/ viernes 28 de diciembre de 2018

Con café y a media luz | Discurso, contexto y coincidencias

Dijo un personaje protagonista de libros ingleses y de películas de corte fantástico que “…la palabra es nuestra fuente más inagotable de magia; lo mismo puede causar dolor, que sanarlo”, haciendo clara referencia al cuidado que debemos tener todos los seres humanos al momento de manifestar nuestras opiniones pues, en ocasiones, sin tener la intención, podemos causar un severo daño a quienes nos están escuchando.

Aunado a las palabras, se encuentran los recursos paralingüísticos como gestos, posturas, ademanes, incluso entonaciones o golpes secos de voz que permitirán darle al mensaje la intención que pretendemos conseguir. De igual manera que en el párrafo anterior, en ocasiones la molestia o la inconformidad nos puede nublar la razón y le damos la tonalidad equivocada a la idea principal de un discurso que ya se tenía preparado.

Si a estos dos factores se le suma alguna circunstancia lamentable de la que el destino o la suerte o como usted guste llamarle, querido amigo lector, no libre y tenga un desenlace funesto, el orador quedará en un entorno gris, con una imagen comprometida ante la suspicacia y no faltarán los dedos que, sin mediar razonamiento, lo señalen como figura principal de un tinglado que el sino armó como macabra jugarreta.

Los espectadores no podrán, ni deberán montar supuestos, premisas, paradigmas o especulación sobre lo acontecido mientras no tengan los elementos suficientes para reconstruir una historia cuyo final fue anunciado por los clarines modernos y gritado “a los cuatro vientos” por los heraldos contemporáneos en la plaza pública de la virtualidad tecnológica.

Como usted supondrá, me refiero, evidentemente, al lamentable deceso de la pareja de funcionarios públicos de alto rango de origen poblano el pasado 24 de diciembre. Y es que la noticia de que Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso perdieron la vida cuando se desplomó la aeronave en la que se trasladaban a la “angelópolis” conmocionó a la cúpula panista a nivel nacional y desestabilizó, por momentos, a la clase política de México.

Semanas atrás, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, había externado su malestar por la manera en que los tribunales de la tierra de Juan de Palafox otorgaron el triunfo a la dama, arrebatándole así la silla gubernamental a Luis Miguel Barbosa, abanderado de MORENA. Los “dimes y diretes” jurídicos duraron cinco meses y el periodo de gobierno de Alonso Hidalgo apenas 10 días.

De manera impropia “los ojos” de la nación se posaron sobre la figura del representante del Poder Ejecutivo federal quien declaró que “se haría la investigación correspondiente” y que no se escondería pormenor alguno sobre los resultados de la misma.

Todos los detalles, tanto apriorísticos, como posteriores al accidente, han desatado en las redes sociales tres argumentos que parecen extraídos de la retorcida imaginación de un guionista hollywoodense, cada uno de ellos, tan descabellado como el otro.

El primero, que me parece una verdadera burla, retrata a la pareja, como individuos que amasaron una suma exorbitante de dinero y al saber que muy pronto serían descubiertos por la autoridad, representada por un rival político derrotado, decidieron fingir su muerte y así evadir la acción de la justicia para después escapar con rumbo desconocido.

El segundo hace énfasis en que un grupo oscurantista anquilosado en lo más profundo de las prácticas de la política posrevolucionaria decidió tomar acciones y derribar el helicóptero en el que viajaban la gobernadora y el senador, aprovechando que los reflectores ya se habían posado en alguien más y, así, hacerlo aparecer como el principal sospechoso.

Y el último, es que un mandatario dio la orden de exterminar a los políticos en cuestión.

De ninguna de las tres historias hay un minúsculo indicio y, lo más probable que arrojen las investigaciones, es que se trató de una falla mecánica.

De antemano sé, gentil amigo lector, que muchos sectores de la población estarán creyendo resueltamente uno de los tres argumentos que le expuse más arriba, y el desechar a los tres por igual generará molestias e inconformidades, sin embargo, ninguno de ellos nos consta en lo más mínimo. Todas son meras suposiciones que se construyeron a partir de un infortunado discurso que se lanzó sin prever el destino inmediato.

En estos momentos en que México como sociedad, está de cara a una serie de compromisos fortísimos en el entorno global, debemos cumplir cada uno de nosotros con las responsabilidades asignadas. A los mandatarios y legisladores les toca gobernar con honradez en bien del pueblo, el mexicano común como usted y yo deberá trabajar de manera digna para llevar sustento al hogar y, por último, las autoridades encargadas de impartir justicia tienen la obligación de hacer una investigación transparente, encontrar al culpable si es que lo hubiera y sancionarlo como marca la ley, en este y en cualquier otro caso.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com

Dijo un personaje protagonista de libros ingleses y de películas de corte fantástico que “…la palabra es nuestra fuente más inagotable de magia; lo mismo puede causar dolor, que sanarlo”, haciendo clara referencia al cuidado que debemos tener todos los seres humanos al momento de manifestar nuestras opiniones pues, en ocasiones, sin tener la intención, podemos causar un severo daño a quienes nos están escuchando.

Aunado a las palabras, se encuentran los recursos paralingüísticos como gestos, posturas, ademanes, incluso entonaciones o golpes secos de voz que permitirán darle al mensaje la intención que pretendemos conseguir. De igual manera que en el párrafo anterior, en ocasiones la molestia o la inconformidad nos puede nublar la razón y le damos la tonalidad equivocada a la idea principal de un discurso que ya se tenía preparado.

Si a estos dos factores se le suma alguna circunstancia lamentable de la que el destino o la suerte o como usted guste llamarle, querido amigo lector, no libre y tenga un desenlace funesto, el orador quedará en un entorno gris, con una imagen comprometida ante la suspicacia y no faltarán los dedos que, sin mediar razonamiento, lo señalen como figura principal de un tinglado que el sino armó como macabra jugarreta.

Los espectadores no podrán, ni deberán montar supuestos, premisas, paradigmas o especulación sobre lo acontecido mientras no tengan los elementos suficientes para reconstruir una historia cuyo final fue anunciado por los clarines modernos y gritado “a los cuatro vientos” por los heraldos contemporáneos en la plaza pública de la virtualidad tecnológica.

Como usted supondrá, me refiero, evidentemente, al lamentable deceso de la pareja de funcionarios públicos de alto rango de origen poblano el pasado 24 de diciembre. Y es que la noticia de que Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso perdieron la vida cuando se desplomó la aeronave en la que se trasladaban a la “angelópolis” conmocionó a la cúpula panista a nivel nacional y desestabilizó, por momentos, a la clase política de México.

Semanas atrás, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, había externado su malestar por la manera en que los tribunales de la tierra de Juan de Palafox otorgaron el triunfo a la dama, arrebatándole así la silla gubernamental a Luis Miguel Barbosa, abanderado de MORENA. Los “dimes y diretes” jurídicos duraron cinco meses y el periodo de gobierno de Alonso Hidalgo apenas 10 días.

De manera impropia “los ojos” de la nación se posaron sobre la figura del representante del Poder Ejecutivo federal quien declaró que “se haría la investigación correspondiente” y que no se escondería pormenor alguno sobre los resultados de la misma.

Todos los detalles, tanto apriorísticos, como posteriores al accidente, han desatado en las redes sociales tres argumentos que parecen extraídos de la retorcida imaginación de un guionista hollywoodense, cada uno de ellos, tan descabellado como el otro.

El primero, que me parece una verdadera burla, retrata a la pareja, como individuos que amasaron una suma exorbitante de dinero y al saber que muy pronto serían descubiertos por la autoridad, representada por un rival político derrotado, decidieron fingir su muerte y así evadir la acción de la justicia para después escapar con rumbo desconocido.

El segundo hace énfasis en que un grupo oscurantista anquilosado en lo más profundo de las prácticas de la política posrevolucionaria decidió tomar acciones y derribar el helicóptero en el que viajaban la gobernadora y el senador, aprovechando que los reflectores ya se habían posado en alguien más y, así, hacerlo aparecer como el principal sospechoso.

Y el último, es que un mandatario dio la orden de exterminar a los políticos en cuestión.

De ninguna de las tres historias hay un minúsculo indicio y, lo más probable que arrojen las investigaciones, es que se trató de una falla mecánica.

De antemano sé, gentil amigo lector, que muchos sectores de la población estarán creyendo resueltamente uno de los tres argumentos que le expuse más arriba, y el desechar a los tres por igual generará molestias e inconformidades, sin embargo, ninguno de ellos nos consta en lo más mínimo. Todas son meras suposiciones que se construyeron a partir de un infortunado discurso que se lanzó sin prever el destino inmediato.

En estos momentos en que México como sociedad, está de cara a una serie de compromisos fortísimos en el entorno global, debemos cumplir cada uno de nosotros con las responsabilidades asignadas. A los mandatarios y legisladores les toca gobernar con honradez en bien del pueblo, el mexicano común como usted y yo deberá trabajar de manera digna para llevar sustento al hogar y, por último, las autoridades encargadas de impartir justicia tienen la obligación de hacer una investigación transparente, encontrar al culpable si es que lo hubiera y sancionarlo como marca la ley, en este y en cualquier otro caso.

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

licajimenezmcc@hotmail.com