Pegó de hit, y como solo él sabía hacerlo, alcanzó primera base, se perfiló a la segunda y aceleró para llegar a tercera y así, entre sonoros aplausos y gritos de “¡vamos, vamos”!, Víctor González Aguilar anotó por última vez, en el parque Guillermo Arteaga de Tancol, escenario que lo vio dar sus primeros pasos en el beisbol, el “rey de los deportes” que tanto lo apasionó y que le permitió destacar a nivel nacional e internacional.
Luego de celebrarse una misa en la parroquia de María Reina en Tancol, su padre Marco “Coy” González y peloteros del equipo Coyotes, llevaron su féretro al hombro, rumbo al parque, en donde ya se encontraban jugadores y directivos de la Liga Independiente, compañeros y maestros del CETIS 109, directivos, personal docente y alumnos de la Universidad del Golfo, familiares y amigos sobre todo vecinos de Tancol, que acudieron a despedir a Víctor.
Ahí recorrieron las cuatro esquinas del diamante y sus restos fueron colocados en medio de numerosas ofrendas florales. Habló a nombre de la familia el abuelo de Víctor, también llamado Víctor González, quien agradeció las muestras de afecto y solidaridad.
Previamente, quienes así lo quisieron, uno por uno, le dieron a “Coyito”, como afectuosamente era también conocido, no un adiós. Solo un “hasta luego”.