El presidente Andrés Manuel López Obrador compartió en sus redes sociales la tarde del pasado viernes 24 un mensaje navideño.
“Hoy a media noche, hace más de dos mil años, nació Jesús Cristo, y muchos, aún librepensadores y de otras religiones, lo reconocen por su amor a los pobres y olvidados”, escribió el mandatario. A lo que añadió una cita de Gandhi alusiva a Jesús y concluyó: “Sigamos su ejemplo. Felicidades”.
A su texto lo acompañaba una pintura donde se ve a un hombre muy delgado sosteniendo una hacha enorme mientras derriba un cruz de color blanco. A un lado se ven la ruinas de un templo así como libros en llamas. “La pintura es de Orozco y tiene su historia. Indaga”. Y aquí te contamos esa historia.
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UNO DE LOS TRES GRANDES
La obra es una pintura de José Clemente Orozco, artista mexicano, nacido en Jalisco. Junto a Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, integró el movimiento muralista mexicano, que elaboró obras de gran formato en los muros de edificios públicos, con la finalidad de que toda la gente pudiera verlos, sin la necesidad de asistir a un museo u otro recinto especial.
Al ser una iniciativa surgida del gobierno de Álvaro Obregón una vez finalizada la Revolución Mexicana, estas obras buscaban generar un sentimiento de identidad nacional a la vez que mostrar la historia del país. Por lo que muchas de ellas, además de que con imágenes “cuentan” algo, contienen un fuerte contenido ideológico.
Aunque de los tres era el menos político, Orozco imprimió a sus obras una aguda crítica social, se interesó en reflejar mucho de la condición humana, la violencia, el dolor y la injusticia. Su calidad artística lo llevó a ser invitado a pintar en Estados Unidos.
“TRISTE PERO NO VACILANTE”
La pintura que López Obrador compartió se llama “Cristo destruye su cruz”, y fue realizada en 1943. Cabe decir que Orozco años atrás, ya había representado ese tema, aunque de todas ellas, esta es la versión más sombría y agresiva.
El escritor y crítico de arte Luis Cardoza y Aragón llegó a decir de la pintura que se trata de un “Cristo desencajado, tristísimo y cadavérico, pero no vacilante”. Y lo describe como uno “harto de todo y resuelto a todo”.
En su libro “Orozco”, el autor reflexiona sobre la obra a través de una serie de preguntas para que los espectadores tengan su propia conclusión respecto a ella: “¿Qué se libra de los hachazos sobre el leño que la humanidad se apoyó? ¿Del leño con que la humanidad ha crucificado a la humanidad en su nombre? Se rebela también contra el Padre, puesto que se rebela totalmente contra su destino”.
“Cristo destruye su cruz” de José Clemente Orozco es un óleo sobre tela, de 130 por 167 cm, actualmente pertenece al acervo del Museo Carrillo Gil, de la Ciudad de México.