Continuando con los temas del Mes de la Mujer, hoy abordaré uno de los problemas de salud pública que pueden llevar a una mujer posmenopáusica a tener limitaciones y me refiero a la osteoporosis, la cual puede ocasionar huesos más frágiles e incrementar el riesgo de fracturas.
La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida de la densidad mineral ósea y la microarquitectura de los huesos; esto, como dijimos, incrementa el riesgo de fracturas vertebrales y de cadera entre las mujeres posmenopáusicas y que pueden impactar en su calidad de vida.
Algunos de los factores de riesgo relacionados con esta pérdida de densidad mineral ósea son la edad (principalmente en mujeres posmenopáusicas); la historia familiar de osteoporosis y fractura también es un factor de riesgo; también el peso bajo y principalmente con baja cantidad de masa muscular (sarcopenia), el consumo de alcohol y tabaco, la falta de actividad física y la deficiencia de calcio y vitamina D (en personas con limitada exposición al sol) pudieran ser algunos de los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad.
La osteoporosis es una enfermedad silenciosa, que puede pasar desapercibida hasta que no ocurre una fractura. Sin embargo, algunos signos y síntomas pueden incluir dolor óseo, algunos pacientes pueden perder centímetros de estatura, trastornos de postura e incluso fracturas recurrentes. La Organización Mundial de la Salud propone utilizar la densitometría ósea que mide la densidad mineral ósea y es relativamente sencilla de realizar y especialmente útil en personas si tienen factores de riesgo.
Algunos de los cambios a realizar para prevenir y tratar el riesgo de osteoporosis son una alimentación adecuada rica en calcio y vitamina d (lácteos, verduras, pescados y alimentos fortificados…). El ejercicio regular y en específico el entrenamiento de fuerza ayuda a mantener la masa muscular, reduciendo así el riesgo de caídas y fracturas. Sin duda el evitar el alcohol y el tabaco puede reducir el riesgo de pérdida de masa ósea. En algunos casos será necesario suplementar con calcio y vitamina D. Algunas de las terapias actuales en el tratamiento de la osteoporosis incluyen medicamentos como los bifosfonatos, estos actúan impidiendo la reabsorción ósea, lo que ayuda a mantener la densidad ósea, en algunos pacientes los efectos gastrointestinales impiden su uso; la terapia de reemplazo hormonal con estrógenos y progestágenos es otra opción de tratamiento no libre de riesgos, en específico el cáncer de mama es la más preocupante de las complicaciones de este tratamiento. Los modulares selectivos de los estrógenos como el raloxifeno con menos efectos secundarios que los estrógenos. Algunas otras opciones son los anticuerpos monoclonales específicos (Denosumab) o los análogos de la PTH como la Teriparatida han demostrado ser altamente eficaces en pacientes con osteoporosis severa.
La osteoporosis en mujeres posmenopáusicas es un problema de salud que puede tener consecuencias catastróficas para la función y la vida. El abordaje oportuno y adecuado puede prevenir las fracturas vertebrales y no vertebrales en estas mujeres. Es fundamental que las mujeres se cuiden a sí mismas con un estilo de vida saludable, que incluya una dieta rica en calcio y monitorear su salud ósea.