/ viernes 17 de mayo de 2024

Alfa y omega / Los fantasmas del pasado

En estos momentos que vivimos los ciudadanos de la zona conurbada, inmersos en un proceso electoral que habrá de culminar con la elección de próximo Presidente de la República y de miles de cargos públicos más, es, creo yo, más importante y de vital atención, la crisis del agua que amenaza con convertirse en una catástrofe de incalculables consecuencias.

Quienes ya se ven afectados desde ahora por la escasez del vital líquido, sin ningún análisis serio de la afectación, culpan a las comapas de Tampico y Altamira, cuando en realidad si se trata de buscar culpables, no los van a encontrar, su rostro y su nombre están escondidos en la bruma del tiempo, son de aquellos que en su tiempo hicieron caso omiso de las advertencias de que iba a llegar el momento en que el destino nos iba a alcanzar y nada hicieron para evitarlo.

Fueron las autoridades omisas y las voces apagadas de los organismos que mueven a las tres ciudades, lo que provocó lo que nos está pasando.

Todo lo contrario de hoy, que todos los involucrados en el problema y su solución, están actuando en estrecha armonía, uniendo ideas, esfuerzos y capitales, para defender a la población de males mayores.

Desde el Gobernador del Estado, la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Comapa Sur, Comapa Altamira, Conagua y las instituciones empresariales no gubernamentales, están dando la batalla con soluciones parciales que buscan aprovechar hasta la última gota del sistema lagunario Chairel-Champayán, en tanto se cristalizan los proyectos de gran envergadura que garanticen que nunca más volverá a suceder esta crítica situación, convertida en un grave problema social.

En Altamira se está dragando con urgencia la laguna para aumentar el caudal de captación y en Tampico se están instalando bombas sumergibles y se está dando mayor capacidad de captación a la boca toma del Chairel, para alargar el tiempo en que se pueda seguir suministrando el agua potable a las tres comunidades de la zona conurbada.

Qué lástima que las voces discordantes con el régimen actual aprovechen lo que ya es una tragedia, para lanzar embestidas políticas con fines meramente electorales, eso no se vale, jugar con las desgracias del pueblo sin importar el daño que se le hace.

De cualquier manera, los responsables del tema hídrico en la entidad están haciendo lo que se debe, en el plan “A” que es la emergencia, porque el plan “B”, ese viene de arriba, de muy arriba, de quien se espera que en su momento nos enviará las nubes salvadoras que derramarán su bendita carga a los sistemas hídricos que alimentan a nuestras lagunas.

Debemos resistir la crisis con todas sus molestias, pero no debemos perder la fe de que todo se arreglará en el mediano plazo.

Eso sí, nunca debemos olvidar las lecciones que nos da la historia, porque si las olvidamos estamos condenados a repetirlas, las caras y los rostros del pasado ahora son fantasmas que arrastrarán las cadenas de sus culpas por siempre.

P.D.-Dicen que no hay mal que por bien no venga, esperemos que esta amarga experiencia que estamos padeciendo, sirva para que la autoridad federal autorice el mejor proyecto que garantice que nunca más nos vuelva a flagelar la crisis del agua.

En estos momentos que vivimos los ciudadanos de la zona conurbada, inmersos en un proceso electoral que habrá de culminar con la elección de próximo Presidente de la República y de miles de cargos públicos más, es, creo yo, más importante y de vital atención, la crisis del agua que amenaza con convertirse en una catástrofe de incalculables consecuencias.

Quienes ya se ven afectados desde ahora por la escasez del vital líquido, sin ningún análisis serio de la afectación, culpan a las comapas de Tampico y Altamira, cuando en realidad si se trata de buscar culpables, no los van a encontrar, su rostro y su nombre están escondidos en la bruma del tiempo, son de aquellos que en su tiempo hicieron caso omiso de las advertencias de que iba a llegar el momento en que el destino nos iba a alcanzar y nada hicieron para evitarlo.

Fueron las autoridades omisas y las voces apagadas de los organismos que mueven a las tres ciudades, lo que provocó lo que nos está pasando.

Todo lo contrario de hoy, que todos los involucrados en el problema y su solución, están actuando en estrecha armonía, uniendo ideas, esfuerzos y capitales, para defender a la población de males mayores.

Desde el Gobernador del Estado, la Secretaría de Recursos Hidráulicos, Comapa Sur, Comapa Altamira, Conagua y las instituciones empresariales no gubernamentales, están dando la batalla con soluciones parciales que buscan aprovechar hasta la última gota del sistema lagunario Chairel-Champayán, en tanto se cristalizan los proyectos de gran envergadura que garanticen que nunca más volverá a suceder esta crítica situación, convertida en un grave problema social.

En Altamira se está dragando con urgencia la laguna para aumentar el caudal de captación y en Tampico se están instalando bombas sumergibles y se está dando mayor capacidad de captación a la boca toma del Chairel, para alargar el tiempo en que se pueda seguir suministrando el agua potable a las tres comunidades de la zona conurbada.

Qué lástima que las voces discordantes con el régimen actual aprovechen lo que ya es una tragedia, para lanzar embestidas políticas con fines meramente electorales, eso no se vale, jugar con las desgracias del pueblo sin importar el daño que se le hace.

De cualquier manera, los responsables del tema hídrico en la entidad están haciendo lo que se debe, en el plan “A” que es la emergencia, porque el plan “B”, ese viene de arriba, de muy arriba, de quien se espera que en su momento nos enviará las nubes salvadoras que derramarán su bendita carga a los sistemas hídricos que alimentan a nuestras lagunas.

Debemos resistir la crisis con todas sus molestias, pero no debemos perder la fe de que todo se arreglará en el mediano plazo.

Eso sí, nunca debemos olvidar las lecciones que nos da la historia, porque si las olvidamos estamos condenados a repetirlas, las caras y los rostros del pasado ahora son fantasmas que arrastrarán las cadenas de sus culpas por siempre.

P.D.-Dicen que no hay mal que por bien no venga, esperemos que esta amarga experiencia que estamos padeciendo, sirva para que la autoridad federal autorice el mejor proyecto que garantice que nunca más nos vuelva a flagelar la crisis del agua.