¿En ocasiones te sientes feliz y motivado, mientras que otras veces cundes a la apatía y a la desgana? ¿Te has percatado de que a las demás personas les sucede casi lo mismo?
Todo es culpa de la dopamina: el neurotransmisor de la felicidad, el cual regula los estados de ánimo, además de influir en los mecanismos de recompensa del cerebro. Entonces, ¿qué es la dopamina? y ¿por qué es tan importante?
La dopamina: el mensajero de dos caras
La dopamina es un neurotransmisor, una molécula química del sistema nervioso central y es la responsable de los niveles de felicidad y placer que experimenta una persona a lo largo de su vida.
Cuando los niveles de dopamina en el cerebro se mantienen estables, tanto la habilidad motriz, como los sentimientos y las emociones de una persona presentan un balance adecuado. No obstante, cuando la dopamina disminuye o aumenta, se da inicio a una serie de escenarios catastróficos.
En su estudio “sobre la relación de la dopamina con el proceso de recompensa en personas con depresión”, la Universidad de Londres asocia los bajos niveles de dopamina a sentimientos de pesimismo y desesperanza, a estados de poca o nula motivación para realizar actividades y a escenarios como la anhedonia, la incapacidad de sentir placer o satisfacción.
Por el contrario, un aumento en los niveles cerebrales de dopamina puede ocasionar trastornos mentales como la esquizofrenia y cuadros maniaco-depresivos. A esto hay que añadir la probabilidad de desarrollar una conducta adictiva, tanto a sustancias, como a actividades. Aquí se presentan casos de adicción a drogas o comportamientos destructivos como la ludopatía o la hipersexualidad.
De igual manera, las alteraciones de dopamina en el organismo se vinculan a diagnósticos clínicos de depresión y mantienen una fuerte relación con la enfermedad de Parkinson.
¿Cómo mantener niveles estables de dopamina en el cerebro?
Primero, es importante aclarar que en caso de notar desórdenes de la conducta y cambios bruscos de comportamiento sin explicación, lo mejor es acudir a un profesional de la salud, quien puede establecer el diagnóstico y tratamiento adecuados.
Sin embargo, existen herramientas al alcance de la población para cuidar los niveles de dopamina. De acuerdo a la psicóloga Ana Guerrero Braña y a la asociación Parkinson Bahía de Cádiz, las siguientes acciones propician un aumento de los neurotransmisores en el organismo:
Fomentar la cooperación y no la competencia entre semejantes.
- Escuchar música.
- Experimentar sensaciones de gratitud hacia el entorno y las condiciones de vida actuales.
- Controlar los niveles de estrés en todos los campos, desde el laboral hasta el familiar.
- Establecer metas a largo plazo y trabajar de manera activa en su realización.
- Mantener buenos hábitos de sueño, se recomienda dormir un promedio de 7 horas al día.
- Promover la curiosidad intelectual: leer, viajar, escribir, acudir a museos o conferencias, etc.
- Crear vínculos interpersonales sanos con nuestros allegados: familiares, amigos, compañeros y conocidos.
Las afecciones a la salud mental le pueden ocurrir a la población general sin distinción. Cualquier persona, en cualquier momento de su vida, puede ver comprometidos sus índices cerebrales de dopamina, por lo tanto, es importante tratar el tema con empatía y respeto.
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En esta vida, todos podemos pasar por épocas muy oscuras o por períodos de genuina alegría, lo importante es entender que está ocurriendo en nuestro cerebro para tomar las medidas adecuadas a la situación.
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La próxima vez que comiences a tararear una canción de manera espontánea, o cuando te enojes por una nimiedad, recuerda que es muy posible que la dopamina, el neurotransmisor de la felicidad, tenga la culpa de todo.