera, vicepresidente noreste de Canacintra, coincide en que la contingencia sanitaria es la que empujó el uso de este modelo productivo, que ya adquiere un “boom” en empresas de alta tecnología instaladas en el centro del país, pero todavia es muy escasa en Tamaulipas, donde apenas incursiona en algunas manufacturas de la región fronteriza.
No obstante, reconoce que hay un segmento o nicho muy amplio para la mentefactura, pero al aparato productivo le llevará más tiempo aplicarlo, porque los procesos productivos todavía no dan para eso.
“Nosotros acá en Tamaulipas tenemos procesos que ya están definidos de inicio, pero el sector de la transformación sí tiene interés en adaptarse a los cambios que hoy son una necesidad y queremos apuntar para allá, porque mejoran la calidad de vida de los trabajadores, el entorno social y, por supuesto, elevan la capacidad productiva de los negocios”, dijo.
Considera que ahora debe ser el pan de cada día y la industria necesita invertir, capacitarse, dejar el modelo convencional, utilizando la creatividad y el talento de los colaboradores para incursionar en esa metamorfosis y reducir el riesgo de desaparecer.
Para Jorge Reyes Cruz, vicepresidente de Canaco y experto en mercadotecnia, destaca que las empresas mexicanas ya están utilizando este modelo de trabajo, son las que hacen uso o invierten en innovación, logística y cambian sus productos para conquistar los mercados.
¿POR QUÉ LAS EMPRESAS NO QUIEREN APOSTARLE?
La reticencia en algunas empresas para entrarle al tema se debe principalmente a la necesidad de invertir en tecnología, además que los micro, pequeños y medianos empresarios reclaman frutos a corto plazo porque no tienen recursos para esperar, aunque los resultados de largo plazo pueden ser de mayor éxito.
Para desarrollar esa economía, dice Reyes Cruz, es esencial que los gobiernos fortalezcan los programas y presupuestos existentes en ciencia, tecnología, adiestramiento e innovación, tal como lo hacen Corea, China o Alemania, y convertirse en aliados de los empresarios o emprendedores.
Resalta que el uso de la Mentefactura dará más oportunidades de éxito a los negocios nacientes, en especial a los micro, pequeños y medianos, porque la creatividad, la capacidad de resolver problemas y la interacción estarán por delante, pero se necesita entender y aplicar ese concepto que acompaña al renacimiento industrial y empresarial.
Las empresas mexicanas actualmente destinan únicamente 2% de sus ingresos anuales a capacitación de su personal e innovación tecnológica para mejorar sus procesos de producción.
La Mentefactura hoy es una realidad, poco a poco toma forma y refuerza el paso, en un camino que, sin duda, será de adaptación pero que generará lo que ya es considerado la re-evolución industrial.