Creada en los años 70, la marca de juguetes Tente fue inspiración para toda una generación, un ejemplo de ello es el artista de modelismo a escala David González Méndez, quien con más de 20 años de experiencia en el ámbito educativo ha descubierto en sus piezas una gran oportunidad, pues de estar en la sala de su casa, hoy forman parte del Museo de la Ciudad Tampico.
Lleno de entusiasmo, el profesor por vocación comparte una agradable charla con EL SOL DE TAMPICO, en donde viaja al pasado cuando inició su gusto por crear escenarios tanto reales como aquellos que guarda en su imaginación.
“Cuando era muy niño mi papá compró una cajita con unos cubitos de plástico, que ahora se llaman Lego y antes en México se llamaban Tente, ¿qué hacías con estos cubitos?, venía un catálogo con las figuras que tú podías armar, los ejemplos eran casitas, animalitos, carritos, en aquellos años podías hacer lo que tú quisieras, yo veía a mi papá y yo también los hacía, empezaba a copiar”.
David explica que su ilusión por crear lo llevó a salirse de lo que marcaba el mencionado catálogo para crear cosas que venían de su imaginación, sus caricaturas y más, descubriendo que lo que a él le gustaba era crear.
Un niños que ahorraba para crear
El creador de muchas piezas que evocan a grandes obras arquitectónicas reales y de ficción explica que ha sido toda una vida dedicada a dicho artes pues desde niño y ya más grande todo el dinero que le daban como el famoso “domingo” él lo guardaba.
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“Yo guardaba, hacía mi ahorro e iba a la tienda Lodela, la única tienda de modelismo que yo recuerdo y que desapareció en los 80s, iba con los ahorros y me compraba mis avioncitos, en aquellos años yo no sabía de realismo, pintaba todo como yo creía, estaba entretenido”.
González Méndez asegura que con el paso de los años se enfocó en el estudio, el trabajo, la familia, pensando que ese tipo de actividades habían pasado de moda.
Hace 15 años retoma el hobby y hoy está en un museo
“Hace 15 años volví a retomar este hobby y me di cuenta que ahora todo era comprarlo por internet, este hobby puede ser tan caro como se lo imagine o tan caro como usted quiera”, comentó.
David explica que actualmente existen diversas marcas, sin embargo, él se dio a la tarea de crear piezas con materiales reciclados logrando que cada obra que realiza es única, pues no es un kit armado.
“Mis piezas desde hace 15 años son hechas a mano, la mayoría de las que hice para el museo incluyen piezas que están hechas con impresiones 3D, también cartón, papel batería, chatarra electrónica y más”.
El Edificio de la Luz es su pieza favorita pues en un principio fue creada para su colección personal, sin embargo, fue la que atrajo la mirada del historiador David Granados, quien lo invitó a trabajar en la realización de lo que hoy es el Museo de la Ciudad.
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“Lo tenía en menor escala, lo puse en exposición y lo vio el historiador y la primera pieza que él adquirió fue esa, yo lo hice en tres semanas, utilicé cartón, papel batería, chatarra electrónica en el tranvía, los colores los logré haciendo combinaciones”.
Su llegada al museo la describe como una sincronicidad de eventos: “Mi vida dio un giro de 180 grados, llegaron personas que fueron cruciales para que yo me manifestara, lo que yo consideraba un hobby que a nadie le interesaba ahora me lo estaban pagando. Fue un trabajo pesado pero muy satisfactorio, sí quisiera que hubiera más proyectos así”.
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Por último, además de agradecer a quienes han confiado en sus piezas, tanto coleccionistas como amigos, invita a los artistas a que “sean creativos, no tengan miedo, ustedes son los dioses en este mundo en miniatura”.
