Describiéndose como una persona que busca el bienestar y armonía, siempre conduciéndose con base en los valores y principios inculcados en el hogar, Rodolfo Rivera Montoya es un profesionista que ha tenido la oportunidad de trascender a través de la danza.
El maderense que asegura tener el privilegio de haber nacido en una tierra donde la belleza es única cuenta con una trayectoria impresionante, que con trabajo y dedicación lo ha llevado a alcanzar cada uno de sus sueños.
El día de hoy el fundador del Ballet Folclórico de Tamaulipas comparte con los lectores de EL SOL DE TAMPICO todo aquello que lo inspira, la reinvención para educar a través de la danza y los proyectos en los que trabaja.
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¿Cómo llega a la danza folclórica?
Creo de forma circunstancial, más todo indica que mi corazón ya estaba nutrido con la pasión hacia una música como lo es el huapango y la folclórica mexicana, que me provocaba un estímulo y al escucharla me ponía a bailar. Y fue a los 5 años cuando mi madre la Sra. Conchita Montoya (+) me llevó a la Casa de la Cultura de Ciudad Madero, que se encontraba en la escuela primaria Felipe Carrillo Puerto, me llevaba de la mano, entramos, recorrimos varias aulas y de repente me solté de su mano para subir a bailar a un foro donde el Mtro. Erasmo Acosta Ledezma (+) exintegrante del Conjunto Típico Tamaulipeco impartía clases de huapango tamaulipeco. En ese momento sentí una conexión de mi ser con mi tierra, con la música huasteca y esos primeros zapateados han quedado grabados en mi memoria de por vida.
¿Recuerda sus primeras presentaciones?, ¿cómo fueron, qué emociones y sentimientos despertaron?
Como empecé siendo niño, me divertía al aprender e ir descubriendo lo que mis pies hacían y los sonidos que emitía al zapatear. El escenario implicaba un examen cada vez que subía, tenía solo 3 minutos para demostrar lo aprendido, así que siempre existió un estímulo para ir midiendo mi avance y crecimiento. Sentimientos y emociones quizá de nerviosismo previo a iniciar, pero ya bailando, alegría, regocijo, paz, y al concluir gran satisfacción.
¿Qué maestros han marcado su carrera?
Con quienes inicié, el maestro Erasmo Acosta Ledezma (+), mi gran maestra la Dra. Patricia Florencia Pulido y don Raúl Pazzi Sequera, quienes me llevaron a ser campeón nacional de huapango y campeón de campeones. Y de muchos maestros que admiro, quiero mencionar a 3 que han sido mi inspiración, el Mtro. Juan López Andrade, director del Ballet Folclórico Umalayapem; el Mtro. Rafael Zamarripa Castañeda, director del Ballet Folclórico de la Universidad de Colima y a la maestra Elena Scherbakova, directora del Ballet Igor Moiseyev de Rusia.
¿Recuerda aquel momento en que se corona como campeón de huapango, cómo fue?
Sí lo recuerdo, es parte de los grandes logros, es alcanzar una meta, invertir tiempo, llegar a una competencia donde no puedes solo intentar, si es que quieres ganar, es hacer todo y mostrar tu capacidad plenamente, fuerza, entrega, pasión, y consciente y convencido del por qué estás allí en la competencia. Escuchar al conductor decir: y la pareja campeona nacional de huapango Fiestas de Abril Tampico 1981 es… y que una Plaza de Armas llena gritara a coro el número 9 en forma de apoyo. Y el conductor después de un suspenso anunciarlo brinda mucha alegría, gran felicidad.
¿Cómo surge la idea de crear el ballet?
Como dice la canción del Siete Mares, navegar es mi destino. Mi destino gracias a Dios ya estaba trazado para ser maestro, coreógrafo y director. Regreso a la parte circunstancial, pero es estar en el lugar a la hora y con preparación. Y así teniendo 14 años de edad asumí un reto, que al pasar el tiempo hoy 37 años después es el Ballet Folclórico de Tamaulipas, con giras nacionales y actuaciones en los principales foros de expresión cultural de nuestro país, con giras en el extranjero, con premios nacionales e internacionales, todos de gran relevancia. Un trabajo sustentado en la disciplina, perseverancia, amor y respeto por la danza, y conocimiento pleno de lo que implica mostrar la riqueza cultural de tu país.
¿Cuáles son los logros que han marcado su quehacer como director?
La permanencia en un ámbito muy exigente y competitivo, el haber aportado algo a la vida de mis alumnos, hoy admiro a muchos de ellos que son grandes profesionistas con doctorados, maestrías, algunos con 2 carreras universitarias, algunos viviendo en el extranjero. Todos muy exitosos. Y lo más importante la gran labor que como familia hemos realizado desde un inicio y lo que se ha aportado a México y el mundo.
Vivimos tiempos complicados para la enseñanza, ¿cómo ha sido este proceso?
Durante un año detuvimos 100% de actividades, a partir de abril 2021 por invitaciones emitidas, una por parte del municipio de Ciudad Madero y otra por un organismo internacional FIDAF Perú, ambas de relevancia suprema, se convocó a un número reducido de participantes y cumpliendo con todos los protocolos emitidos por la Secretaría de Salud, se ensayó y se grabó al aire libre el material que sería utilizado para cubrir los compromisos establecidos. Seguimos con escasa actividad.
¿Qué mensaje le enviaría a sus alumnos y a las nuevas generaciones interesadas en la danza?
A mis alumnos, que valoro su gran talento, capacidad e iniciativa en cada ensayo y presentaciones de lo cual siento gran orgullo. Y a las nuevas generaciones interesadas en la danza, decirles que es una gran experiencia, encontrarán una gran variedad de grupos de diferentes disciplinas artísticas con excelentes maestros a los que les reconozco y admiro su valioso trabajo, donde además de instruirlos y brindarles todo su amplio conocimiento, encontrarán una gran familia.