Casi 51 años después de haber sido rescatado de la muerte en las montañas de Los Andes, José Luis Inciarte o como cariñosamente le llamaban sus amigos “Coche”, murió durante las primeras horas de este 27 de julio.
Un 13 de octubre de 1972, 45 pasajeros uruguayos cayeron en esta cordillera, los sobrevivientes hicieron un pacto; en caso de su muerte los cuerpos serían usados como alimento, antropofagia que lo que los mantuvo con vida luego de que las autoridades los dieran por muertos.
Tres de ellos partieron una mañana con el más rudimentario equipo y la más grande responsabilidad, salir de ahí para buscar ayuda, 10 días después, el 22 de diciembre de 1972, los rescataron, había 16 vivos, Coche estaba entre ellos.
P: A 50 años del rescate, ¿Cómo siente el tiempo, ha pasado muy rápido o lento?
R: Hay recuerdos tan vívidos al día de entonces. Todo se vuelve a juntar y parece que es poco tiempo pero han pasado muchos años y no estoy seguro de saber qué fue lo que pasó. Sí sé que he vivido 50 años más. que me casé, que tuve hijos, nietos y que la vida me ha sonreído como no le sonrió a esos muchachos que no volvieron de la montaña, por eso es una mezcla de tragedia y de milagro porque sobrevivieron, no uno, no dos, sobrevivieron 16. Nadie espera que la cordillera de Los Andes te devuelva gente viva.
P: ¿Es posible regresar a la montaña ?
R: No, fui 7 veces y ninguno de nuestros amigos va ir, no estoy en edad de subirme a un caballo y andar horas de un lado para el otro en la montaña esa. La cicatriz más dolorosa no es la que me quedó en el tobillo, la peor fue la incertidumbre de esos 72 días, me sigue abrumando cómo aguantamos. La única certeza que teníamos era que estábamos tirados en el fondo de una gran olla de nieve donde el ser humano no podría vivir, sin embargo, amanecíamos y anochecíamos.
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P: ¿Actualmente el tema de haberse alimentado de los cuerpos para sobrevivir se aborda desde una forma distinta?
R: Sí señora, al principio el gran gancho era la antropofagia porque caníbales no fuimos, no matamos para comer, comimos cuerpos ya muertos. Fue verdad, lo tuvimos que hacer después de honrar un pacto, teníamos que honrar la vida y nadie quería morirse a los 20 años.
Estos 50 años hemos madurado con la experiencia vivida, tengo 74 años. Creo que la sociedad ha perdido todo lo que hemos querido transmitir con charlas películas, que son los grandes valores del hombre; la sociedad esta fragmentada, tiene una grieta entre unos y otros.
P: ¿Coche, tiene alguna canción que represente su vida?
R: Sí, “My Way” por Frank Sinatra. Las cosas las hice a mi manera, pude contenerme y contener a los demás cuando entraban en desesperación, cuando entraban a enloquecerse y tenían miedo de que ese enloquecimiento fuera general, contagioso y pude contenerlos, “A mi manera”.
Ya llegará el momento que me corresponda -partir- , irme con mis padres, con mis amigos, donde están ellos, en un lugar que es un paraíso de paz y felicidad , ahí me iré el día que me toque; por ahora tengo tiempo de disfrutar de mis familia, de mis amigos, de mi esposa, el jueves tenemos un asado en lo de Carlitos Paez.
P: ¿Qué es lo que nos ha faltado por preguntarle?
R: ¿Qué debieras preguntarme que no lo han hecho?, ¿Cómo se vive después de 50 años de haber padecido aquello? Yo te digo que se vive, que la vida es hermosa, que la vida es un regalo, acéptala y que la vida es vida, cuídala, esas son palabras de Sor Teresa de Calcuta que tengo impresas como una marca de fuego en el alma. Vívela y defiéndela, como lo hicimos y como habrá que hacerlo siempre.
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Coche, que con su partida se convirtió en el segundo sobreviviente de los Andes en morir después de Javier Methol, concluyó que la fuerza está en la mente del ser humano y que la esperanza es lo que nunca se debe perder.