/ martes 23 de febrero de 2021

Acontecer político | Una recreación política

  • Acuerdos en las alturas
  • Los “calambres” pesan
  • La reflexión ciudadana, punto clave
  • Ciro no prende

A pocos meses de que se lleven a cabo las elecciones concurrentes más importantes de la historia de México, igualmente la opinión pública se encuentra dividida como nunca antes. Con un gobierno claramente inclinado a la izquierda y una oposición conservadora que trata a toda costa de que vuelvan los viejos tiempos de su gloria, los ataques entre unos y otros son cosa de todos los días. Pero frente a ese escenario de confrontación, puede haber en los altos niveles políticos arreglos que combinen los intereses de unos y otros, mientras que la ciudadanía se destroza entre sí. Ejemplos sobran.

Durante ocho décadas, el Partido Revolucionario Institucional fue la fuerza omnipotente en el país y los presidentes emanados de sus filas eran como dioses a los que había que adorar incondicionalmente. Pero llegó un mandatario que decidió tomar distancia de su partido para permitir, algo antes impensable, que un candidato del Partido Acción Nacional obtuviera el triunfo.

ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, quien llegó a la primera magistratura tras el asesinato de LUIS DONALDO COLOSIO, no titubeó en reconocer el triunfo de VICENTE FOX QUESADA que se convertía en el primer presidente de oposición, abriendo un rayo de esperanza frente a un pueblo inconforme. Se dice que ello fue convenido con el gobierno de los Estados Unidos.

Pero aquel puntal histórico del PAN, luego entró en componendas para impulsar al priista ENRIQUE PEÑA NIETO para que llegara a la Presidencia de la República. Lo mismo hizo su sucesor, FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, quien le dio la espalda a la candidata de su partido, JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA, para favorecer al exgobernador del Estado de México.

Queda claro que la llamada cuarta transformación ha desmantelado viejas estructuras y ha puesto frente a un virtual paredón a políticos y exfuncionarios salpicados de grave corrupción, algunos de los cuales ya están en la cárcel, pero con alternativas de ver aminoradas sus penas bajo el concepto de “Criterio de Oportunidad”. Otros, como el antes poderoso MANLIO FABIO BELTRONES, están “acalambrados” al igual que otros personajes tanto priistas como panistas que hoy ocupan cargos públicos en diversas entidades.

Las represalias políticas son despiadadas y quienes se mueven en ese mundo lo saben perfectamente. Aquí aplicaría el principio de que más vale un mal arreglo que un buen pleito.

¿Qué tal si el gobierno de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, de manera pragmática y siguiendo los cánones de la política mexicana tradicional llega a un arreglo con importantes segmentos de la oposición a cambio de llevarse la fiesta en paz?

¿Qué tal si se conviene con algunos gobernadores contrarios, sobre todo los cuestionados, en que estos se lleven las diputaciones locales y los ayuntamientos para seguir controlando cómodamente sus estados a cambio de conceder las diputaciones federales para que Morena siga controlando el congreso federal? Parece una fantasía, pero a la luz de los antecedentes truculentos de la política, no resulta imposible.

Hoy, hay un frente conformado por el PAN-PRI Y PRD para supuestamente enfrentar a la cuarta transformación. Pero es innegable que dentro de esa inusual simbiosis, hay intereses particulares muy encontrados que actúan al margen de los partidos.

En fin, esta es solo una recreación del actual acontecer político en nuestro país. Los arreglos se hacen arriba, mientras que abajo, hasta entre amigos se destrozan entre sí creyéndoles a unos y otros.

Ahora bien, en una realidad fuera de las elucubraciones, habría que ver qué piensa la ciudadanía que tiene sus propios espacios de reflexión para saber por dónde están mejor o peor las cosas. Eso lo sabremos en la elección de junio. No siempre los que gritan más fuerte tienen la razón. También los silenciosos tienen un poder oculto que se hace sentir en el momento oportuno y que puede resultar más rotundo. No falta mucho para saber cuál es la voluntad mayoritaria.

Y hablando de pronósticos, sondeos recientes indican que habrá reelección de los alcaldes de Tampico, JESÚS NADER NASRALLAH y de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION, pertenecientes, uno al PAN y el otro a MORENA. Las altas calificaciones que la ciudadanía concede a su desempeño oficial así lo hacen harto probable.

Donde las cosas lucen complicadas para Acción Nacional, que es la fuerza política predominante en Tamaulipas, es en Altamira, donde la candidatura de CIRO HERNÁNDEZ ARTEAGA sigue sin prender, aún entre la militancia blanquiazul, que se siente desplazada en la determinación de que este haya sido nominado por sobre otras figuras con mayores merecimientos.

Las encuestas, no reveladas oficialmente, indican que el Movimiento de Regeneración Nacional lleva la delantera en la tierra de Cuco Sánchez y que fuera quien fuera su candidato a la alcaldía se impondrá finalmente.

E-mail: Raulpazos45@gmail.com

  • Acuerdos en las alturas
  • Los “calambres” pesan
  • La reflexión ciudadana, punto clave
  • Ciro no prende

A pocos meses de que se lleven a cabo las elecciones concurrentes más importantes de la historia de México, igualmente la opinión pública se encuentra dividida como nunca antes. Con un gobierno claramente inclinado a la izquierda y una oposición conservadora que trata a toda costa de que vuelvan los viejos tiempos de su gloria, los ataques entre unos y otros son cosa de todos los días. Pero frente a ese escenario de confrontación, puede haber en los altos niveles políticos arreglos que combinen los intereses de unos y otros, mientras que la ciudadanía se destroza entre sí. Ejemplos sobran.

Durante ocho décadas, el Partido Revolucionario Institucional fue la fuerza omnipotente en el país y los presidentes emanados de sus filas eran como dioses a los que había que adorar incondicionalmente. Pero llegó un mandatario que decidió tomar distancia de su partido para permitir, algo antes impensable, que un candidato del Partido Acción Nacional obtuviera el triunfo.

ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, quien llegó a la primera magistratura tras el asesinato de LUIS DONALDO COLOSIO, no titubeó en reconocer el triunfo de VICENTE FOX QUESADA que se convertía en el primer presidente de oposición, abriendo un rayo de esperanza frente a un pueblo inconforme. Se dice que ello fue convenido con el gobierno de los Estados Unidos.

Pero aquel puntal histórico del PAN, luego entró en componendas para impulsar al priista ENRIQUE PEÑA NIETO para que llegara a la Presidencia de la República. Lo mismo hizo su sucesor, FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, quien le dio la espalda a la candidata de su partido, JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA, para favorecer al exgobernador del Estado de México.

Queda claro que la llamada cuarta transformación ha desmantelado viejas estructuras y ha puesto frente a un virtual paredón a políticos y exfuncionarios salpicados de grave corrupción, algunos de los cuales ya están en la cárcel, pero con alternativas de ver aminoradas sus penas bajo el concepto de “Criterio de Oportunidad”. Otros, como el antes poderoso MANLIO FABIO BELTRONES, están “acalambrados” al igual que otros personajes tanto priistas como panistas que hoy ocupan cargos públicos en diversas entidades.

Las represalias políticas son despiadadas y quienes se mueven en ese mundo lo saben perfectamente. Aquí aplicaría el principio de que más vale un mal arreglo que un buen pleito.

¿Qué tal si el gobierno de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, de manera pragmática y siguiendo los cánones de la política mexicana tradicional llega a un arreglo con importantes segmentos de la oposición a cambio de llevarse la fiesta en paz?

¿Qué tal si se conviene con algunos gobernadores contrarios, sobre todo los cuestionados, en que estos se lleven las diputaciones locales y los ayuntamientos para seguir controlando cómodamente sus estados a cambio de conceder las diputaciones federales para que Morena siga controlando el congreso federal? Parece una fantasía, pero a la luz de los antecedentes truculentos de la política, no resulta imposible.

Hoy, hay un frente conformado por el PAN-PRI Y PRD para supuestamente enfrentar a la cuarta transformación. Pero es innegable que dentro de esa inusual simbiosis, hay intereses particulares muy encontrados que actúan al margen de los partidos.

En fin, esta es solo una recreación del actual acontecer político en nuestro país. Los arreglos se hacen arriba, mientras que abajo, hasta entre amigos se destrozan entre sí creyéndoles a unos y otros.

Ahora bien, en una realidad fuera de las elucubraciones, habría que ver qué piensa la ciudadanía que tiene sus propios espacios de reflexión para saber por dónde están mejor o peor las cosas. Eso lo sabremos en la elección de junio. No siempre los que gritan más fuerte tienen la razón. También los silenciosos tienen un poder oculto que se hace sentir en el momento oportuno y que puede resultar más rotundo. No falta mucho para saber cuál es la voluntad mayoritaria.

Y hablando de pronósticos, sondeos recientes indican que habrá reelección de los alcaldes de Tampico, JESÚS NADER NASRALLAH y de Ciudad Madero, ADRIÁN OSEGUERA KERNION, pertenecientes, uno al PAN y el otro a MORENA. Las altas calificaciones que la ciudadanía concede a su desempeño oficial así lo hacen harto probable.

Donde las cosas lucen complicadas para Acción Nacional, que es la fuerza política predominante en Tamaulipas, es en Altamira, donde la candidatura de CIRO HERNÁNDEZ ARTEAGA sigue sin prender, aún entre la militancia blanquiazul, que se siente desplazada en la determinación de que este haya sido nominado por sobre otras figuras con mayores merecimientos.

Las encuestas, no reveladas oficialmente, indican que el Movimiento de Regeneración Nacional lleva la delantera en la tierra de Cuco Sánchez y que fuera quien fuera su candidato a la alcaldía se impondrá finalmente.

E-mail: Raulpazos45@gmail.com