/ lunes 22 de abril de 2024

El cumpleaños del perro / Un filme olvidado (y olvidable) de Robert De Niro

Al parecer Robert De Niro dejó ya de preocuparse por la apuesta estética y la búsqueda del perfeccionamiento histriónico, tan caros en sus trabajos al lado de Martin Scorsese (Taxi driver, Toro salvaje, Casino, Cabo de miedo).

La lista de filmes “churros” de De Niro en los últimos años es extensa. De hecho, quedó fuera de los 25 actores y actrices en lo que va del siglo XXI seleccionados por el New York Times.

Sin embargo, hay un filme olvidado (y olvidable) protagonizado por De Niro: Mente siniestra/ 2004, thriller dirigido por John Polson. Con la actuación de Dakota Fanning, la película cuenta la historia de Emily/ Fanning, una pequeña que sufre el trauma del suicidio de su madre.

Después de este evento, el doctor Calaway/ Robert De Niro decide llevar a su hija Emily a una cabaña a las afueras de Nueva York para completar la terapia, bajo la asesoría a distancia de Susan/ Famke Janssen, la amiga psicóloga de los Calaway. En la casa sucederán eventos que indicarán una presencia ultraterrena: Charlie, el amigo imaginario de Emily. Una vecina/ Elizabeth Shue y su sobrina congenian con los Calaway, pese a la conducta distante y sombría de Emily, quien acusa a su padre de la muerte de su madre.

Las vuelcas de tuerca se activan: Emily dice que su amigo Charlie habita con ella en su cuarto y en el sótano. Calaway investigará y descubrirá algo terrible: el cadáver de la vecina en la bañera. Un vecino oye ruidos y avisa al sheriff del pueblo. Al acudir el policía a la casa de los Calaway será asesinado por Charlie.

Susan llega a la casa para saber cómo está Emliy y será atacada por Charlie, quien intenta ahora matar a Emily. Lo siniestro del asunto es que Charlie es el mismo doctor Calaway.

La enésima visita al clásico de la literatura fantástica El Doctor Jekyll y Mr. Hayde, de Stevenson, es llevada en Mente siniestra a niveles de franco cliché. Es un filme que recuerda más a otros títulos (El sexto sentido/ 2000, Identidad/ 2004, La ventana secreta/ 2004) donde el tema de presencias fantasmales o elucubraciones mentales se bifurcan en la reelaboración del thriller y en el planteamiento del desdoblamiento (de allí el título en inglés de Mente siniestra: Hide and Seek, ocultado y buscado).

Es altamente probable que sin las presencias de Robert De Niro y Dakota Fanning Mente siniestra no hubiese tenido mayor atractivo comercial. El director John Polson si bien no se apoyó en la edición asfixiante y los close up recurrentes, quedó corto en lo más interesante del guion: justificar la acción del criminal Calaway. La infidelidad de su esposa (Amy Irving, por cierto, ex esposa de Steven Spielberg) fue la causante del desequilibrio mental de Calaway. Resuelto en apresurados flash backs, el motivo de Calaway quedó más en un asunto de criminal express que en una elaborada ecuación de suspenso.

El manejo del género (en este caso el de terror) es de lo más difícil porque el director tiene que enfrentarse a lugares comunes, a no caer en el facilismo ni el manierismo. Para meterse al género del terror hay que tener la lente bien enfocada, un guion que oferte sorpresas y no se pierda en retruécanos existencialistas o paranormales gratuitos. Hay que justificarlo todo. Ese es el gran reto del género...

Al parecer Robert De Niro dejó ya de preocuparse por la apuesta estética y la búsqueda del perfeccionamiento histriónico, tan caros en sus trabajos al lado de Martin Scorsese (Taxi driver, Toro salvaje, Casino, Cabo de miedo).

La lista de filmes “churros” de De Niro en los últimos años es extensa. De hecho, quedó fuera de los 25 actores y actrices en lo que va del siglo XXI seleccionados por el New York Times.

Sin embargo, hay un filme olvidado (y olvidable) protagonizado por De Niro: Mente siniestra/ 2004, thriller dirigido por John Polson. Con la actuación de Dakota Fanning, la película cuenta la historia de Emily/ Fanning, una pequeña que sufre el trauma del suicidio de su madre.

Después de este evento, el doctor Calaway/ Robert De Niro decide llevar a su hija Emily a una cabaña a las afueras de Nueva York para completar la terapia, bajo la asesoría a distancia de Susan/ Famke Janssen, la amiga psicóloga de los Calaway. En la casa sucederán eventos que indicarán una presencia ultraterrena: Charlie, el amigo imaginario de Emily. Una vecina/ Elizabeth Shue y su sobrina congenian con los Calaway, pese a la conducta distante y sombría de Emily, quien acusa a su padre de la muerte de su madre.

Las vuelcas de tuerca se activan: Emily dice que su amigo Charlie habita con ella en su cuarto y en el sótano. Calaway investigará y descubrirá algo terrible: el cadáver de la vecina en la bañera. Un vecino oye ruidos y avisa al sheriff del pueblo. Al acudir el policía a la casa de los Calaway será asesinado por Charlie.

Susan llega a la casa para saber cómo está Emliy y será atacada por Charlie, quien intenta ahora matar a Emily. Lo siniestro del asunto es que Charlie es el mismo doctor Calaway.

La enésima visita al clásico de la literatura fantástica El Doctor Jekyll y Mr. Hayde, de Stevenson, es llevada en Mente siniestra a niveles de franco cliché. Es un filme que recuerda más a otros títulos (El sexto sentido/ 2000, Identidad/ 2004, La ventana secreta/ 2004) donde el tema de presencias fantasmales o elucubraciones mentales se bifurcan en la reelaboración del thriller y en el planteamiento del desdoblamiento (de allí el título en inglés de Mente siniestra: Hide and Seek, ocultado y buscado).

Es altamente probable que sin las presencias de Robert De Niro y Dakota Fanning Mente siniestra no hubiese tenido mayor atractivo comercial. El director John Polson si bien no se apoyó en la edición asfixiante y los close up recurrentes, quedó corto en lo más interesante del guion: justificar la acción del criminal Calaway. La infidelidad de su esposa (Amy Irving, por cierto, ex esposa de Steven Spielberg) fue la causante del desequilibrio mental de Calaway. Resuelto en apresurados flash backs, el motivo de Calaway quedó más en un asunto de criminal express que en una elaborada ecuación de suspenso.

El manejo del género (en este caso el de terror) es de lo más difícil porque el director tiene que enfrentarse a lugares comunes, a no caer en el facilismo ni el manierismo. Para meterse al género del terror hay que tener la lente bien enfocada, un guion que oferte sorpresas y no se pierda en retruécanos existencialistas o paranormales gratuitos. Hay que justificarlo todo. Ese es el gran reto del género...