Diversos ciudadanos de Nuevo Laredo conocen la siguiente leyenda urbana: un hombre quien se especula es veterano de guerra estadounidense, casi sexagenerio, de nombre Esteban, nombrado “El soldado enamorado”, acude a diversos puntos de la ciudad, durante el 14 de febrero, con un ramo de flores, esperando la llegada de un antiguo romance, quien responde al nombre de Cecilia.
De acuerdo a diversas versiones, Esteban y Cecilia, quien se presume es una mujer mexicana, oriunda de la ciudad fronteriza, se conocieron durante los años 90, compartieron una breve historia de amor que no fructificó en nada sólido. No obstante, él sigue anhelando su recuerdo. La pregunta es: ¿por qué ella nunca ha acudido a su encuentro?
La presencia del hombre divide opiniones
Como esta casa editora ha reportado en anteriores ocasiones, la presencia del denominado “Soldado enamorado” o “Soldado del amor” divide la opinión pública de Nuevo Laredo. Hay quienes consideran que es un gesto romántico de alguien que persiste en sus sentimientos, para otros es una muestra de obstinación.
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Es fácil especular que si Cecilia existe sabe que la están buscando. La imagen del hombre, quien se cree se llama Esteban, ha recorrido el estado de Tamaulipas. Siempre el mismo día, con el mismo traje, en la misma ciudad, él la espera, pero ella no acude a su encuentro.
La importancia de cerrar ciclos
De acuerdo a Aidee Rodríguez Serrano, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, para Revista Global, poner fin a una relación implica aceptar que el amor, así como tuvo un inicio, tiene también un final.
Cuando una relación de pareja termina a menudo los implicados, sobre todo quien todavía está enamorado (a) se cuestiona acerca de qué pudo haber hecho de manera diferente para conseguir sus objetivos románticos. No obstante, apunta Rodríguez Serrano, esto no es fructífero, en vista de que aceptar cuándo una relación no tiene futuro es un punto clave para el bienestar emocional.
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Para cerrar ciclos, Serrano aconseja apostar por la sinceridad y el autoconocimiento. Es decir, reflexionar sobre qué resultó bien y no tan bien en la relación, agradecer por lo vivido, aprender a perdonar los errores y omisiones, tanto propios como ajenos, y continuar cada quien su camino.
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Ante la pregunta de ¿Quién es Cecilia y por qué nunca ha ido al encuentro de “El soldado enamorado”? Quizás la respuesta sea la misma a la cual se han enfrentado múltiples personas que como Esteban permanecen en la ilusión de una reconciliación: Cecilia no ha aparecido porque no lo desea.
