En la ciencia económica una de las premisas más importantes respecto al bienestar de la población, se fundamenta en la idea de que la única fuente de riqueza es el trabajo, ahora bien, es de suma importancia considerar que el trabajo mientras más especializado sea, mayor será la posibilidad de su aportación al desarrollo económico, al parecer la gran mayoría de los países contempla la importancia de la capacitación y la educación para formar distintas especialidades, ya que sus efectos serán positivos en los diversos sectores económicos en donde estos se desarrollan.
En ese sentido, algunas teorías como la del capital humano, se centra en identificar el potencial que cada trabajador desarrolla a partir de la capacitación en la que se ve inmerso previo o bien durante el trabajo.
Por otra parte, mientras todos los ciudadanos que se encuentran en condiciones de trabajar, y lo hacen de acuerdo a sus especialidades, denota una situación sumamente favorable debido a que hay pleno empleo, lo que implica que el mercado de trabajo hace coincidir tanto la oferta como la demanda, y todos encuentran espacio a fin de desarrollar sus potencialidades productivas, a partir de ello, es de suma importancia que los trabajadores obtengan un ingreso suficiente que les permita vivir dignamente a ellos y sus familias. Por ello la importancia de que haya empleo y que éste garantice calidad de vida para el trabajador y su familia.
Al respecto, en el comunicado 206/24 del 27 de marzo del año en curso, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía da a conocer los indicadores de ocupación y empleo al mes de febrero del año en curso, cuyas cifras por demás son interesantes entre las que destacan las siguientes: la Población Económicamente Activa en nuestro país fue de 60.9 millones de personas, lo que implicó una tasa de participación del 60.2%, dicha población fue superior a la de febrero del año 2023 en 917 mil personas.
La Población no Económicamente Activa fue de 40.3 millones de personas, es decir, 623 mil más que en el segundo mes del año pasado; por otro lado, la población desocupada al mes de referencia fue de 1.5 millones de personas y las tasas de desocupación fue de 2.5% de la Población Económicamente Activa, dicha tasa de desocupación fue menor en 0.3 puntos porcentuales con relación al mismo mes del año pasado, lo cual muestra que el estatus del empleo de la economía mexicana fue en ascenso.
No obstante lo anterior, el empleo en hombres para el mes de febrero descendió en 0.7% en tanto que la población de mujeres respecto al año anterior tuvo un ascenso de 0.8%, lo cual implica el proceso cada vez mayor inmersión de las mujeres al mercado de trabajo.
Por último, hubieron algunos estados o entidades federativas con ascensos en su tasa de ocupación, lamentablemente para el Estado de Tamaulipas pasamos de 97.3% de tasa de ocupación en febrero del 2023 a 96.9% en febrero del 2024, lo cual indica una reducción marginal pero que afecta el nivel de empleo en el Estado, por ello, se deben buscar mecanismos a fin de promover políticas de fomento al empleo, lo que implicaría que el gobierno estatal diseñe planes o programas de fomento y que éste garantice mejoras en las condiciones de vida de la población tamaulipeca, y con ello evitar la posible pérdida en la calidad de vida de la población, el reto es complejo pero no imposible, si se considera la fortaleza que tiene la economía del Estado para atraer la inversión necesaria a fin de fomentar y garantizar más empleo para los tamaulipecos.
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