El cambio generacional en las familias ha ido incrementando el desinterés en ciertas costumbres, las cuales con cada año que pasa se van perdiendo, como lo es a tradición de vestir al Niño Dios para este 2 de febrero, fecha muy importante para la comunidad religiosa y que pareciera pasar con indiferencia para los jóvenes.
Dalia Salazar, encargada de Galerías Vaticano Madero, establecimiento en donde se restauran todo tipo de imágenes y venden los ropones, relató que a los jóvenes ya no les interesa las tradiciones católicas que por generaciones se habían estado celebrando en cada familia.
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Los jóvenes de ahora "ya no están interesados en lo religioso"
“Ha disminuido la tradición ya que los jóvenes de ahora, ya no lo hacen y eso hace que se esté perdiendo todo eso, lamentablemente”, indicó.
Mencionó que con el paso de los años, ha notado que son menos las personas que acuden a este establecimiento a comprar un atuendo para el Niño Dios.
“Muchas señoras acuden a comprar su ropa para el Niño Dios y lo llevan, pero dicen que a lo mejor es el último año, porque a sus hijos ya no les interesa seguir con la tradición.
Lamentablemente cada año se venden menos. Los jóvenes de ahora no están interesados en lo religioso”, aseveró.
Agregó que la tecnología ha sido factor para que los jóvenes se interesen menos en estas tradiciones y no le dan importancia a estas celebraciones religiosas.
Después de 40 días del nacimiento se coloca el ropón al Niño Dios
Dalia Salazar relató que la tradición marca que tiene que ser 40 días después del nacimiento del Niño Dios cuando se debe de ataviar con un atuendo para esta celebración.
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“El hecho de que el Niño Dios lleve ropón, es cuando después de los 40 días del nacimiento María quiso llevar de gala a su niño al templo y lo llevó vistiendo un ropón, por eso es que todos los niños cada año se visten”, aseveró.
Comentó que además de celebrar la Candelaria con la degustación de tamales, es la presentación de Jesús en el Templo, la purificación de la Virgen después del parto y la Virgen de la Candelaria.
“El día 2 de febrero que es cuando la Virgen María lleva al templo a presentar al Niño Jesús y lo viste de lo mejor que puede”, señaló.
Los ropones pueden ser de cualquier material y costos
Comentó que los atuendos no son de un material en específico, por lo que se tienen diferentes costos para los bolsillos de las familias católicas.
“Los ropones pueden ser de cualquier tipo de tela, ya sea tejidos, bordados, españoles, desde muy finos hasta los más económicos".
"Hay desde los más económicos que son de 50 pesos hasta los que son de diseñador en el Vaticano, esos cuestan alrededor de los 20 mil pesos dependiendo de la calidad”, externó.
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Finalmente mencionó que el cambio generacional en las familias ha ido incrementando el desinterés de las tradiciones los cuales con cada año que pasa se van perdiendo, como lo es vestir al Niño Dios para este 2 de febrero, fecha muy importante para la comunidad religiosa y que aparentemente no es atractiva ya para los jóvenes.