Un aval es una persona que actúa como garantía de que pagará el adeudo o crédito que otra solicita, esto quiere decir que si la persona o empresa que contrajo la deuda no paga, la institución que realizó el préstamo tiene derecho a exigir al aval que cubra la deuda.
Al fungir como aval de la deuda esta pasa a tu nombre y tienes la obligación de pagarla aunque no te hayas gastado ese dinero, además, si tienes un buen historial crediticio es un riesgo ser aval de una persona, que de antemano sabes que quedará mal, aunque el adeudo no sea por mucho dinero, esta situación puede afectar tu situación.
''Aceptar ser aval te convierte en deudor solidario''
Debido a esto, la institución que otorgó el crédito querrá recuperar su dinero, por lo que estarán llamando a tu casa, a tu celular o a las referencias que diste para poder realizar algún cobro, y lo peor del caso, es que si la deuda llega a proceder jurídicamente, tendrás que afrontar acciones legales en tu contra, corriendo el riesgo de embargo del bien que se tiene como garantía del adeudo.
Eustaquio Reyes Hernández, experto en el tema, comentó: “Aceptar ser aval te convierte en deudor solidario, es decir, también afrontarás las consecuencias de a quien le brindaste la ayuda firmando un documento de garantía de algún préstamo o crédito, estás obligado a hacerte cargo en caso de incumplimiento con los pagos, por lo que si te han pedido ayudarlos de esta manera debes considerar decir NO a tiempo”.
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“Hay ocasiones en que es muy difícil decir NO, hasta que aprendes de mala forma que era mejor dar una respuesta negativa a aceptar algo con peores consecuencias. Aceptar ser aval de alguien, por conocido que sea, es una responsabilidad que suele traer más contras que pros”.
Buró de Crédito
El entrevistado comentó que la Ley ampara el pago de la deuda, además de que pueden llegar a un embargo en caso de carecer de recursos para enfrentar sus obligaciones, procediendo en alguna situación a retener bienes, además de que tanto el deudor como el aval son reportados al Buró de Crédito, pues es una de las consecuencias de no pagar a tiempo, disminuyendo así la posibilidad de acceder a posibles créditos de manera futura.
“Cuando una persona no cercana a nosotros nos pide que seamos su aval, es relativamente sencillo decir NO, porque conocemos los riesgos en los que nos veremos involucrados; pero al tratarse de un amigo cercano, un hijo o hermano, no sólo nuestros bienes e historial crediticio están en juego, sino también una relación que tenemos con esas personas que estimamos, ya que al no pagar y nosotros perdemos la casa ¿podríamos perdonarlos?''
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El entrevistado agregó "Otro de los puntos que rondan a la figura del aval es si puede deslindarse de la responsabilidad, pero solo la institución que otorgó el préstamo o crédito es la única figura encargada de autorizar este cambio''.
"Considera todo lo que sepas de esa persona que te pide firmar como su aval; si se trata de un familiar, amigo o conocido. Verifica que sea alguien responsable y formal. Puedes investigar sus hábitos de pago preguntando a otras personas sobre su comportamiento.''
Debes tener solvencia económica
Hizo énfasis sobre la importancia de informarse sobre el tipo de crédito que la persona avalada va a contratar, tomando en cuenta que la deuda podría llegar a ser tuya y debes conocer sobre los detalles por cualquier contingencia que llegara a presentarse.
"Ten en mente que debes tener solvencia económica, porque la necesitarás en caso de que tu avalado necesite ayuda con su préstamo y así evitar problemas, asegúrate que tus ingresos sean estables y no tengas deudas gravosas, para que puedas ayudar a la persona por quien firmaste en caso de que lo necesite'', comentó.
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La opción más sencilla es negarse a ser aval si no tienes plena confianza en que la persona pagará en tiempo y forma su adeudo, aunque lo tomen a mal tus conocidos o familiares; no por ayudar a otra persona vas a echar por la borda la buena reputación de tu historial crediticio.
Aceptar la solidaridad en una deuda te obliga a tomar una responsabilidad que no es tuya, por lo tanto, ¡piensa antes de dar el sí, ahora que ya conoces las consecuencias legales y financieras de ser aval.