La ciencia económica como una de las más importantes ciencias sociales, no es una ciencia exacta, es una ciencia de tendencias y por tanto, sus postulados, principios y teorías, tratan de dar una explicación lógica a todos aquellos movimientos, actitudes y manifestaciones del ser humano, quien a su vez actúa en función a su tiempo y espacio, es decir, a su contexto en el cual le corresponde vivir, en ese sentido la ciencia económica además de ser de tendencias es también de contextos, momentos y tiempos, dicho de otra forma, es una ciencia histórica.
A lo largo del tiempo, lo que ha pretendido ofrecer la ciencia económica son una serie de conocimientos a partir de modelos de desarrollo, cuyo objetivo fundamental se orienta a generar propuestas que propicien el bienestar a todos los ciudadanos de un país, es aquí donde se hace más interesante la cuestión, debido a la dificultad de definir el objetivo mismo del propósito de los modelos de desarrollo diseñados desde la misma ciencia económica, que es el bienestar, por lo que cabría preguntarnos qué es el bienestar, realmente es un concepto con muchos matices dada la subjetividad de cada individuo y su sentir respecto a la vida, de esta manera, la definición del bienestar estaría directamente relacionado con la percepción que tiene una persona respecto al sentir de sus necesidades tanto fisiológicas como psicológicas, en ese sentido, sus necesidades pueden ser consideradas desde las vitales que garanticen la vida misma hasta las más superfluas, es aquí donde radica la complejidad de la definición de bienestar.
Una aproximación que ha facilitado su acercamiento al concepto de bienestar, es el de bienestar social, el cual se concibe como un conjunto de factores que propician la calidad de vida de las personas, que hacen que en su existencia transcurra con tranquilidad y satisfacción, los factores como la alimentación, el acceso a la salud, así como a una educación de calidad, el que puedan tener una vivienda digna, además vivir en un espacio libre de violencia. Son referencias que tienen que ver entre otras con aspectos de índole material, habrá que añadir aquellas otras, asociadas a la realización de las personas a fin de que puedan lograr sus metas personales en pleno uso de sus libertades y facultades, por ello y ante la conjunción tanto de los bienes materiales como de aquellas aspiraciones individuales, se genera un conjunto de elementos tanto individuales como colectivos para identificar el bienestar social. Cabe citar a Amartya Sen y Martha Nussbaum quienes afirman que el bienestar debe ser usado en un sentido amplio, debido a que necesita relacionarse con aspectos como las capacidades, las oportunidades y otros elementos no cuantificables que hacen referencia a la calidad de vida de las personas.
En este sentido, en el caso de la sociedad mexicana que padece una gran desigualdad en la distribución del ingreso, habrá que reconocer y poner en la balanza la gran diversidad de perspectivas que la misma cultura proporciona, dependiendo los contextos históricos que configuran lo que tenemos actualmente, México como un país multicultural posee una riqueza inagotable, principalmente por su composición cultural, de ahí que hablar de un modelo de desarrollo propio para la sociedad mexicana, indudablemente se deberá considerar los aspectos multiculturales y multiterritoriales cuyos valores que hacen del ser humano un ente único, capaz de disfrutar y de vivir en libertad y en solidaridad con los demás. De ahí que la idea de libre mercado quedará corta para un modelo de desarrollo, como único factor de distribución de la riqueza, ya que la riqueza no sólo es material sino de otra índole. En ese marco habrá que considerar aspectos como la libertad, la igualdad y la fraternidad como factores de cohesión y de aspiración del desarrollo económico y social para cualquier país.
Regeneración 19
