Tampico fue un tema que ocupó algunas páginas en la obra de José Agustín. El recientemente fallecido autor mexicano, precursor de la llamada Literatura de la Onda, llevó a cabo una crónica de su visita al puerto. Con su característico humor mordaz e ironía, rindió cuentas de su accidentado paso por el sur de Tamaulipas para asistir a un homenaje a Rodrigo González, "Rockdrigo".
El texto “Rockdrigo y Tampico” se puede consultar en el libro “El hotel de los corazones solitarios”, publicado en 1999, que reúne una serie de artículos y crónicas que escribió en diferentes periódicos y revistas y que tienen como tema central la música.
Rockdrigo, letras y rock
El comunicólogo y músico Ricardo Ramírez estuvo presente en el evento que tuvo lugar en los jardines del Centro Cultural IRBA y en el Teatro El Farol en septiembre de 1992. El homenaje fue organizado por el periodista Roberto Ponce en colaboración con la familia de Rockdrigo y las autoridades municipales, a unos años de conmemorarse el décimo aniversario luctuoso del compositor de “Estación del Metro Balderas”.
"Era un homenaje importante porque venían artistas de México. Entre ellos, recuerdo a Fausto Arrellín con el grupo Qual, el último grupo que tocó con Rodrigo, y a Nina Galindo, una cantante del movimiento rupestre. Traer a estos dos grupos de la Ciudad de México, identificados con Rodrigo, era muy significativo", comentó Ricardo a EL SOL DE TAMPICO.
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En el evento también participaron bandas locales como Klan, que luego serían conocidos como Los de abajo de Madero, Dunas, y Caja Hermética, grupo en el que tocaba Ramírez.
También hubo una parte literaria con la presencia del poeta y músico tampiqueño Juan Jesús Aguilar, así como de José Agustín, uno de los primeros escritores que reconocieron la originalidad y talento de Rockdrigo.
Una visita con “mucha mala vibra oficial”
En su crónica, José Agustín es incisivo al calificar lo que él llama "la mala vibra oficial" por parte de las entonces autoridades de Cultura municipales, encabezadas entonces por Adolfo Castro. Agustín afirma que siempre mostraron desinterés en el evento y los invitados, al punto de que no había forma de trasladar a los músicos y sus equipos al IRBA.
"(Adolfo Castro) de plano nos explicó que no había transportes porque todos los del gobierno municipal estaban en la campaña política de Manuel Cavazos, el candidato priísta 'new wave' a gobernador de Tamaulipas", escribió Agustín.
Asimismo, relata el escritor, la hermana de Rockdrigo, Genoveva González Guzmán, interviene y logra que los músicos lleguen al recinto, y la tocada se realiza. En su recuento, Agustín afirma que la gente estaba "muy prendida" y feliz, aunque también menciona a un "rocanrolero” que se caía de borracho y gritaba: “¡Todos son unos farsantes!". Este personaje se ha identificado como Juan Rosales, conocido como “El Tomates”.
“Es un hecho real, y esa persona que estaba ahí, yo creo que no le gustaba ese acto oficial, y también creo que parte del rocanrol es la rebeldía, no estar sentado con corbata, escuchando una gran conferencia, sino que es echar relajo, aunque fuera en el Teatro El Farol, con la familia de Rockdrigo y todo”, dijo Ramírez.
“Arreándole al buen blues”
Ricardo, quien había sido un ferviente lector del autor de "La tumba" y "De perfil", así como de libros de rock como "La nueva música clásica", mucho tiempo después, cerca del año 2000, ojeando la nueva publicación de José Agustín, descubrió que este autor no solo escribió de Tampico, sino que incluso hizo un elogioso comentario de su banda.
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"José Agustín menciona que, saliendo de la conferencia en El Farol, se fue al patio y estaba el grupo Caja Hermética 'arreándole al buen blues', hizo un comentario positivo. No dijo si tocamos bien o mal, dijo que le estábamos arreando al blues. Entonces, cuando leí eso, quedé en shock, fui muy feliz".
Ricardo señaló que, aunque fue una visita memorable pero agridulce, José Agustín ya había acudido anteriormente a Tampico, esto en el año de 1990, para brindar una charla en la Facultad de Medicina de la UAT sobre rock y literatura.
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“Yo todavía me atreví a preguntarle: ‘Oye, ¿y todavía ves a Angélica María?’, así de relajo, porque ellos dos tuvieron un romance. Y me dijo: ‘Sí, no nos vemos ella y yo, pero nuestros hijos son amigos, son cuates”.
