Uno de los grandes debates que permanece aún vigente, no solamente en el ámbito del análisis económico sino en otras áreas de la vida de cualquier país, es si debe o no participar el gobierno en el terreno económico, para algunos analistas, cada que participa el gobierno se generan distorsiones que en el mercado se traducen en alteraciones de los precios que al final le afectan a los consumidores.
En otro de los casos, cada que participa el gobierno, este juega un papel de agente regulador, por lo tanto beneficia la equidad en términos de desarrollo macroeconómico. Considero, que la principal preocupación no es si participa o no el gobierno en la economía, sino más bien cuáles son los propósitos que tiene el gobierno al participar en un sector económico o social, es decir, que en buena medida el gobierno debe participar considerando las implicaciones de su actuación y a quienes beneficia o perjudica con la misma.
En este sentido, la participación del gobierno en algunos casos debe ser principalmente promotor de la inversión privada, de tal manera que, la estimule a fin de consolidar los propósitos sectoriales plasmados en un plan de desarrollo, lo cual dependerá de percepciones estratégicas donde la inversión pública o privada puede ser la protagonista del desarrollo económico y social, en otros casos, el gobierno debe ser el principal actor y promotor del desarrollo de sectores económicos por considerarlos estratégicos para la estabilidad y el desarrollo de la nación.
Esta postura ha generado fuertes debates debido a que hay sectores que hoy se consideran como fundamentales dada su necesidad y utilización en otros sectores, por lo tanto no pueden darse a la iniciativa privada su desarrollo y explotación.
En otro orden de ideas el acompañamiento entre la iniciativa pública y privada es crucial, y es necesario identificar el tipo de sistema fiscal que se adopte, pero además de ello, es de suma importancia que la inversión productiva del Estado debiera estar moderada en primera instancia por los gastos en su cuenta corriente, es decir, debe haber un posicionamiento que regule los gastos del sector público hacia sueldos y salarios de los funcionarios públicos, en este sentido es importante identificar que de acuerdo al Presupuesto de Egresos de la Federación para el presente año, se tiene contemplado un total de 9 billones de pesos, asimismo se prevé un déficit presupuestario por 1.6 billones de pesos.
Cabe hacer mención que del presupuesto aquí mencionado 2.3 billones de pesos se destinará para Ramos Administrativos; 5. 5 billones para Ramos Generales; 1.8 billones para Entidades Sujetas a Control Presupuestario Directo y 1.2 billones a empresas productiva del Estado, como nos podemos percatar cerca del 25% del Presupuesto de Egresos de la Federación está destinado a ramos administrativos cabe hacer mención, que de los rubros más importantes se los lleva la Secretaría de Bienestar y la Secretaría de Educación Pública; el grueso más importante del presupuesto, cerca del 56% son ramos generales, es decir, al gasto programable para aportaciones a seguridad social, provisiones salariales y económicas, y otra buena parte al gasto no programable que sería deuda pública y participaciones a entidades federativas y municipios, como nos podemos percatar en buena medida el Presupuesto de Egresos de la Federación se dirige a ramos generales que tiene que ver con la redistribución del gasto para algunas áreas que son de suma importancia para el desarrollo de las entidades federativas y de los municipios, es por ello que el presupuesto que gasta el gobierno debe ser además de recaudado con eficacia y eficiencia debe ser transferido al gasto con responsabilidad y transparencia, dado que el dinero que gasta el gobierno es de todos y cada uno de los que contribuyen con sus impuestos al presupuesto nacional.
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