A lo largo de la historia, las mujeres se han topado con múltiples prohibiciones: no podían trabajar, estudiar, votar, tener propiedades a su nombre, heredar, controlar su dinero e incluso se les negaba el derecho a la libre expresión. En 1967, las mujeres no podían participar en el maratón de Boston, pero ni a Bobbi Gibb ni a Kathrine Switzer les importó.
La maratón de Boston
La maratón de Boston es una carrera a pie que se celebra anualmente desde el 19 de abril de 1897. Aunque en la actualidad se pueden inscribir tanto hombres como mujeres al evento, hace 70 años permitía la participación masculina.
En 1967, Kathrine Switzer quien había pertenecido al equipo de atletismo de la preparatoria, se cansó de escuchar cómo las mujeres no tenían la suficiente capacidad física para culminar el maratón de Boston, una competencia de 42 kilómetros.
Desilusionada de no poder continuar con su carrera como corredora en la universidad, por ser mujer, Switzer ideo un plan: se registró al maratón de Boston con sus iniciales y se presentó el día de la competencia, el 19 de abril de 1967, con su dorsal al cuello con el número 261.
Las imágenes tomadas ese día, por diversos medios, recorrieron el mundo. En ellas se puede ver cómo algunos hombres intentan, a empujones y gritos, sacar a Switzer de la carrera. Varios testigos de la escena replicaron las palabras de odio dirigidas hacia la corredora: “Vete de aquí, tú no perteneces a este lugar”.
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Switzer no acudió sola al evento, junto a ella iban su novio y su entrenador, quienes intentaron protegerla de los ataques recibidos por parte de algunos integrantes del circuito. Otros corredores también acudieron a su defensa.
Nadie creía que pudiera terminar el maratón, pero en palabras de Switzer, reproducidas por la organización de Amnistía Internacional, ella tenía una sola idea en la mente “Voy a terminar la carrera arrastrándome o a gatas si es necesario; porque si no la acabo, nadie creerá que las mujeres pueden hacerlo”.
El resultado final
El 19 de abril de 1967, después de un tiempo aproximado de 4 horas y 20 minutos, Kathrine Switzer cruzó la meta con el dorsal 261. En ese momento se convirtió de manera oficial en la primera mujer en participar en el maratón de Boston.
Switzer no fue la primera
Kathrine Switzer corrió con el número 261 en 1967. No obstante, en el mismo año, un año antes y un año después, otra mujer sin registro oficial, también realizó el maratón de Boston. Su nombre es Bobbi Gibb.
Bobbi Gibb corrió el 19 de abril de 1966, en la maratón de Boston. Diversos corredores aseguraron que ella había realizado todo el trayecto. El alcalde de la ciudad reconoció su labor al finalizar la competencia. Sin embargo, la directiva del maratón no validó su esfuerzo.
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En 1967 y 1968, Bobbi Gibb repitió su hazaña. Aunque su historia no es mediática, es un parte aguas de la equidad de género en el mundo del deporte.
Gracias al trabajo de Gibb, de Switzer y a la presión de diversos organismos por la equidad de género, el 19 de abril de 1972, el maratón de Boston abrió sus inscripciones al género femenino.
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Cuando a ambas mujeres se les preguntó por qué lo hicieron, por qué es que participaron en la competencia a pesar de la oposición, sus respuestas fueron muy similares: ellas solo querían correr y sentirse libres de hacerlo. En 1966 y 1967, las mujeres no podían participar en el maratón de Boston, pero a Bobbi Gibb y a Kathrine Switzer no les importó.