/ miércoles 15 de mayo de 2024

El cumpleaños del perro / Janis Joplin

El documental, en su acepción más genuina, es un territorio donde la verosimilitud y la temporalidad deben fluir sin estorbarse para que la historia contada–reflexionada, documentada– establezca con el público un diálogo convincente y expansivo.

Y ..acercarse a la figura de un ícono y contarla desde aristas inéditas me parece el reto que toma cualquier director para exponer y exponenciar la biografía del tótem.

En el documental “Janis: chica azul” (Janis: Little Girl Bue)/ 2015, de Amy J. Berg, no deja de ser un platillo exquisito para los fans de la mítica cantante de rock y blues Janis Joplin, nacida en 1943 en Port Arthur, Texas y muerta en 1970.

El manejo del material conseguido por la directora Berg (audio, entrevistas y sobre todo, cartas de Joplin a sus padres) es lo más interesante del filme porque no sólo mantiene la verosimilitud antes aludida sino que distiende el tiempo narrativo no en años y sí en tiempo humano, introspectivo.

La desgarradora voz de la llamada Diosa Blanca del Blues Negro podría caber en la sobada muletilla metafórica acerca de Carlos Gardel que sigue “cantando mejor que nunca”.

Las imágenes de Janis Joplin en este documental por sí solas llenan la pantalla. No hay innovación ni retruécanos en la narración del documental. Es un pulcro homenaje a uno de los ídolos de la contracultura de los sesenta en Estados Unidos que, fatalmente, perteneció al Club de los 27, junto a celebridades como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Kurt Cobain, Amy Winehouse, entre otros.

La vida tortuosa de Janis es contada desde su infancia cuando era vista como rara por sus compañeros de escuela. Las cartas –en la voz en off de la cantante Cat Power– le otorgan al filme una intimidad poética, emotiva y sopesan cualquier exceso de admiración exacerbada por parte de la directora.

El triunfo de Janis, a contracorriente de sus conservadores padres quienes deseaban que su hija fuera maestra, es contado en didáctico tono y he aquí lo más débil de la película. Sin embargo, el poderío de las interpretaciones de Janis lo cubre todo, en especial cuando en el 67, en el festival de Monterey, California, canta Ball and Chain, ante un público maravillado por su voz imponente.

“Janis: chica azul” quizás no aporte nada nuevo al conocimiento de la biografía de la sureña cantante. Pero hay algo que jala, que inmiscuye a las jóvenes audiencias: la aproximación a una figura vulnerable devorada más que por su éxito por su soledad, cosa que la precipitó al consumo de drogas hasta su desenlace en un hotel de Holly-wood el 4 de octubre de 1970.

En lo formal, el documental posee la valía del testimonio de exintegrantes de la banda Big Brother in the Holdign Company, agrupación en la que descolló Janis, y las grabaciones de entrevistas de tv de la época donde se puede advertir la inteligencia atropellada/reposada de Janis.

La película no es un panfleto ni una exaltación chocante. Es más bien una carta de amor a uno de los íconos de la música pop de los sesentas del siglo pasado, y está disponible en el portal ok.ru…

La vida tortuosa de Janis es contada desde su infancia cuando era vista como rara por sus compañeros de escuela

El documental, en su acepción más genuina, es un territorio donde la verosimilitud y la temporalidad deben fluir sin estorbarse para que la historia contada–reflexionada, documentada– establezca con el público un diálogo convincente y expansivo.

Y ..acercarse a la figura de un ícono y contarla desde aristas inéditas me parece el reto que toma cualquier director para exponer y exponenciar la biografía del tótem.

En el documental “Janis: chica azul” (Janis: Little Girl Bue)/ 2015, de Amy J. Berg, no deja de ser un platillo exquisito para los fans de la mítica cantante de rock y blues Janis Joplin, nacida en 1943 en Port Arthur, Texas y muerta en 1970.

El manejo del material conseguido por la directora Berg (audio, entrevistas y sobre todo, cartas de Joplin a sus padres) es lo más interesante del filme porque no sólo mantiene la verosimilitud antes aludida sino que distiende el tiempo narrativo no en años y sí en tiempo humano, introspectivo.

La desgarradora voz de la llamada Diosa Blanca del Blues Negro podría caber en la sobada muletilla metafórica acerca de Carlos Gardel que sigue “cantando mejor que nunca”.

Las imágenes de Janis Joplin en este documental por sí solas llenan la pantalla. No hay innovación ni retruécanos en la narración del documental. Es un pulcro homenaje a uno de los ídolos de la contracultura de los sesenta en Estados Unidos que, fatalmente, perteneció al Club de los 27, junto a celebridades como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Kurt Cobain, Amy Winehouse, entre otros.

La vida tortuosa de Janis es contada desde su infancia cuando era vista como rara por sus compañeros de escuela. Las cartas –en la voz en off de la cantante Cat Power– le otorgan al filme una intimidad poética, emotiva y sopesan cualquier exceso de admiración exacerbada por parte de la directora.

El triunfo de Janis, a contracorriente de sus conservadores padres quienes deseaban que su hija fuera maestra, es contado en didáctico tono y he aquí lo más débil de la película. Sin embargo, el poderío de las interpretaciones de Janis lo cubre todo, en especial cuando en el 67, en el festival de Monterey, California, canta Ball and Chain, ante un público maravillado por su voz imponente.

“Janis: chica azul” quizás no aporte nada nuevo al conocimiento de la biografía de la sureña cantante. Pero hay algo que jala, que inmiscuye a las jóvenes audiencias: la aproximación a una figura vulnerable devorada más que por su éxito por su soledad, cosa que la precipitó al consumo de drogas hasta su desenlace en un hotel de Holly-wood el 4 de octubre de 1970.

En lo formal, el documental posee la valía del testimonio de exintegrantes de la banda Big Brother in the Holdign Company, agrupación en la que descolló Janis, y las grabaciones de entrevistas de tv de la época donde se puede advertir la inteligencia atropellada/reposada de Janis.

La película no es un panfleto ni una exaltación chocante. Es más bien una carta de amor a uno de los íconos de la música pop de los sesentas del siglo pasado, y está disponible en el portal ok.ru…

La vida tortuosa de Janis es contada desde su infancia cuando era vista como rara por sus compañeros de escuela