Al convertirse el municipio de Ébano en la cuna del petróleo en nuestro país, enseguida comenzó a tener un importante papel en México, atrayendo el interés de extranjeros, mayormente norteamericanos, que buscaban lugares para establecer sus viviendas.
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Así, personajes como Edward Laurances Doheny decidió construir su casa en lo que puede considerarse la primera vivienda, con todas las comodidades de su época en este municipio del oriente potosino.
LA LLEGADA
Edward Doheny llegó a la región atraído por el oro negro, en el año 1900, comprando a Don Mariano Arguinzoniz la hacienda El Tulillo, pagando por ella apenas 300 mil pesos.
El precio fue así de bajo, ya que Don Mariano comentaba que ese predio no le servía para nada, pues estaba hundida en un lodo pegajoso, que no dejaba practicar la ganadería ni la agricultura.
Pero Doheny sabía su cuento y a que le apostaba, apenas compró la tierra organizó la “Huasteca Petroleum Company” y comenzó a perforar precisamente en Ébano, una ranchería de la Hacienda El Tulillo, donde brotó el primer pozo petrolero del país, en el año de 1901.
DECIDE ASENTARSE
Ya con el inicio del negocio el norteamericano decidió asentarse en esta tierra que prometía demasiado, por lo que ordenó la construcción de una vivienda digna.
Así comenzó la edificación de un magnífico inmueble, entre mayo de 1907 al 17 de septiembre de 1908, para ser entregada a quien ordenó su construcción, el dueño del Campamento Petrolero El Ébano, Mr. Edward Laurances Doheny.
El inmueble era neoclásico, construido a base de ladrillo rojo traído de Inglaterra, sus pisos tapizados con duela, el cuerpo de la casa descansaba en sus pilotes de madera que con el paso de los años fueron sustituidos por mampostería, su estructura inferior es de madera, caballetes, puertas y plataforma rematando sus techos y ángulos con lágrima.
Proyectó habitarla en 1909, llegando por vez primera a Ébano con su esposa Carrie Betzold en el mes de agosto para quedar instalados en diciembre del mismo año.
Pero poco les duró el gusto, ya en el año de 1910 el matrimonio Doheny decidió cambiar su residencia a Tampico, al sur Tamaulipas, donde realmente se asentaba el poder, la toma de decisión y el desarrollo de negocios relacionados con la industria petrolera.
CAMBIA DE DUEÑO
La residencia al ser desalojada por Doheny fue asignada al ingeniero William Pearson, mejor conocido como Mr. Willy, brazo derecho del señor Doheny quien la habitó los siguientes años.
En 1938, con la Expropiación Petrolera y la nacionalización de la industria, la Huasteca Petroleum Company desaparece y se genera la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) por lo que los extranjeros debieron abandonar las zonas de producción.
Es así como la Casa No. 1 pasó a ser ocupada por el señor José Juan Zamora, quien cambia la nomenclatura de la hasta entonces conocida como Casa de Doheny a Casa No. 1 de la colonia Americana y posteriormente nace la colonia 18 de Marzo.
Zamora, quien fuera secretario general de la Sección 3 de Petróleos Mexicanos, a pesar del confort y comodidades que brindaba decide abandonarla y siguió viviendo en el campo petrolero en la casa que le había asignado la compañía.
Posteriormente la vivienda fue habitada por los superintendentes del Distrito Norte, ingeniero Manuel Fernández De la Vega, Rodolfo Domínguez de la Vega, Carlos Cuéllar Angulo, Ángel Castrejón Muñoz, Genaro Álvarez González, Luciano Flores Plauchu, Salvador Macias Herrera, Cuauhtémoc Urzúa, Roberto Rojas Castrejón y Manuel Corona Cerecedo.
Por razones administrativas Pemex en 1984 decide cambiar su sede al campo Tamaulipas, en el municipio de Altamira, quedando ese predio sin uso.
Esto permitió que 1997 Petróleos Mexicanos desincorpora de su activo de propiedades lo que había sido talleres, terrenos de la zona industrial, el Casino Petrolero y los edificios construidos en el centro de La Dicha, así como la Casa No. 1.
En este proceso fue convertida en recinto artístico, hasta que en el año 2004 se decide ponerle el nombre de Casa de la Cultura “Profra. Julia Menindez Ponce”, en reconocimiento a la trayectoria profesional y artística de quien laboró durante varios años en la escuela Primaria “Artículo 123 Ignacio Zaragoza”, quien logró reconocimiento a nivel nacional.
“Se ha pugnado porque el sueño de que el edificio de la Casa No. 1 se convirtiera en una realidad y mediante muchos esfuerzos es una fortaleza y baluarte de la historia y actualidad de Ébano” dijo el cronista de la ciudad, Gilberto Trujillo Hernández.
El gobierno local que preside Crispín Ordaz Trujillo, realiza la obra de rehabilitación del inmueble, a fin de que funcionen oficinas administrativas del Ayuntamiento, comprometiéndose a preservar la belleza y riqueza de esta histórica casa.
