Publicada en 1851, en Estados Unidos, la novela “Moby Dick” del escritor Herman Melville cuenta, entre muchos otros relatos, la historia del capitán Ahab quien ha jurado venganza contra una enorme ballena blanca, a quien considera la causante de su actual estado de desgracia. La obra ha despertado tanto el elogio como el rechazo de los lectores, ¿por qué?
“Llamarme Ismael”, tal frase da inicio a una de las piezas de literatura más celebradas (y criticadas) por el público. La historia de un joven marinero que termina formando parte de la tripulación del “Pequod”, un navío ballenero con una curiosa misión: cazar a un enorme y especifico cachalote.
La estructura de la novela: causa del conflicto
Dependiendo de la edición, el libro suele tener una extensión aproximada entre 600 a 800 páginas. Al principio la narración consta de la decisión de Ismael de hacerse a la mar, los compañeros que conoce en el “Pequod” y los retos de vivir en un barco.
Pronto conocemos al capitán Ahab, quien está obsesionado con encontrar a Moby Dick, cueste lo que cueste, ya sea tanto su propia integridad física y mental, como la de la tripulación.
Sin embargo, mientras avanza el relato, los personajes de Ismael y Ahab abandonan el protagonismo de la obra, para cederle los reflectores a las ballenas.
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El libro contiene un exhaustivo análisis sobre estos animales, su anatomía, la historia de su caza, su comportamiento y las historias que sobre ellas se escuchan en los océanos. Incluso hay una descripción exhaustiva de un cementerio de esta especie.
Para muchos de sus más acérrimos críticos, la obra es demasiado extensa y desvaría en su objetivo. Para sus defensores, muestra todo el espectro de posibilidades que una novela puede ofrecer, tanto para quien escribe como para quien lee.
Vendió menos de 500 copias en su lanzamiento
De acuerdo al artículo “¿Cómo se reconoce una obra maestra? La triste historia detrás de Moby Dick” escrito por Noel Ceballos para Revista GQ, al momento de salir de imprenta, en 1851, el libro vendió menos de cinco centenas de copias. La primera edición del libro suprimió pasajes enteros de la obra sin considerar la opinión del autor.
Melville intentó continuar escribiendo a pesar del fracaso editorial hasta que en 1857 renunció al mundo de las letras y también, al parecer, a la sobriedad. Cuando murió no era un escritor reconocido y su obra había caído en el olvido.
Sin embargo, casi tres décadas posterior a la muerte del autor, “Moby Dick” comenzó a ser analizada en distintos circuitos académicos y literarios, hasta ganar la reputación de “obra referente de la literatura anglosajona”.
Si te interesa conocer el desenlace de la obra, si acaso el enloquecido capitán Ahab cobró su venganza contra la enorme ballena blanca, basta acercarse a “Moby Dick” de Herman Melville. Es una obra larga, a veces lenta, a veces emocionante, a veces descriptiva hasta el extremo, como una larga travesía en el mar. ¿Cómo lector, cuál es tu crítica final?