Alrededor del mundo han surgido diversas manifestaciones contra las vacunas, las cuales sin mostrar algún sustento científico comprobado aseguran que la inoculación contra diversos virus puede generar riesgos e incluso la muerte.

Estos han dado paso a los llamados movimientos antivacunas, los cuales tuvieron su origen en 1994 en los Estados Unidos, mismo que se reforzó en 1998 por un tratado generado en Gran Bretaña sobre un supuesto efecto nocivo de la vacuna Triple Viral, donde se aseguraba podría provocar autismo.

Estas posturas con gran facilidad se extendieron por otros países del orbe, aun cuando en el año 2004 se echó abajo debido a que no tenía los sustentos científicos contrario a los resultados dados por las vacunas.

Pese a ello el planteamiento se ha mantenido y en algunos países, incluido México, se siguen presentando algunas personas que aseguran ser integrantes del movimiento “antivacunas”, negándose a que ellos o sus hijos sean inoculados.

“No es fuerte aún el impacto, pero sí hay grupos de mamás y papás que toman la decisión de no vacunar a su bebés por algunas complicaciones que puedan tener y no se documentan adecuadamente con un profesional”, dijo el pediatra Ramón Gómez Escalante.

El especialista consideró que “lo ideal es que se acerquen con un profesional y podamos decirle cuáles son los riesgos y beneficios. Aunque los riesgos que se pueden tener son considerablemente muy pocos en comparación con beneficios que se tienen”.

En algunos casos se trata de alergias por algunas vacunas que tienen proteína de huevo “por lo que niños que son alérgicos al huevo pueden llegar a tener reacciones a las vacunas, por lo tanto ahí se recomienda mejor no vacunarlos”.

Pero por lo general las manifestaciones que traen consigo la vacunación son reacciones inflamatorias, fiebres, alergias menores e inflamación de sistema nervioso periférico, como extremidades, pero los casos no alcanzan ni el 0.5%.

“No hay sustento para el movimiento antivacunas, en cambio hay grandes complicaciones cuando no se vacunan”, refirió el médico, quien llamó a los padres de familia a “que se informen, documentarse antes de tomar unas postura con expertos o escritos especializados con respaldo médico internacional y ahí tomar una decisión”.

En muchas ocasiones la determinación de los contrarios a la vacunación se da “no porque hayan tenido alguna mala experiencia o estén ligadas a una mala situación, sino porque escuchan que hay un movimiento antivacunas y eso les fomenta la apatía”.

México, contrario a otros países, tiene un esquema de vacunación gratuita que da seguimiento por medio de una cartilla de vacunación, donde en los últimos años se han registrado casos de personas que se niegan a seguirla o cumplirla.

Esta situación ha generado que en países como Estados Unidos el año pasado se haya suscitado un brote de sarampión, lo que por fortuna no ha ocurrido en nuestro país debido a la inoculación oportuna y apropiada.

Sin duda el surgimiento de nuevas enfermedades, como el reciente coronavirus, que ha tenido presencia en diversos países, llama a establecer un mejor control de las enfermedades y hasta el momento la vacunación ha sido la mejor opción.

“Todos los pediatras estamos en contra de esa situación, no conozco a ninguno a favor del movimiento antivacunas, ya que sabemos de los beneficios de prevenir enfermedades con la aplicación de este sencillo método”, refirió el especialista en salud infantil.