La siguiente escena puede ser familiar para muchas personas: verse rodeados de plumones, crayolas y libros de colorear durante la infancia. Conforme se entra en la etapa de la adultez, esta práctica suele quedar en el olvido. Sin embargo, quizás es momento de volver a recurrir a ella, ya que parece reportar múltiples beneficios a la salud física y mental.
Ya sea que se opte por libros sobre mandalas, paisajes, animales, dibujos animados o aquellos que ofrecen la oportunidad de colorear cuadros famosos, por ejemplo, de Vincent Van Gogh, Claude Monet, Leonardo Da Vinci o Pablo Picasso; invertir tiempo en pintar puede reducir los niveles de estrés y ansiedad, al tiempo que fomenta la atención plena.
Perderse entre dibujos y tonalidades
De acuerdo al artículo “Pintar con colores es bueno para la salud” de Sharon Theimer para Mayo Clínic, la actividad reporta las siguientes ventajas:
Primero, fomenta la atención plena, propiciando que la persona logre un mayor nivel de concentración y pueda enfocarse en el presente.
Segundo, tiene la capacidad de disminuir los niveles de estrés al promover un estado de relajación. Esto, a su vez, puede propiciar una mejor calidad de sueño, reducir el dolor corporal, equilibrar la frecuencia cardíaca, regular la respiración y aminorar los síntomas de depresión y ansiedad.
Tercero, ayuda aceptar las imperfecciones. El objetivo principal de la actividad es obtener un momento de esparcimiento y diversión, por tanto, no importa tanto el tiempo invertido o las habilidades demostradas, sino el estado de ánimo al desempeñar la tarea.
No sucede por arte de magia
De acuerdo a las declaraciones de Amaya Terrón, psicóloga, en el artículo de Jaime Rubio Hancock, para “Verne”, colorear sirve para distraer la mente porque “los movimientos rítmicos, regulares y suaves con un impacto en el papel, rellenando espacios delimitados, pueden hacer que la persona se enfoque tanto en la tarea que está llevando a cabo que pueda desconectar de otros pensamientos intrusivos o ansiógenos con el entrenamiento correcto”.
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El entrenamiento correcto al cual hace referencia Terrón implica conformar un hábito, es decir, dedicar tiempo y energía de manera regular a desempeñar una actividad.
Daryl Austin apunta para National Geographic que no existe un tiempo determinado para establecer una rutina. Mientras que algunos estudios señalan que bastan 21 días, otros indican que el periodo es más prolongado, estableciendo los márgenes en casi en 254 días.
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Quienes deseen un momento de esparcimiento, una alternativa viable puede ser ir a buscar un libro de colorear, junto con plumones y crayones, poner manos a la obra y disfrutar de los beneficios que la actividad brinda a la salud.
