En días pasados, el empresario Mark Zuckerberg explicó los planes de Facebook para construir el “metaverso”, un mundo digital construido sobre el nuestro, al que tendremos acceso por medio de lentes de realidad virtual y realidad aumentada, ¿pero en qué consistirá esta nueva experiencia y en qué será útil para nuestra vida diaria?
COMO SI EL INTERNET COBRARA VIDA, UNA IDEA DE MARK ZUCKERBERG
En esencia, y de acuerdo con lo explicado por Zuckerberg, el metaverso permitirá a los usuarios interactuar a distancia, con una mezcla de elementos virtuales y presenciales.
Victoria Petrock, experta en tecnología, lo describe así: “Piensa en el metaverso como si Internet cobrara vida, o por lo menos fuera representado en tercera dimensión”.
Y añade que "se trata de un entorno virtual en el que puedes adentrarte, en lugar de limitarte a verlo en una pantalla. Esencialmente, es un mundo de comunidades virtuales interconectadas donde la gente puede reunirse, trabajar y jugar, utilizando dispositivos de realidad aumentada o aplicaciones para teléfonos inteligentes”.
¿QUÉ PODREMOS HACER EN EL METAVERSO DE FACEBOOK?
“Gran parte de la experiencia del metaverso consistirá en poder teletransportarse de una experiencia a otra”, afirmó Zuckerberg. De manera que en el metaverso tendremos la posibilidad de acudir a un concierto virtual, hacer un viaje en línea, y comprar o probarnos ropa digital.
En medio de la pandemia, el metaverso podría jugar un papel importante en entornos laborales, donde en lugar de ver a los compañeros en videollamadas, los empleados podrían reunirse virtualmente. Ya Facebook ha lanzado un software de reuniones de realidad aumentada para empresas, aunque las primeras críticas no han sido muy buenas.
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Aquellos usuarios que cuenten con los dispositivos requeridos podrán diseñar sus avatares por los que podrán recorrer mundos virtuales creados por empresas.
“Las empresas tecnológicas aún tienen que averiguar cómo conectar sus plataformas online entre sí, además de establecer un conjunto de normas de interacción”, explicó Victoria Petrock.
