/ lunes 30 de septiembre de 2019

Con café y a media luz | Realidades entre dimes y diretes

Durante las últimas semanas, el conflicto mediático entre el actual presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador y su antecesor, Felipe Calderón Hinojosa, se ha recrudecido a tal grado que los comentarios vertidos, antes disimulados y dejados a la imaginación de sus respectivos seguidores, ahora se encuentran signados con nombre y apellido del destinatario en cuestión. Los indefinidos como “otros”, “algunos”, “alguien” y más recursos similares, han sido sustituidos por apodos o por el nombre del personaje a quien va dirigida la misiva.

Delicado resulta, pues antes cada uno se dirigía a sus respectivos bandos, en cambio, hoy, los recados lanzados por la supercarretera de la información a través de las redes sociales llevan la precisión quirúrgica de un misil Tomahawk de las fuerzas armadas de la Unión Americana.

Y es que desde que AMLO utilizó el remoquete de “comandante Borolas” en alusión a una imagen del panista envuelto en un saco militar de una talla distinta a la propia cuando arrancó la guerra contra el crimen organizado en Morelia, particularmente en aquel lugar conocido por los medios de comunicación nacionales como “la tierra caliente”, y Felipe contestó con la frase de “a otros el cargo les queda grande”, las cosas se han venido deteriorando entre ambos individuos.

Recordemos que durante la campaña de 2005 de cara al periodo presidencial 2006 – 2012, Felipe Calderón ganó la “grande”, con un mínimo margen de diferencia sobre el tabasqueño y, después de dos sexenios, las cosas son distintas, de tal suerte que, al inicio del mandato de AMLO, Calderón Hinojosa, en una plática privada solicitó que no se le retirara los elementos del Ejército que salvaguardaban su integridad, a lo que accedió el recién investido con la banda presidencial.

Esto hubiera parecido el fin de las rencillas, hasta que Andrés en una de sus mañaneras rompió la secrecía del acuerdo y divulgó el favor realizado, “alzándose el cuello” en aras de su bonhomía. Días después empezaría la guerra de declaraciones a través del twitter, medio predilecto de la clase política internacional, para hacer notar los errores, omisiones y detalles negativos de la actual administración pública federal.

Es en este intercambio de golpes mediáticos que se han hecho notar varias cifras que no dejan a este ejercicio gubernamental en el mejor de los papeles, ya que la estrategia que está aplicando el mandatario es de hablar “con los pelos de la burra en la mano”, nada más que el color que está usando en sus dichos, está subiendo cada vez más de tonalidad.

Por ejemplo, en el último mensaje, FCH puso en duda la honorabilidad de AMLO al indicar que “hombre de palabra, no es”. Lo anterior, apoyándose en un videoclip de poco más de un minuto en el que, durante un mitin, López Obrador asegura que con él se disminuiría el precio de la gasolina y que incluso “llegaría a costar lo que, en Estados Unidos, diez pesos el litro”.

Otro dato que no le está ayudando al actual mandatario a “callar bocas” son los índices de inseguridad que han mantenido una constante a la alza, pues aunque asegure que es una “herencia del pasado” y que fue otra la administración que “golpeó el avispero” – refiriéndose nuevamente a Calderón – lo cierto es que el número de muertos por día, supera, y por mucho, las cantidades que sucedían, cuando “el panal fue recién zarandeado”, para parafrasear al tabasqueño.

Y como si eso no fuera suficiente, las cifras mostradas por el INEGI no ayudan en lo más mínimo al presidente de la República, pues el cero por ciento de crecimiento no es, en lo absoluto, nada alentador, por el contrario, es sumamente preocupante. Cabe hacer mención que nuevamente de ahí se valió FCH para lanzar un nuevo golpe al publicar un mensaje de AMLO, en el que criticaba reaciamente a Enrique Peña, porque el INEGI le pronosticaba poco más del uno por ciento de crecimiento, AMLO en aquella ocasión aseguró que con él se hubiera alcanzado el doble de esa cifra.

Antes de concluir resulta que los últimos actos vandálicos sucedidos en la Ciudad de México, en la que quedaron dañados inmuebles de incontable e inenarrable valía histórica y económica no favorecen a la llamada “paz social” y contradicen la teoría del pueblo “feliz, feliz, feliz”. Resulta preocupante que, a pocos días del dos de octubre, fecha roja en la historia nacional por la matanza de los estudiantes en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco por parte de la administración federal de ese tiempo, seamos ahora testigos de una representación viva de la anarquía.

Como “cereza del pastel” el mandatario estadounidense, Donald Trump reconoció que está usando a México para proteger su frontera. En este tenor, solo basta recordar la declaración del canciller mexicano Marcelo Ebrard quien, después de la amenaza arancelaria aplicable so pena de no contener el flujo de migrantes que cruzaban por nuestro territorio nacional, dijo “Salimos con la dignidad intacta”, frase que hoy se viene por tierra a la luz del nuevo discurso norteamericano.

Desde mi punto de vista, AMLO deberá encauzar sus fuerzas y las de todo su gabinete para generar resultados reales, inmediatos y palpables y, hasta no tenerlos, no volver a entrar en un intercambio de palabras sin sustento con cualquier otro personaje de la política, pues las cifran hablan por sí solas y son realmente alarmantes.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!

Durante las últimas semanas, el conflicto mediático entre el actual presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador y su antecesor, Felipe Calderón Hinojosa, se ha recrudecido a tal grado que los comentarios vertidos, antes disimulados y dejados a la imaginación de sus respectivos seguidores, ahora se encuentran signados con nombre y apellido del destinatario en cuestión. Los indefinidos como “otros”, “algunos”, “alguien” y más recursos similares, han sido sustituidos por apodos o por el nombre del personaje a quien va dirigida la misiva.

Delicado resulta, pues antes cada uno se dirigía a sus respectivos bandos, en cambio, hoy, los recados lanzados por la supercarretera de la información a través de las redes sociales llevan la precisión quirúrgica de un misil Tomahawk de las fuerzas armadas de la Unión Americana.

Y es que desde que AMLO utilizó el remoquete de “comandante Borolas” en alusión a una imagen del panista envuelto en un saco militar de una talla distinta a la propia cuando arrancó la guerra contra el crimen organizado en Morelia, particularmente en aquel lugar conocido por los medios de comunicación nacionales como “la tierra caliente”, y Felipe contestó con la frase de “a otros el cargo les queda grande”, las cosas se han venido deteriorando entre ambos individuos.

Recordemos que durante la campaña de 2005 de cara al periodo presidencial 2006 – 2012, Felipe Calderón ganó la “grande”, con un mínimo margen de diferencia sobre el tabasqueño y, después de dos sexenios, las cosas son distintas, de tal suerte que, al inicio del mandato de AMLO, Calderón Hinojosa, en una plática privada solicitó que no se le retirara los elementos del Ejército que salvaguardaban su integridad, a lo que accedió el recién investido con la banda presidencial.

Esto hubiera parecido el fin de las rencillas, hasta que Andrés en una de sus mañaneras rompió la secrecía del acuerdo y divulgó el favor realizado, “alzándose el cuello” en aras de su bonhomía. Días después empezaría la guerra de declaraciones a través del twitter, medio predilecto de la clase política internacional, para hacer notar los errores, omisiones y detalles negativos de la actual administración pública federal.

Es en este intercambio de golpes mediáticos que se han hecho notar varias cifras que no dejan a este ejercicio gubernamental en el mejor de los papeles, ya que la estrategia que está aplicando el mandatario es de hablar “con los pelos de la burra en la mano”, nada más que el color que está usando en sus dichos, está subiendo cada vez más de tonalidad.

Por ejemplo, en el último mensaje, FCH puso en duda la honorabilidad de AMLO al indicar que “hombre de palabra, no es”. Lo anterior, apoyándose en un videoclip de poco más de un minuto en el que, durante un mitin, López Obrador asegura que con él se disminuiría el precio de la gasolina y que incluso “llegaría a costar lo que, en Estados Unidos, diez pesos el litro”.

Otro dato que no le está ayudando al actual mandatario a “callar bocas” son los índices de inseguridad que han mantenido una constante a la alza, pues aunque asegure que es una “herencia del pasado” y que fue otra la administración que “golpeó el avispero” – refiriéndose nuevamente a Calderón – lo cierto es que el número de muertos por día, supera, y por mucho, las cantidades que sucedían, cuando “el panal fue recién zarandeado”, para parafrasear al tabasqueño.

Y como si eso no fuera suficiente, las cifras mostradas por el INEGI no ayudan en lo más mínimo al presidente de la República, pues el cero por ciento de crecimiento no es, en lo absoluto, nada alentador, por el contrario, es sumamente preocupante. Cabe hacer mención que nuevamente de ahí se valió FCH para lanzar un nuevo golpe al publicar un mensaje de AMLO, en el que criticaba reaciamente a Enrique Peña, porque el INEGI le pronosticaba poco más del uno por ciento de crecimiento, AMLO en aquella ocasión aseguró que con él se hubiera alcanzado el doble de esa cifra.

Antes de concluir resulta que los últimos actos vandálicos sucedidos en la Ciudad de México, en la que quedaron dañados inmuebles de incontable e inenarrable valía histórica y económica no favorecen a la llamada “paz social” y contradicen la teoría del pueblo “feliz, feliz, feliz”. Resulta preocupante que, a pocos días del dos de octubre, fecha roja en la historia nacional por la matanza de los estudiantes en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco por parte de la administración federal de ese tiempo, seamos ahora testigos de una representación viva de la anarquía.

Como “cereza del pastel” el mandatario estadounidense, Donald Trump reconoció que está usando a México para proteger su frontera. En este tenor, solo basta recordar la declaración del canciller mexicano Marcelo Ebrard quien, después de la amenaza arancelaria aplicable so pena de no contener el flujo de migrantes que cruzaban por nuestro territorio nacional, dijo “Salimos con la dignidad intacta”, frase que hoy se viene por tierra a la luz del nuevo discurso norteamericano.

Desde mi punto de vista, AMLO deberá encauzar sus fuerzas y las de todo su gabinete para generar resultados reales, inmediatos y palpables y, hasta no tenerlos, no volver a entrar en un intercambio de palabras sin sustento con cualquier otro personaje de la política, pues las cifran hablan por sí solas y son realmente alarmantes.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a:

licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día!