A nivel macroeconómico es decir a nivel del análisis global de una economía, los gobiernos de los países cuentan con una serie de herramientas a través de las cuales pueden incidir en el desarrollo económico y social, dependiendo de sus áreas de influencia, sus responsabilidades y objetivos en el desarrollo nacional.
Es en este sentido que la política pública cuenta con dos grandes ramas que son sus principales herramientas, por una parte, se encuentra la política económica y por la otra la política social; la primera de ellas se conforma con la política monetaria y la política fiscal, y la segunda rama tiene que ver con aquellas acciones programáticas que buscan reducir los impactos negativos que la evolución económica va generando como aquellas inequidades para algunos grupos de la población.
En el caso que nos ocupa el día de hoy, respecto a la política monetaria, una herramienta fundamental en que el banco central asume responsabilidades a fin de tener un control sobre las acciones que propicien el control de la inflación, el manejo de la tasa de interés. así como la paridad monetaria de nuestra moneda respecto a las divisas extranjeras.
En nuestro país, su banco central está dirigido por el Banco de México (Banxico), institución fundada en 1925, misma que ha jugado un papel relevante en el sentido del diseño e implementación de la política monetaria, lo que ha garantizado en los últimos años una estabilidad macroeconómica importante en el manejo de la inflación, tasa de interés y del tipo de cambio.
Cabe mencionar que hoy el Banco de México es un organismo público descentralizado que goza de autonomía desde el primero de abril de 1994, a raíz de la modificación al Artículo 28 de la Constitución Mexicana. En ese sentido, el Gobierno federal no tiene incidencia en las decisiones que de manera autónoma hoy implementa el Banxico, debido a que sus objetivos son claros a fin de incidir en el manejo de la tasa de interés y tipo de cambio.
Al respecto, durante mucho tiempo se vínculó la política del banco central a las decisiones que la Reserva Federal de los Estados Unidos consideraba en materia de control de la tasa de interés, lo que mostraba una fuerte dependencia de la lógica de la política monetaria del país vecino respecto a las decisiones que se tomaba en México por parte de la banca central, sin embargo, es importante resaltar que hoy por hoy el Banxico, da muestras de una mayor independencia y mientras que en los Estados Unidos mantienen la misma tasa de interés, en el caso de México recientemente se ha decidido una reducción de 0.25 puntos en la tasa de interés al pasar del 11.25 % al 11.00%, la pregunta aquí es qué pretende el Banxico, al aplicar esta reducción en la tasa de interés, en primera instancia al bajar el costo del dinero se fomenta el consumo, y con ello se fortalece el mercado interno debido a que el crédito se abarata y los consumidores se verán motivados a hacer uso del crédito para el consumo de mercancías, por otro lado, la moneda mexicana se sigue apreciando y su volatilidad ha disminuido, lo que se prevé que en el primer trimestre del presente año la actividad económica se mantenga con signos positivos, lo que a su vez fortalecerá el mercado de trabajo, sin duda, los criterios de política monetaria tomados recientemente a fin de reducir la tasa de interés de referencia de los bonos gubernamentales, ha sido una medida muy acertada debido en primera instancia, a la reactivación económica que se espera, lo que generará desencadenamientos positivos entre los que destacan, mayor consumo, y por lo tanto una mayor tendencia a la inversión, que a su vez se traduce en una mayor tendencia a la contratación, es decir al empleo formal. Enhorabuena, la política monetaria que a todas luces privilegia la ruta del fortalecimiento de la economía en general y sus repercusiones positivas para la población en su conjunto, sin duda, una política responsable tanto en el ámbito técnico, como en las repercusiones favorables para la economía en su conjunto.
Regeneración 19
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