/ domingo 7 de abril de 2024

Alfa y omega / Ni se me acaba el corazón

A propósito de las elecciones, las campañas de los candidatos de hoy ya no son como las de antes, recuerdo de otros tiempos, aquella que llevó a la gubernatura a Don Enrique Cárdenas González, no había diatribas contra nadie, los discursos y las entrevistas se enfocaban básicamente hacia proyectos y propuestas que buscaban tiempos mejores para Tamaulipas y los tamaulipecos.

Revolución Verde fue el slogan de esa campaña, pero no se trataba tan solo de una forma de propaganda, no, era todo un ideal de Don Enrique, que lo llevó a colocar a nuestro Estado en un primerísimo lugar en producción granelera en todo el país.

Fue en 1973, un diez de Mayo cuando arrancó la campaña de Don Enrique y durante casi todo el año, recorrió todos los municipios de la entidad cueruda, incluyendo poblados que nunca antes ningún candidato había visitado.

El inicio de su campaña fue en la cabecera municipal de Tula, fue una increíble fiesta cívica la que vistió aquel mitin donde se reunieron miles de hombres y mujeres del entonces llamado cuarto distrito, quienes animados por Carlos Adrián Avilés, maestro ceremonial del evento que a través del micrófono decía “Con el sombrero en la mano alzada, saludamos a Don Enrique Cárdenas González, padre de la Revolución Verde y próximo gobernador de Tamaulipas”.

Y entonces irrumpió sonriente aquel victorense de figura vigorosa, vistiendo una hermosa chamarra de cuero, de aquellas que diseñaba la señora Heberly, de la Calle 17 de Victoria, sonriente y saludando a los asistentes al acto político.

Comenzó el candidato a caminar entre la multitud de campesinos y gente de la ciudad, dando la mano a todos los que querían saludarlo y como aquello era casi interminable, el jefe de campaña le urgió a subir al estrado, porque eran muchos los apretones de mano y demasiado el tiempo que se estaba llevando.

Entonces Don Enrique, con aquella agilidad mental que poseía, le respondió: “Déjame, al fin que ni me duele la mano, ni se me acaba el corazón”.

Eran otros tiempos y otros los políticos.

Hoy, quienes buscan ser electos para un cargo público, hacen campaña en los salones de fiesta de lujosos hoteles, disfrutando de jugosos y apetitosos desayunos o comidas, rodeados de elegantes comensales que les aplauden las ocurrencias de sus discursos.

Pero además, muy pocos, casi ninguno, proyectan nuevas ideas o soluciones a los graves problemas del país y más bien, pierden su valioso tiempo en dirigir misiles acusatorios en contra de sus rivales en la contienda.

Sus asesores se dedican a rascar el pasado personal o familiar de los candidatos opositores, para restregárselo en los medios digitales o en los programas de televisión que se prestan a ello.

Hoy por la noche se enfrentarán en su primer debate presidencial, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maynez; habrá que estar atentos para ver que cargan en su morral y de qué cuero salen las mejores correas.

P.D.- No es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 Años después.

Hoy, quienes buscan ser electos para un cargo público, hacen campaña en los salones de fiesta de lujosos hoteles, disfrutando de jugosos y apetitosos desayunos o comidas

A propósito de las elecciones, las campañas de los candidatos de hoy ya no son como las de antes, recuerdo de otros tiempos, aquella que llevó a la gubernatura a Don Enrique Cárdenas González, no había diatribas contra nadie, los discursos y las entrevistas se enfocaban básicamente hacia proyectos y propuestas que buscaban tiempos mejores para Tamaulipas y los tamaulipecos.

Revolución Verde fue el slogan de esa campaña, pero no se trataba tan solo de una forma de propaganda, no, era todo un ideal de Don Enrique, que lo llevó a colocar a nuestro Estado en un primerísimo lugar en producción granelera en todo el país.

Fue en 1973, un diez de Mayo cuando arrancó la campaña de Don Enrique y durante casi todo el año, recorrió todos los municipios de la entidad cueruda, incluyendo poblados que nunca antes ningún candidato había visitado.

El inicio de su campaña fue en la cabecera municipal de Tula, fue una increíble fiesta cívica la que vistió aquel mitin donde se reunieron miles de hombres y mujeres del entonces llamado cuarto distrito, quienes animados por Carlos Adrián Avilés, maestro ceremonial del evento que a través del micrófono decía “Con el sombrero en la mano alzada, saludamos a Don Enrique Cárdenas González, padre de la Revolución Verde y próximo gobernador de Tamaulipas”.

Y entonces irrumpió sonriente aquel victorense de figura vigorosa, vistiendo una hermosa chamarra de cuero, de aquellas que diseñaba la señora Heberly, de la Calle 17 de Victoria, sonriente y saludando a los asistentes al acto político.

Comenzó el candidato a caminar entre la multitud de campesinos y gente de la ciudad, dando la mano a todos los que querían saludarlo y como aquello era casi interminable, el jefe de campaña le urgió a subir al estrado, porque eran muchos los apretones de mano y demasiado el tiempo que se estaba llevando.

Entonces Don Enrique, con aquella agilidad mental que poseía, le respondió: “Déjame, al fin que ni me duele la mano, ni se me acaba el corazón”.

Eran otros tiempos y otros los políticos.

Hoy, quienes buscan ser electos para un cargo público, hacen campaña en los salones de fiesta de lujosos hoteles, disfrutando de jugosos y apetitosos desayunos o comidas, rodeados de elegantes comensales que les aplauden las ocurrencias de sus discursos.

Pero además, muy pocos, casi ninguno, proyectan nuevas ideas o soluciones a los graves problemas del país y más bien, pierden su valioso tiempo en dirigir misiles acusatorios en contra de sus rivales en la contienda.

Sus asesores se dedican a rascar el pasado personal o familiar de los candidatos opositores, para restregárselo en los medios digitales o en los programas de televisión que se prestan a ello.

Hoy por la noche se enfrentarán en su primer debate presidencial, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maynez; habrá que estar atentos para ver que cargan en su morral y de qué cuero salen las mejores correas.

P.D.- No es lo mismo Los Tres Mosqueteros que 20 Años después.

Hoy, quienes buscan ser electos para un cargo público, hacen campaña en los salones de fiesta de lujosos hoteles, disfrutando de jugosos y apetitosos desayunos o comidas