El más reciente análisis de una tumba en Finlandia con más de mil años de antigüedad vendría a modificar nuestra percepción sobre la participación de personas no binarias en las sociedades antiguas, donde no solo eran aceptadas, sino incluso miembros respetados de sus comunidades.
PERTENECÍA A UNA FAMILIA DE ESTATUS
De acuerdo a un estudio publicado en la revista European Journal of Archaeology, el análisis del ADN de los restos de una tumba medieval en Suontaka Vesitorninmäki, al sur de Finlandia, puede haber pertenecido a una persona no binaria de una familia importante.
Descubierta por primera vez en 1968 durante unas obras de construcción, la tumba contenía en su interior joyas como broches ovalados, así como fragmentos de ropa de lana que sugerían que la persona fallecida iba vestida con “un traje femenino típico de la época”, dijeron los investigadores.
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Pero, de forma inusual, la tumba también contenía una espada sin mango colocada en el lado izquierdo de la persona, con otra espada, probablemente depositada en una fecha posterior, enterrada por encima de la tumba original, objetos que se asocian más a menudo con la masculinidad.
Durante décadas, los arqueólogos habían asumido que en la tumba de Suontaka se habían enterrado dos cuerpos, un hombre y una mujer; o que era una prueba de que existían fuertes líderes femeninas, incluso mujeres guerreras, en la Finlandia medieval.
LO QUE REVELÓ EL ADN
Sin embargo, tras un análisis de ADN se demostró que la tumba contenía los restos de una sola persona, y que tenía el síndrome de Klinefelter. Normalmente, una mujer tiene dos cromosomas X (XX) y un hombre tiene un X y un Y (XY). En el síndrome de Klinefelter, un varón nace con una copia adicional del cromosoma X (XXY).
“El contexto general de la tumba indica que se trataba de una persona respetada cuya identidad de género bien podría haber sido no binaria”, detallaron los científicos.
Para los investigadores, el hallazgo pone en entredicho la idea de que en la Edad Media los hombres que se vestían con ropas femeninas no eran respetados y se consideraban vergonzosos. Aunque también es posible que la persona fuera aceptada como persona no binaria porque ya tenía una posición distintiva en la comunidad, por provenir de una familia rica o influyente.