Era sábado aquel 30 de marzo de 2019, en el Aeropuerto Internacional General Francisco Javier Mina, aficionados esperaban pacientemente. ¿El motivo?, la inminente llegada del equipo Dorados de Sinaloa, algo que causaría extrañeza, dado que en la zona se es aficionado a la Jaiba Brava, pero en realidad, todos aguardaban el arribo de su entrenador, el astro argentino Diego Armando Maradona, quien como jugador fue considerado como uno de los mejores de todos los tiempos.
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Dorados jugaría al día siguiente ante la Jaiba Brava, escuadra a la que derrotó por tres goles a dos en partido de la jornada trece del Clausura 2019 de la entonces Liga de Ascenso MX.
Maradona arribó al aeropuerto porteño acompañado del plantel de Dorados de Sinaloa, pero en aquella ocasión no cruzó palabra alguna con los medios de comunicación y solo firmó unos cuantos autógrafos.
Su sola presencia causó conmoción entre los auténticos aficionados al futbol que estuvieron esperando poco más de tres horas el arribo de la aeronave que transportaba al ídolo de Villa Florito con la esperanza de tomarse la foto con el “Pelusa”, solicitarle su firma, tocarle el brazo, lo que fuera.
Al principio eran pocos los seguidores al balompié, pero de repente salieron por todos lados, aunque Diego iba resguardado por un grupo del personal del Club Dorados.
Hoy miércoles 25 de noviembre, casi un año y ocho meses después de esa visita a tierra jaiba se dio a conocer la noticia del fallecimiento de Maradona, el grande del futbol. Descanse en paz.