/ jueves 18 de febrero de 2021

Acontecer político | Un insano deseo

Las fricciones políticas están contribuyendo a fragmentar los esfuerzos para la resolución de graves problemas que enfrenta el país en perjuicio de la colectividad, que se encuentra atrapada entre las divergencias fomentadas por grupos que responden más a sus propios intereses que a los de los mexicanos en general.

Millones de dosis de vacuna contra el Covid-19 han sido aplicadas a personal de los servicios de salud y se ha iniciado el suministro entre los adultos mayores, de acuerdo con un programa diseñado por las autoridades federales para prevenir y contener la epidemia que tiene sumido en la zozobra al mundo entero.

Pero los opositores a la llamada cuarta transformación han enderezado sus ataques a estas acciones asegurando que el plan se maneja de manera desarticulada y hasta de manera irresponsable difunden supuestos casos de personas que han muerto después de recibir el inmunizante, en un claro intento de meter miedo entre la población para que no se vacune. Al parecer, quieren que haya más fallecimientos para echárselos encima al gobierno de la república.

Sin embargo, la mayoría de la población, principalmente la de la tercera edad, desestima esas voces catastrofistas y acude a los centros de vacunación, que representa una luz de esperanza frente al flagelo viral.

Y ahora que se han presentado “apagones” en muchos estados del país, aprovechan la oportunidad para acusar a la administración federal de tener una política errónea en materia energética y dicen que ya estamos como Venezuela, omitiendo que la verdadera causa del problema eléctrico está en las políticas privatizadoras que adoptaron los gobiernos del PRI y el PAN que hicieron depender en alto grado el suministro del fluido eléctrico de la importación de gas natural de los Estados Unidos, desmantelando las fuentes propias de generación.

Lo mismo pasa con las gasolinas, que en su mayoría se importan tras que los gobiernos neoliberales abandonaron las refinerías de Pemex para favorecer a las compañías extranjeras, a cambio, se dice, de jugosas comisiones para muchos funcionarios de alto nivel. Si ese flujo de combustibles se restringiera, quedaríamos en un verdadero problema.

Ahora que las fuertes nevadas en la Unión Americana aumentaron el consumo doméstico de electricidad, provocando un desbalance que tiene a millones de texanos en la oscuridad, las firmas privadas de la vecina nación, suspendieron el abastecimiento del gas a las entidades del norte de México, como una prueba de lo dañino que resulta que nuestro país dependa del extranjero en una estratégica materia de interés nacional.

Pero tanto en el caso de las vacunas como en lo del problema eléctrico, lo que a la oposición le importa es echar lodo en busca de atraer a un electorado que ya les dio la espalda de manera abrumadora. Que haya más muertos, que haya más apagones parece ser la premisa de esos grupos que en aras de su interés se deslindan de lo que debiera ser un esfuerzo nacional.

Cuando faltan poco menos de cuatro meses para las elecciones, seguramente los opositores a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR arreciarán sus campañas de crítica empleando hasta el menor pretexto. El derecho a disentir es algo que a nadie se puede negar. Lo malo es que ese derecho se utilice de manera que privilegie intereses particulares y se monte en el insano deseo de que a la Nación le vaya mal para que a ellos les vuelva a ir bien.

Todo es esperar a que el electorado emita su veredicto. Frente a las voces estentóreas, hay una masa social que guarda silencio y se mantiene expectante de los acontecimientos para hacerse escuchar en el momento oportuno. La sociedad mexicana ya no es una borregada que se deja manejar fácilmente con soluciones ilusorias de quienes en su oportunidad no pudieron o no quisieron hacerlas realidad. Allí está y no en otro lugar, el meollo del asunto.

Y en el resultado electoral, mucho tendrá que ver el perfil de los candidatos que cada partido postule independientemente de la marca que representen. En lo que respecta a Tamaulipas, el PAN y el PRI ya tienen sus cartas sobre la mesa y solo falta que el Movimiento de Regeneración Nacional muestre las suyas. Habrá que estar pendientes.

Pero mientras que la política hace lo suyo, la ciudadanía debe hacer lo que le corresponde para asegurar su bienestar. Es indispensable seguir observando las medidas de prevención contra el coronavirus como es usar cubreboca, guardar la sana distancia y evitar concurrir a lugares de hacinamiento si no es estrictamente necesario, principalmente en lo que toca a los adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas.

Además, estar pendientes del calendario de vacunación para que cada quien reciba el inmunizante de acuerdo a los tiempos fijados para cada segmento social. No se olvide que el cuidado familiar empieza en casa.

Los contagios en la zona sur de Tamaulipas continúan y aunque se han atenuado, indican que el mal sigue transitando por las calles en busca de nuevas víctimas. Bajar la guardia sería lo más imprudente que podemos hacer.

raulpazos45@gmail.com

Las fricciones políticas están contribuyendo a fragmentar los esfuerzos para la resolución de graves problemas que enfrenta el país en perjuicio de la colectividad, que se encuentra atrapada entre las divergencias fomentadas por grupos que responden más a sus propios intereses que a los de los mexicanos en general.

Millones de dosis de vacuna contra el Covid-19 han sido aplicadas a personal de los servicios de salud y se ha iniciado el suministro entre los adultos mayores, de acuerdo con un programa diseñado por las autoridades federales para prevenir y contener la epidemia que tiene sumido en la zozobra al mundo entero.

Pero los opositores a la llamada cuarta transformación han enderezado sus ataques a estas acciones asegurando que el plan se maneja de manera desarticulada y hasta de manera irresponsable difunden supuestos casos de personas que han muerto después de recibir el inmunizante, en un claro intento de meter miedo entre la población para que no se vacune. Al parecer, quieren que haya más fallecimientos para echárselos encima al gobierno de la república.

Sin embargo, la mayoría de la población, principalmente la de la tercera edad, desestima esas voces catastrofistas y acude a los centros de vacunación, que representa una luz de esperanza frente al flagelo viral.

Y ahora que se han presentado “apagones” en muchos estados del país, aprovechan la oportunidad para acusar a la administración federal de tener una política errónea en materia energética y dicen que ya estamos como Venezuela, omitiendo que la verdadera causa del problema eléctrico está en las políticas privatizadoras que adoptaron los gobiernos del PRI y el PAN que hicieron depender en alto grado el suministro del fluido eléctrico de la importación de gas natural de los Estados Unidos, desmantelando las fuentes propias de generación.

Lo mismo pasa con las gasolinas, que en su mayoría se importan tras que los gobiernos neoliberales abandonaron las refinerías de Pemex para favorecer a las compañías extranjeras, a cambio, se dice, de jugosas comisiones para muchos funcionarios de alto nivel. Si ese flujo de combustibles se restringiera, quedaríamos en un verdadero problema.

Ahora que las fuertes nevadas en la Unión Americana aumentaron el consumo doméstico de electricidad, provocando un desbalance que tiene a millones de texanos en la oscuridad, las firmas privadas de la vecina nación, suspendieron el abastecimiento del gas a las entidades del norte de México, como una prueba de lo dañino que resulta que nuestro país dependa del extranjero en una estratégica materia de interés nacional.

Pero tanto en el caso de las vacunas como en lo del problema eléctrico, lo que a la oposición le importa es echar lodo en busca de atraer a un electorado que ya les dio la espalda de manera abrumadora. Que haya más muertos, que haya más apagones parece ser la premisa de esos grupos que en aras de su interés se deslindan de lo que debiera ser un esfuerzo nacional.

Cuando faltan poco menos de cuatro meses para las elecciones, seguramente los opositores a ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR arreciarán sus campañas de crítica empleando hasta el menor pretexto. El derecho a disentir es algo que a nadie se puede negar. Lo malo es que ese derecho se utilice de manera que privilegie intereses particulares y se monte en el insano deseo de que a la Nación le vaya mal para que a ellos les vuelva a ir bien.

Todo es esperar a que el electorado emita su veredicto. Frente a las voces estentóreas, hay una masa social que guarda silencio y se mantiene expectante de los acontecimientos para hacerse escuchar en el momento oportuno. La sociedad mexicana ya no es una borregada que se deja manejar fácilmente con soluciones ilusorias de quienes en su oportunidad no pudieron o no quisieron hacerlas realidad. Allí está y no en otro lugar, el meollo del asunto.

Y en el resultado electoral, mucho tendrá que ver el perfil de los candidatos que cada partido postule independientemente de la marca que representen. En lo que respecta a Tamaulipas, el PAN y el PRI ya tienen sus cartas sobre la mesa y solo falta que el Movimiento de Regeneración Nacional muestre las suyas. Habrá que estar pendientes.

Pero mientras que la política hace lo suyo, la ciudadanía debe hacer lo que le corresponde para asegurar su bienestar. Es indispensable seguir observando las medidas de prevención contra el coronavirus como es usar cubreboca, guardar la sana distancia y evitar concurrir a lugares de hacinamiento si no es estrictamente necesario, principalmente en lo que toca a los adultos mayores y pacientes con enfermedades crónicas.

Además, estar pendientes del calendario de vacunación para que cada quien reciba el inmunizante de acuerdo a los tiempos fijados para cada segmento social. No se olvide que el cuidado familiar empieza en casa.

Los contagios en la zona sur de Tamaulipas continúan y aunque se han atenuado, indican que el mal sigue transitando por las calles en busca de nuevas víctimas. Bajar la guardia sería lo más imprudente que podemos hacer.

raulpazos45@gmail.com