Los doctores Tomás Hernández y Dora Sedas expresan su orgullo de haber sembrado en sus dos hijas el amor a la medicina formando una familia de médicos que impulsan la vida saludable.
Cuentan con 33 años de ejercer la medicina “es hermoso que Dios nos permitió formar a nuestras hijas haciéndolas mujeres de bien y que continúen con sus estudios post-profesionales, es una gran satisfacción”, dicen.
De inicio Dora decidió estudiar medicina porque le gusta ayudar a las personas “para que la gente tenga una mejor calidad de vida y consideré que ejerciendo la medicina estaría más cerca de la problemática de salud sobre todo de los que menos tienen”, recuerda.
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La doctora Sedas señala que “me dí cuenta que sabiendo los problemas de salud de la población, los factores de riesgo, los condicionantes en tiempo, lugar y persona podemos tomar decisiones que trascienden en mejorar la salud de la población, evitar el daño y mejorar la calidad de vida”.
Al hablar de sus logros destaca que “conseguí que se mejorara la calidad de vida de la población en donde me ha tocado ejercer, por ejemplo en IMSS Oportunidades desde mi servicio social logré que muchas mujeres en el área rural llevaran un adecuado control prenatal”.
Implementó métodos de planificación familiar, vacunas a áreas de marginación, mejoró la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas degenerativas con un adecuado control, mejorando su vivienda y su medio ambiente.
Ha participado en diferentes epidemias que han ocurrido en el país como el cólera, la influenza, el dengue y ahora Covid-19, “para mí el trabajo me ha ayudado a trascender para dejar una enseñanza en cada paciente, en cada compañero de trabajo y en especial en mi familia”.
Por su parte el Dr. Tomás A. Hernández, reconocido urólogo, señala que su propósito es seguir ejerciendo su carrera con gusto y esmero, brindándole a su paciente una excelente atención.
Resalta que “me siento muy afortunado con mi especialidad, ya que he tenido muchas satisfacciones en mi carrera”.
SUS HIJAS SIGUEN SUS PASOS EN LA MÉDICINA
Después de que recibió el título de médico cirujano y partero de la UDEM en Monterrey, Nuevo León, actualmente Amaranta Hernández Sedas, estudia una maestría en Nutrición Clínica y trabaja en el Hospital San José y Hospital Zambrano Ellion, allá en la Sultana del Norte.
En tanto Betsabé Hernández Sedas estudió la carrera de médico en el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey y actualmente realiza una maestría en Neurociencias en Canadá.
Cuenta su mamá que desde que sus dos hijas eran niñas les llamaba mucho la atención ser doctoras, ya que inyectaban a todas sus muñecas y relata que cuando han tenido mascotas son muy dedicadas en su atención, sobre todo cuando se enferman.
CARRERA DEMANDANTE
Debido a que esta profesión es muy demandante, los esposos Hernández Sedas les preguntaron a sus hijas si estaban decididas a estudiar medicina.
“Ellas mismas decidieron estudiar esta carrera y nosotros solo las apoyamos para realizar sus sueños y que sean unas mujeres de bien”.
Destaca que es muy importante que quien decida estudiar medicina lo debe de hacer porque tiene la capacidad para ejercerla “ya que tiene un alto nivel de dificultad en muchos sentidos como años de estudio y cultura de vida, debido a que en muchas ocasiones tienes que sacrificar tu vida propia”.