Desde el principio de los tiempos, la humanidad creó leyes para regir su conducta. Junto a la aparición de las normas sobrevino el origen de los premios y de los castigos, dando paso a la idea de un “infierno”.
La mayoría de las religiones sostiene la existencia de un sitio oscuro donde moran las almas perdidas. A continuación, los motivos por los cuales un alma puede ser condenada.
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Diferentes infiernos, pero un mismo destino
Iniciemos nuestra travesía por el abismo en la mitología griega y egipcia, prosigamos con la tradición católica y musulmana.
1) El infierno en la mitología griega
Para los griegos, los muertos eran encerrados en el Hades, después de que Caronte, el barquero, conducía sus almas del mundo de los vivos a la morada del dios del Inframundo. No obstante, si los viajeros no tenían cómo pagar a Caronte, se les impedía el paso y su espíritu quedaba varado en la tierra.
Una vez en el Inframundo, dependiendo de su anterior conducta, las personas tenían dos destinos: los Campos Elíseos o el Tártaro. En el primero se les daba a beber agua del río Lete para olvidar su dolor. Por el contrario, el Tártaro aguardaba suplicios y tormentos.
2) El infierno según la mitología egipcia
Pasemos a la versión egipcia. Osiris fue traicionado, asesinado y mutilado por su hermano Set, quien buscaba el control del mundo. Isis, en estado de desesperación, busca a su esposo y reúne las partes de su cuerpo para devolverle la vida.
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La diosa casi cumple su propósito, pero al no poder recuperar un miembro crucial de la anatomía masculina de Osiris, el dios decide descender al inframundo e instaurar allí su reino.
Al fallecer, las personas conocían a Osiris, quien pesaba su corazón en una balanza.
En un lado se colocaba el Ma'at (la armonía, la honestidad y la rectitud) y en otra el corazón del muerto. Si la balanza se inclinaba a favor del Ma'at, el fallecido aseguraba la dicha eterna.
Sin embargo, si el corazón era más pesado, el final del camino era la oscuridad absoluta. La persona era condenada a la no existencia.
3) El infierno según la iglesia católica
En la tradición católica encontramos el concepto de infierno, como un sitio donde las almas que no han cumplido con los mandamientos, encontraran un castigo eterno por sus pecados de palabra, obra y omisión.
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Los siete pecados capitales son :
- Soberbia
- Avaricia
- Lujuria
- Ira
- Gula
- Envidia
- Pereza
4) El infierno según Dante Alighieri
El escritor italiano Dante Alighieri plasmó una representación gráfica del infierno en su obra “La divina comedia”, escrita entre 1304 y 1321 en Italia.
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El infierno para el poeta se compone de nueve círculos. En el primero aguardan las almas de quienes no fueron bautizados o cuyo periodo histórico antecede al nacimiento de Jesús. Es el limbo. El segundo círculo está dedicado a la lujuria, quienes cedieron de manera compulsiva a las apetencias de la carne, se ven arrastrados por el viento.
El tercer círculo se reserva a la gula, las personas están sepultadas en el fango. Por su parte, en el cuarto círculo está dedicado a la codicia, donde se obliga a realizar trabajos pesados. En el quinto habitan los iracundos y los perezosos, unos encima de los otros. Las almas de los herejes se queman a perpetuidad en el sector seis.
Mientras que los violentos en el séptimo círculo son obligados a bañarse en sangre hirviendo, devorados por perros salvajes o soportan una lluvia de fuego infinita. Entre más avanzamos por los estadios, el escenario se vuelve más terrorífico. El octavo centro sentencia el fraude con azotes, estiércol y diversas torturas físicas, a saber, desgarramiento y mordeduras.
La traición es considerada la peor de las ofensas. En el noveno círculo habita Lucifer, en compañía de Judas, Caín y los asesinos de Julio César.
5) El infierno según la tradición musulmana
Para la tradición musulmana, acorde a lo expresado en el libro “Las mil y una noches” de autor Anónimo, una recopilación escrita de las historias más famosas de Oriente durante el medievo, todo aquel que no acepte que el dios verdadero es Ala y su profeta es Mahoma, arderá en desesperación en el fuego eterno de la desdicha. Nada más.
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Bajo estos criterios, ¿cuál supones que será la última morada de tu alma? ¿Vas a terminar en los Campos Elíseos o en el Tártaro? ¿Pasarás la prueba de Osiris? ¿En qué círculo del infierno de Dante vas a vivir? ¿Cuáles son tus pecados o los motivos que te pueden condenar? Sin pena, nadie se va a enterar.
