Muchos dicen que el dinero no da la felicidad. Sin embargo, otros insisten en que, de hecho, la pobreza tampoco alienta al bienestar. A través de un estudio con más de ocho décadas de duración, la Universidad de Harvard dio a conocer una cifra tentativa de cuándo cuesta alcanzar la dicha. ¿Quieres saber, en teoría, cuánto dinero necesitas para ser feliz?
El Estudio de Harvard sobre el Desarrollo de los Adultos (HSAD, por sus siglas originales) es considerado el estudio sobre felicidad más largo jamás hecho. La investigación ha monitoreado la existencia de un grupo de personas y sus descendientes durante cuatro generaciones (cerca de 85 años).
¿El dinero da la felicidad? Y si es así, ¿qué tipo de felicidad?
Entre los resultados obtenidos por la institución hay una variable que influye en los índices de satisfacción: la salud financiera.
Acorde al HSAD, en Estados Unidos, una persona requiere de un ingreso promedio de 72 mil dólares al año para mantener una buena calidad de vida. Teniendo en cuenta que en el país norteamericano un trabajador promedio gana aproximadamente 60 mil dólares anuales, la cantidad no parece tan alta.
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Sin embargo, al momento de convertir la cantidad a pesos mexicanos. La cifra equivale a casi un millón y medio de pesos mexicanos a cambio actual. Es decir, implica un ingreso promedio mensual de más o menos 120 mil pesos.
La Secretaría de Economía de México informa que el salario promedio de profesionistas y técnicos en territorio nacional es de siete mil trescientos pesos, por tanto, alcanzar “la cifra de la felicidad” propuesta por Harvard parece un objetivo difícil.
El dinero no compra la felicidad; pero sí influye
Gracias al artículo “Robert Waldinger, psiquiatra: La felicidad depende de lo que nos falta” escrito por Aser García Rada para “El País” sabemos la siguiente información:
Waldingar es el actual director del Estudio sobre el Desarrollo de los Adultos y para él la felicidad consiste en alcanzar aquello que se necesita. En sus palabras “Si vienes de un entorno muy inestable, quizá para ti la felicidad sea la estabilidad. Si vienes de uno muy aburrido, quizá sea la emoción”.
De igual manera, explica que el concepto de felicidad puede ser entendido desde dos aristas: desde el hedonismo y desde el eudemonismo.
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El hedonismo hace referencia a aquello que otorga placer inmediato. En tanto que el eudemonismo se concentra en el sentido que cada persona da a su vida.
De hecho, más que en el dinero, Waldingar apunta que el Estudio indica que la clave de la felicidad está en el tipo de relaciones que se entablan: relaciones cálidas, que otorguen sentido de pertenencia y con una interacción sana, aportan múltiples beneficios a la salud mental y, en consecuencia, a la salud física.
Además de lo anterior, la capacidad de agradecer lo que se tiene también influye en los índices de bienestar; junto con ser generosos y bondadosos.
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En conclusión, ¿cuál es el precio de la felicidad? A pesar de que el Estudio sí plantea una cifra para la población estadounidense, también reconoce que la dicha es un complejo estado emocional que implica diversos factores: una buena salud financiera, una sólida red de relaciones interpersonales y la capacidad de ser agradecido con la existencia que se tiene.