/ jueves 13 de mayo de 2021

Acontecer político | Bienvenido al debate

Está más que claro que las relaciones entre el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y la mayoría de los medios de comunicación, muchos periodistas y conductores de noticieros es tan tensa que no hay puntos de entendimiento. Es una guerra frontal que, sin embargo, abre espacios para que los lectores y las audiencias formen su propio criterio.

En sus “mañaneras”, el jefe del Ejecutivo federal les tunde a algunos comentaristas críticos a los que considera voceros del viejo sistema del cual eran beneficiarios e incluso se han publicado cifras del dinero que supuestamente recibían de los gobiernos anteriores. Y los va tocando uno por uno y hasta con sus nombres.

Y los comunicadores en cuestión día tras día le dan a su vez al presidente hasta por debajo de la lengua. Le tildan “destructor de México”, de coartar la libertad de expresión y hasta magnifican que el auto que usualmente utiliza se pasó un semáforo en rojo, sin comprobar que él iba como pasajero.

Esto, lejos de representar una limitante para la expresión de opiniones, constituye un escenario en el que cada quien defiende lo que considera su verdad, sin que ninguna de las partes pueda lamentarse de que estén impedidos para hacerlo.

Durante décadas, la consigna en el medio periodístico era “no hay que meterse con el presidente, ni con el secretario de Gobernación, ni con el Ejército”, lo que equivalía a una mordaza que nadie en el gremio podía quitarse so pena de recibir represalias a veces no muy pacíficas.

Cuando JOSÉ LÓPEZ PORTILLO sintió que un sector de la prensa no se estaba acomodando a su manera de actuar, inmediatamente les lanzó la advertencia “no les pago para que me ataquen”.

Pero dentro de la dinámica social, los medios de comunicación masiva, a la luz de las alternancias políticas en el gobierno de la República, han ido soltando amarras para convertirse en entes libres de emitir opiniones que antes ni siquiera era imaginable.

Qué bueno, porque en una democracia como la que pretendemos los mexicanos no tienen cabida los bozales, dicho en forma coloquial. Ningún periodista puede ser coartado en su derecho a la libertad de expresión, cosa que, a juzgar por los muchos contenidos editoriales, no está sucediendo.

Pero la facultad de réplica igualmente está ya consagrada en nuestras leyes. El presidente está en todo su derecho a defenderse de los señalamientos que considere infundados. Eso a nadie debe sorprenderle. Ojalá ese intercambio de opiniones encontradas siempre hubiera existido en el país. Muchos males se hubieran evitado.

Pero a la par de los inconformes, también hay plumas respetables que difieren de la crítica hacia el actual gobierno, en un sano equilibrio que enriquece y dignifica el oficio dentro de una diversidad que le es propia.

El debate legítimo entre comunicadores y autoridades de todas las instancias, por más agrio que parezca, resulta saludable ante una opinión pública que será, en última instancia, la que tome sus propias conclusiones. Pero lo más importante es que ya no hay ataduras para que ninguna figura pública resulte intocable como ocurrió durante muchos años.

Pasando a otro tema, no cabe duda de que cuando un órgano de gobierno, sea del nivel que sea actúa con eficacia, independientemente del partido al que pertenezca, recibe el reconocimiento de la sociedad a la que le tocó servir.

Ese es el caso del alcalde de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION, que llegó al cargo bajo la bandera del Movimiento de Regeneración Nacional en tiempos en que la “ola azul” se llevó la mayoría de los cargos de elección popular que estaban en juego en Tamaulipas.

Dentro de la comprensible batalla política ha sido blanco de ataques e incluso en alguna ocasión se le trató de asociar a abusos cometidos por agentes de Tránsito y hasta se habló de que podría ser enjuiciado.

Pero dentro de las calificaciones generales sobre los jefes edilicios del país, siempre ha estado en los primeros lugares de aceptación y figura como el mejor presidente municipal de los emanados de MORENA. Ello explica por qué los sondeos recientes le conceden amplia ventaja sobre sus competidores en la actual campaña.

Y para confirmar el dicho, otro alcalde, pero de Acción Nacional, igualmente está cosechando el fruto de su exitoso trabajo y casi nadie duda de que será reelecto. Se trata de JESÚS NADER NASRALLAH, quien ha hecho que Tampico brille. CHUCHO ha cambiado radicalmente la fisonomía de la ciudad, convirtiéndola en una urbe moderna que ratifica su condición de capital de las huastecas. Lo más seguro es que seguirá despachando en la casona de la calle Colón por tres años más.

Aguas, porque las cifras ya nos están advirtiendo que los contagios de Covid-19 en el estado están repuntando y que en el sur de Tamaulipas en un solo día hubo una cifra de casos positivos como no había ocurrido en meses. Pero lamentablemente para la generalidad de la población parece ser un problema del pasado, máxime cuando muchos ya recibieron las primeras dosis de la vacuna. No hay que bajar la guardia, porque una eventual aflicción familiar sigue estando latente.

raulpazos45@gmail.com

Está más que claro que las relaciones entre el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR y la mayoría de los medios de comunicación, muchos periodistas y conductores de noticieros es tan tensa que no hay puntos de entendimiento. Es una guerra frontal que, sin embargo, abre espacios para que los lectores y las audiencias formen su propio criterio.

En sus “mañaneras”, el jefe del Ejecutivo federal les tunde a algunos comentaristas críticos a los que considera voceros del viejo sistema del cual eran beneficiarios e incluso se han publicado cifras del dinero que supuestamente recibían de los gobiernos anteriores. Y los va tocando uno por uno y hasta con sus nombres.

Y los comunicadores en cuestión día tras día le dan a su vez al presidente hasta por debajo de la lengua. Le tildan “destructor de México”, de coartar la libertad de expresión y hasta magnifican que el auto que usualmente utiliza se pasó un semáforo en rojo, sin comprobar que él iba como pasajero.

Esto, lejos de representar una limitante para la expresión de opiniones, constituye un escenario en el que cada quien defiende lo que considera su verdad, sin que ninguna de las partes pueda lamentarse de que estén impedidos para hacerlo.

Durante décadas, la consigna en el medio periodístico era “no hay que meterse con el presidente, ni con el secretario de Gobernación, ni con el Ejército”, lo que equivalía a una mordaza que nadie en el gremio podía quitarse so pena de recibir represalias a veces no muy pacíficas.

Cuando JOSÉ LÓPEZ PORTILLO sintió que un sector de la prensa no se estaba acomodando a su manera de actuar, inmediatamente les lanzó la advertencia “no les pago para que me ataquen”.

Pero dentro de la dinámica social, los medios de comunicación masiva, a la luz de las alternancias políticas en el gobierno de la República, han ido soltando amarras para convertirse en entes libres de emitir opiniones que antes ni siquiera era imaginable.

Qué bueno, porque en una democracia como la que pretendemos los mexicanos no tienen cabida los bozales, dicho en forma coloquial. Ningún periodista puede ser coartado en su derecho a la libertad de expresión, cosa que, a juzgar por los muchos contenidos editoriales, no está sucediendo.

Pero la facultad de réplica igualmente está ya consagrada en nuestras leyes. El presidente está en todo su derecho a defenderse de los señalamientos que considere infundados. Eso a nadie debe sorprenderle. Ojalá ese intercambio de opiniones encontradas siempre hubiera existido en el país. Muchos males se hubieran evitado.

Pero a la par de los inconformes, también hay plumas respetables que difieren de la crítica hacia el actual gobierno, en un sano equilibrio que enriquece y dignifica el oficio dentro de una diversidad que le es propia.

El debate legítimo entre comunicadores y autoridades de todas las instancias, por más agrio que parezca, resulta saludable ante una opinión pública que será, en última instancia, la que tome sus propias conclusiones. Pero lo más importante es que ya no hay ataduras para que ninguna figura pública resulte intocable como ocurrió durante muchos años.

Pasando a otro tema, no cabe duda de que cuando un órgano de gobierno, sea del nivel que sea actúa con eficacia, independientemente del partido al que pertenezca, recibe el reconocimiento de la sociedad a la que le tocó servir.

Ese es el caso del alcalde de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION, que llegó al cargo bajo la bandera del Movimiento de Regeneración Nacional en tiempos en que la “ola azul” se llevó la mayoría de los cargos de elección popular que estaban en juego en Tamaulipas.

Dentro de la comprensible batalla política ha sido blanco de ataques e incluso en alguna ocasión se le trató de asociar a abusos cometidos por agentes de Tránsito y hasta se habló de que podría ser enjuiciado.

Pero dentro de las calificaciones generales sobre los jefes edilicios del país, siempre ha estado en los primeros lugares de aceptación y figura como el mejor presidente municipal de los emanados de MORENA. Ello explica por qué los sondeos recientes le conceden amplia ventaja sobre sus competidores en la actual campaña.

Y para confirmar el dicho, otro alcalde, pero de Acción Nacional, igualmente está cosechando el fruto de su exitoso trabajo y casi nadie duda de que será reelecto. Se trata de JESÚS NADER NASRALLAH, quien ha hecho que Tampico brille. CHUCHO ha cambiado radicalmente la fisonomía de la ciudad, convirtiéndola en una urbe moderna que ratifica su condición de capital de las huastecas. Lo más seguro es que seguirá despachando en la casona de la calle Colón por tres años más.

Aguas, porque las cifras ya nos están advirtiendo que los contagios de Covid-19 en el estado están repuntando y que en el sur de Tamaulipas en un solo día hubo una cifra de casos positivos como no había ocurrido en meses. Pero lamentablemente para la generalidad de la población parece ser un problema del pasado, máxime cuando muchos ya recibieron las primeras dosis de la vacuna. No hay que bajar la guardia, porque una eventual aflicción familiar sigue estando latente.

raulpazos45@gmail.com