Los antifaces, lentejuelas, plumas, baile y la alegría del Carnaval regresa a Tampico, las comparsas afinan detalles de sus coreografías y se preparan con sus mejores pasos de baile.
Utilizan como escenario de ensayo escuelas de baile, canchas deportivas, plazas públicas o hasta las calles para participar en esta edición post pandemia.
Las llamadas fiestas carnestolendas fueron suspendidas en el 2021 debido a las restricciones derivadas del Covid-19, este 2022 regresa del 25 al 28 del marzo y se podrá disfrutar a lo largo del bulevar Fidel Velázquez.
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Entre bordados, pegamento y cosidas se arman los vistosos trajes que regresarán el colorido opacado por los días complejos de confinamiento.
OASIS, EN PREPARACIÓN
La comparsa Oasis desde el año 2014 participa en la fiesta y forma parte de los 32 contingentes inscritos, además son los actuales campeones de la última edición que se realizó de manera conurbada y buscan refrendar el título en la categoría adulto popular, para esto se preparan en la Unidad Deportiva de Tampico, de lunes a viernes dos horas diarias.
“Desafortunadamente el año pasado se canceló, fue un golpe muy duro para todos los que amamos bailar y divertirnos con estas tradiciones del puerto jaibo, sí nos pegó muy fuerte pero entendemos que la salud es primero”, dijo Abraham Quilantán Hernández, director y fundador de esta agrupación.
Los efectos de la pandemia también pegaron a las comparsas, por lo que fue difícil conformar el grupo, ya que muchos se negaron a participar debido a problemas económicos por falta de empleo o temor de contagios.
En ediciones anteriores la comparsa era de 40 jóvenes y para esta edición sólo aceptaron participar 25 personas, con las que aseguran darán un gran y vistoso espectáculo.
Los participantes son de diferentes colonias como la Del Pueblo, Tamaulipas, zona centro, entre otras y a lo largo de sus participaciones han tenido la fortuna de ganar tres segundos lugares y cuatro veces se han coronado campeones, lo que los motiva a prepararse e innovar vistosas coreografías y vestuario para refrendar el título.
INVIERTEN MÁS DE DOS MIL PESOS EN VESTUARIO
Para conformar el grupo de bailarines lanzaron una convocatoria a través de su página de Facebook, invitan a un casting de actitudes, se les cita para que asistan a ensayar y si les gusta y pueden cumplir con horarios de baile son aceptados.
Pero además, los que se sumen a la comparsa deben solventar el costo de su vestuario, que este año cada uno tiene un costo de 2 mil 500 pesos, ya que muchos de los enseres necesarios subieron de costo notoriamente.
HISTORIA DEL CARNAVAL DE TAMPICO
De acuerdo al Archivo Histórico de Tampico, el registro de esta fiesta popular se remonta al año de 1835, en los bailes de máscaras que la Lonja Mercantil, que se desarrollaban en su teatro, en el predio que hoy ocupa el edificio Águila, propiedad de Pemex.
Ya en 1925 comienza a realizarse de manera anual, ya no sólo como bailes de clubes o asociaciones, se organiza por comités y se transforma en una fiesta popular. En este año aparecen los primeros carros alegóricos iluminados, surge la reina del carnaval, el rey feo y el entierro del mal humor.
Entre 1941 y 1946 no se realizó el carnaval, aparentemente por problemas económicos; también corresponde esta etapa con el final de la Segunda Guerra Mundial (1945), una época de carencias en todo el orbe.
Pero después de 1947 y hasta 1955 los carnavales porteños tienen su mayor auge y en 1956, pese a los destrozos del Huracán Hilda, sí se llevó a cabo.
Se tiene registro de suspensión de 1980 a 1996, en 2020 se realiza de manera conurbada entre Tampico, Ciudad Madero y Altamira; en el 2021 se suspende por la pandemia y este 2022 promete regresar con fuerza y sobre todo alegría.
UNA TRADICIÓN DE ARRAIGO QUE REFLEJA EL ÁNIMO DE LOS TAMPIQUEÑOS
El carnaval ha sido una de las tradiciones más arraigadas en la vida social del puerto y si por algo se mantiene viva esta fiesta, es por el constante interés y la participación de los integrantes de las comparsas que año con año ensayan y preparan sus números, vestuarios y demás parafernalia”, comentó Josué Iván Picazo Baños, promotor cultural.
Como fiesta popular, es también una manera de conocer el estado anímico de la población y la oportunidad para identificar los elementos culturales que inspiran y divierten a los porteños, consideró el entrevistado.
Así como en el año 1956 se realizó el carnaval pese a la destrucción que dejó el Huracán Hilda, que este año se lleve a cabo la fiesta es un buen síntoma de que los tampiqueños quieren recuperar el curso de la vida social, pese a las dificultades que nos ha dejado la pandemia.
