El no poder despedir a familiares o amigos muertos por el Covid-19, genera un estrés postraumático con alto grado de convertirse en un duelo patológico, que se puede extender por años, derivado a que por las restricciones sociales se impide recibir abrazos de los seres queridos, que en un momento de dolor es imprescindible para superar la pérdida.
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Soraya Elizabeth Sánchez Diez de Pinos, coordinadora estatal de salud mental en la Secretaría de Salud de Tamaulipas, explicó que en medio de la pandemia el proceso de adaptación para el familiar en duelo, es diferente y complicado, porque entra primero en un estado de shock, que lleva a una tristeza profunda con frustración entrando a un estado de impotencia.
Dijo que al no existir una despedida con el ser amado y no poderle brindar el evento póstumo como es tradición en México, hace que se agudicen los síntomas, acumulándose además, el miedo, la incertidumbre, angustia, coraje, ira, ansiedad y depresión, que toda persona puede desarrollar por el simple hecho de vivir la contingencia, al ser una enfermedad de la que no se tiene un tratamiento para curarla.
“Es una muerte inesperada, así que el proceso de duelo empieza a vivirse desde antes no necesariamente cuando pierde la vida el familiar, ese tipo de muertes inéditas causan impotencia, con la sana distancia evita que el doliente reciba abrazos y saludos, lo que hace que el duelo sea cada vez más difícil, la ausencia de una despedida agudiza los síntomas y la falta del reconfortador contacto físico que brinda el ritual funerario, puede convertirlo en algo patológico”.
Al presentar la videoconferencia “Duelo en tiempos de Covid”, organizada por la Secretaría de Investigación y Posgrado de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, la experta indicó que cuando el paciente con coronavirus muere en el hospital, es fundamental que el personal de Salud facilite aparatos digitales para un proceso de despedida con los más allegados.
Explicó que mientras el paciente está internado se genera angustia y desesperación entre sus familiares, lo que agudiza el desequilibrio de las emociones, por el miedo y la incertidumbre de no saber como va a terminar el proceso, al estar conscientes de que no existe tratamiento que garantiza la vida de las personas.
Finalmente dijo, que una vez que se confirma la muerte de la persona, es indispensable que los amigos o familiares, mantengan contacto vía videollamada, hacer del conocimiento a niños y abuelitos sobre la pérdida y mantener el contacto emocional ‘a distancia’ para reducir los riesgos de caer en un duelo patológico.