El Excmo. Obispo de la Diócesis de Tampico, Monseñor José Armando Álvarez Cano, presidió una de las ceremonias más significativas del año, como es la Misa Crismal, donde los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales y se bendicen los santos óleos.
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La celebración eucarística tuvo lugar ayer a partir de las 11:00 de la mañana en la Iglesia Catedral, donde los feligreses acataron las disposiciones del sector Salud que incluyen el uso de cubrebocas y ocupar sólo cuatro lugares en las bancas, para respetar la sana distancia.
En la misa que congregó a cerca de cien sacerdotes de la Diócesis de Tampico que están distribuidos en 68 parroquias de 16 municipios, Monseñor José Armando Álvarez destacó la labor que realizan en la comunidad.
"Los sacerdotes somos los hombres de confianza de Dios, ya no se nos puede llamar siervos, sino amigos, porque ha depositado su confianza en nuestras manos", expresó.
Agregó que la amistad con Jesús los lleva a tener una profunda comunicación con él, ya que son una comunidad de discípulos, una comunidad de hermanos, hijos de un mismo Padre.
En esta misa los sacerdotes renovaron su consagración y dedicación a Cristo y a la Iglesia, por lo cual el pastor de la Diócesis los invitó a que no sientan miedo o falta de fe, como cuando el Apóstol Pedro no pudo caminar por las aguas, porque "Dios está con ustedes y no los abandona", resaltó.
Los sacerdotes prometieron unirse más a Cristo, ser sus fieles ministros, enseñar y ofrecer el Santo sacrificio en su nombre.
En la celebración se consagró el Santo Crisma y se bendijeron los santos óleos de los catecúmenos y de los enfermos.