La tradición que inició en el 2010 no se vio interrumpida este 2020 por la situación pandémica que se vive, por lo que portando un cubrebocas, guantes y guardando la distancia recomendada, el presbítero Gustavo Solís Guillú realizó la "bendición de las mochilas", en esta ocasión en el templo de San Pedro y San Pablo, realizando otras iglesias de Tampico celebraciones similares a favor de los miles de estudiantes que regresan a clases en la "nueva normalidad".
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"Estamos muy concientes que ahora las mochilas no se están ocupando de momento, pues ahora son clases en línea o por la televisión, pero nosotros nunca podemos morir en la esperanza por eso vamos a bendecirla, con nuestra imploramos a Dios todo esto pase y que pronto pueda volver la vida a ser presencial y ocupen sus útiles y vuelvan a clases los niños y jóvenes".
Añade que la bendición de las mochilas es también un mensaje para reafirmar la fe, "porque hoy escuchamos muchas noticias y algunas de esas informaciones son reales pero otras causan condición, pero nuestra gente necesita alentar su esperanza de que Dios no nos abandona en estos momentos y que podemos superar esta situación para volver a estar todos bien y confiar en que su voluntad siempre es buena".
Señaló el sacerdote Solis Guillú, indicando que regresar a las aulas es parte de la educación, " porque en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje hay está conciencia de que el contacto entre alumnos y maestros deja mucha riqueza, además de todos los conocimientos académicos, científico y tecnológico que pueden adquirirse en la formación de las escuelas".
Cuando el alma está alimentada, expresó, las personas nos transformamos y sobre todo cuando nos alimentamos de las cosas de Dios y es necesario que no solamente nos preocupemos de qué los centros comerciales estén abiertos, que eso es muy bueno también nuestras iglesias porque Dios también es necesario en el corazón, pues mientras no sembremos en las almas, difícilmente la humanidad va a cambiar y con estos actos alentamos esa fe y esperanza".
