La pizza es una de las comidas rápidas más populares, ya que este platillo elaborado con una base de harina, tomate y queso puede satisfacer cualquier apetito. Además, se puede compartir con amigos y familia, y así pasar un rato agradable juntos. Ahora imagina una pizzería que no busca cubrir un antojo, sino hacer de ella una experiencia de lujo.
UNAS PIZZAS DIFERENTES
Eso es lo que se ha propuesto Pizza Drive, un food truck de Matamoros que se ha vuelto popular por sus rebanadas que, aseguran, son las que llevan más queso de toda la ciudad. Ahora han causado mucha expectativa en redes sociales, al anunciar una extravagante y reluciente pizza cubierta con hojuelas de oro de 24 quilates comestibles.
La publicación donde anuncian la Pizza Drive 24K no ha pasado desapercibida entre los amantes de este platillo italiano, y ya genera dudas sobre el precio y sobre su sabor. También los internautas han dejado graciosas dudas como “¿la podré llevar a una casa de empeño?” o “¿aceptas terrenos?”.
Personal de Pizza Drive comunicó a EL SOL DE TAMPICO que todavía no puede adelantar mucho sobre esta exótica y dorada pizza que agregan a su menú, pero que solo será una cuestión de días para que se ponga en venta. Tampoco pueden decir el precio de cada rebanada, pero adelantan que habrá que tomarlo “como un lujo”.
Esta pizzería que abrió en julio pasado, y lleva como lema “una rebanada corta el hambre”, busca posicionarse como una opción distinta en Matamoros. Afirman que desean elaborar pizzas que provoquen que las personas hablen de ellas. Anteriormente incursionaron en una pizza hecha con pepinillos. Su pizza de oro sería, hasta el momento, única en el estado.
LA PIZZA MÁS CARA DEL MUNDO
En Nueva York es donde se tiene registro de la pizza más costosa del mundo. Es una creación del chef Braulio Bunnay y se ofrece en el restaurante Industry Kitchen. Lleva caviar, trufas, y hojas de oro de 24 quilates sobre una masa preparada con tinta de calamar. Cada rebanada se ofrece en 250 dólares, es decir, cerca de mil pesos por el antojo.
