Una de las principales formas de distribución de la riqueza que genera un país, tiene una explicación en la estrecha relación que se establezca entre el capital y el trabajo, es decir, entre los márgenes de ganancias y los niveles de ingresos para los trabajadores.
Para ello, es de suma importancia identificar el sector económico en el que se registran las inversiones y los requerimientos de mano de obra calificada que demanda el establecimiento o empresa. Cabe hacer la observación que, durante muchos años se mantuvieron incrementos de los salarios por debajo de la inflación, cuyo argumento central que se esgrimía en ese momento era que un aumento en los salarios repercutiría inmediatamente en la inflación, lo que afectaría una de las variables macroeconómicas más importantes que daban estabilidad económica en el país.
Lo anterior generó que a largo plazo, se afectara de manera significativa los niveles de bienestar de la población trabajadora, ya que además, aparecieron políticas que precarizaban la jornada de trabajo, entre ellas, el trabajo a tiempo parcial, el trabajo por horas, hasta llegar a la subcontratación mejor conocido como outsourcing, lo que trajo como consecuencia un deterioro de la calidad y de las condiciones de vida de los trabajadores, en ese sentido, el incremento de la pobreza fue sustancial al paso de los años, al grado de llegar a tener cerca de la mitad de la población en el país viviendo en condiciones de pobreza, para ello, el gobierno diseñó una serie de acciones en primera instancia para conocer el fenómeno asociado a este problema y en segundo para implementar una serie de políticas públicas para su atención, sin embargo, no se consideró el incremento del ingreso de los trabajadores como uno de los principales factores para salir de la pobreza.
Actualmente, el salario mínimo ronda los $ 248.00 pesos diarios que equivale a casi cerca de $7 500.00 pesos mensuales. Recientemente se ha visto una reducción importante en los niveles de pobreza, es decir, que el incremento de los salarios bajo una nueva relación capital-trabajo es una de las mejores formas de garantizar la distribución de la riqueza, ahora bien, es necesario cuidar de cerca los incrementos en la inflación que pudieran afectar significativamente los ingresos de la clase trabajadora, recientemente el INEGI dio a conocer la línea de pobreza por ingreso en enero del 2024 (que son valores mensuales por persona a precios corrientes) para el medio rural es de $1 798.56 pesos y en el medio urbano de $2 328.59 que corresponde a la canasta alimentaria; la línea de pobreza por ingresos considerando la canasta alimentaria y la no alimentaria es de $3 286.49 en el medio rural y de $4 529.85 en el medio urbano, cabe considerar que estos precios de la canasta alimentaria y no alimentaria es por persona, lo cual aún resulta insuficiente dado los ingresos que debe tener una familia para satisfacer por integrante del hogar los requerimientos de la canasta alimentaria y no alimentaria, es por ello que es de suma importancia continuar con una política salarial y laboral, que satisfaga las necesidades de la clase trabajadora.
Regeneración 19
