Una época de unión y de mucha alegría era la que se vivía en Tampico durante las posadas que se celebraban en las primeras décadas del siglo XX; así ha quedado constancia en crónicas y textos históricos que se refieren a estos festejos.
En “Tampico (apuntes para su historia)”, Juan Manuel Torrea e Ignacio Fuentes dan cuenta que, como es costumbre, las posadas daban comienzo el 16 y concluían el 25 de diciembre, donde además de las ceremonias religiosas, se celebraba en casas particulares.
“(Las posadas) terminaban por lo general en un baile que se prolongaba hasta las primeras luces de la mañana, en medio de entusiasmo y alegría”.
Asimismo, era tradición que durante las posadas se realizara una feria en la plaza de Armas, donde había expendios con diversas actividades y se llevaba a cabo la venta de comida, como “tamales, atoles, enchiladas y toda clase de fruta, especialmente de cacahuate que era lo típico de la fiesta, pues amanecía el suelo lleno de cáscaras de esa fruta”.
Torrea y Fuentes señalan que también se instalaban puestos donde se realizaban rifas de loza y cristalería, además de mesas de juego, entonces permitidas, “a veces esta feria se prolongaba hasta el día último del año”.
ASÍ ERAN LAS CENAS DE NAVIDAD EN EL “TAMPICO ANTIGUO”
Por su parte, María Antonia Alanís de Salazar, evoca las posadas organizadas en los templos católicos donde la gente acudía a rezar el rosario, cantar villancicos y hacer ruido con las panderetas, la sarta de cascabeles y muchos iban a pedir posada.
“Después de la bendición con el Santísimo, los niños pasaban al patio a romper la piñata y a recibir sus bolsas con colaciones y cacahuates”, afirma la autora en su libro “En el Tampico aquel”.
Sobre los platillos, en las residencias más acomodadas había bacalao a la vizcaína, mole de guajolote, pierna de jamón planchado, jamón serrano español, empanadas de camarón, ricos turrones de alicante.
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“Las almendras que nunca faltaban ni los higos de Esmirna, los vinos finos franceses y españoles eran complemento de ese verdadero banquete”, remarca la escritora.