Sentido adiós dieron familiares, colegas y amigos al señor Agustín Francisco Jiménez Hernández en un homenaje póstumo desarrollado ayer en las instalaciones de El Sol de Tampico, su casa, donde laboró por más de cincuenta años.
Justo al mediodía del miércoles en las oficinas de esta Editora se recibieron las cenizas de quien fuera nuestro Director que llegaron en manos de sus hijos María Elena y Agustín Jiménez Cervantes así como Francisco Antonio Jiménez Alvarado.
Te puede interesar: Gran consternación ha generado el fallecimiento de nuestro Director
Entre aplausos y gran emoción colaboradores, personal, amigos, autoridades, ejecutivos y personas cercanas a él dieron la bienvenida para dar paso a una emotiva homilía oficiada por el Padre Silverio Martínez Bárcenas.
La redacción de este rotativo, donde durante más de medio siglo el Señor Jiménez desarrolló su labor periodística lo recibió por última vez, uniéndose las plegarias de los asistentes por pronta resignación para su familia.
En el responso estuvo presente su madre, la Sra. Magdalena Jiménez Hernández, quien recibió las condolencias ante tan irreparable pérdida.
Concluido el protocolo religioso, el director adjunto de El Sol de Tampico, Benito Morante Silva, agradeció a los presentes por su asistencia e hizo un llamado a los trabajadores a seguir poniendo en alto el nombre del periódico en honor a su predecesor, dedicándole además un minuto de aplausos.
Su hija María Elena Jiménez dio las gracias por las muestras de cariño y solidaridad, reiterando que la memoria de su padre debe ser honrada a través del esfuerzo y el trabajo en equipo, ya que durante su liderazgo nuestro impreso siempre permaneció como el número uno en la región.
Excompañeros de trabajo y de la Secundaria General Francisco Nicodemo, conocida como la Prevo Uno, tomaron el micrófono para recordar los buenos momentos que tuvieron la oportunidad de compartir junto a su querido amigo Agustín.
Finalmente se llevó a cabo el último recorrido de Don Agustín por las instalaciones de la empresa a la que dedicó su talento y más de medio siglo de vida. El simbólico trayecto encabezado por su familia comenzó en Redacción y continuó por su oficina, pasando por el área administrativa, la hemeroteca, la rotativa y terminando en la entrada del inmueble.
Fue de esa forma como EL SOL DE TAMPICO le rindió homenaje a quien llegó a esta grandiosa empresa en 1968 y ayer, 23 de octubre de 2019, le dio el último adiós a las instalaciones que fueron su segundo hogar.