“Aguántate, como los machos” es una frase muy conocida entre los hombres de México, la hemos escuchado oír desde pequeños ya que, se cree, la expresión abierta de los sentimientos está relacionada con lo débil, lo femenino, valores que no representan a un “hombre de verdad”. Erradicar esta idea tomará su tiempo, pero especialistas creen que es posible.
LA VERGÜENZA POR EL LLANTO ES RECIENTE
“El llanto es un acto humano. El llanto es un mecanismo psicológico y fisiológico con múltiples beneficios para nuestra salud. El dolor también debe ser expresado, reprimirlo puede tener efectos negativos”, se afirma en un artículo del Instituto para el Desarrollo de Masculinidades Antihegemónicas (IDMAH), de la Ciudad de México.
Este organismo, que busca crear contenidos, dinámicas y espacios para desafiar al machismo, explica en su texto que este tabú por el llanto masculino, históricamente, es relativamente reciente, ya que en épocas pasadas los hombres lloraban en público y no eran objeto de escarnio.
“Por ejemplo, tenemos obras como La Ilíada que contaba con escenas donde las lágrimas masculinas no eran reprimidas; y que aunque no es un relato fiel a los hechos, sí fue tomado como un modelo del hombre heroico”, se indica en el artículo. De igual modo, en La Biblia las alusiones al llanto está presente en reyes, pueblos y en Jesús.
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¿CÓMO NACIÓ ESTE TABÚ?
Para los integrantes del IDMAH la supresión de las emociones en los varones inició con la urbanización y la proliferación de fábricas, talleres y oficinas, espacios donde los hombres tenían que convivir y producir. En ese contexto “la expresión emocional era percibida como una pérdida de tiempo, así que se capacitaba a los empleados para reprimir sus emociones y así aumentar la productividad”.
El resto de la historia la conocemos: poco a poco el llanto fue relegado a las mujeres como símbolo de vulnerabilidad. Así, el llanto en el espacio público era para la mujer y solo en lo privado el llanto de los hombre podía ser tolerado, además debía limitarse en la expresión de sus emociones.