Hijos de reclusos, no están solos

Son 400 beneficiados de diferentes niveles educativos en esta mancha urbana fronteriza, con una inversión de 200 mil pesos mensuales

Jaime Jiménez

  · viernes 11 de octubre de 2019

Las madres reclusas pueden tener a sus hijos hasta que cumplan 3 años

Reynosa, Tams.- Su día comienza sin preocupaciones, mientras las horas pasan sin cesar, piensan en jugar, ir a la escuela, hacer su tarea, comer y obedecer las instrucciones de sus madres o sus abuelos. Cierto día sentados alrededor de la mesa sin ganas de probar bocado Santiago, un niño de 6 años de edad, preguntó: ¿Cuándo voy a ver a mi papá?.

Cabizbaja y ahogando un sentimiento de incertidumbre su madre responde: "pronto lo vamos a ver, anda trabajando". Pero la verdad es que está preso con una sentencia de 10 años acusado del delito de robo con violencia, por lo que su mamá debe encarar las necesidades del hogar.

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Como Santiago, muchos niños tamaulipecos tienen padres internos en el penal, enfrentando necesidades de recursos para cubrir educación, alimentos o vestido, indispensable para vivir. Ante ello el gobierno de Reynosa, en la frontera de Tamaulipas, ha ofrecido apoyo a los niños con padres internos en el Centro de Ejecución de Sanciones (CEDES), mediante el Sistema DIF invierte en un programa de becas denominado "Apoyando tu Futuro". Reynosa encabeza la población carcelaria en el Estado con mil 216 reclusos, de los cuales mil 158 son hombre y 58 mujeres, concentrando el 27.52% de los reos en toda la entidad.

La vida para quienes se encuentran en una penitenciaria es compleja, al igual que para quienes se quedan fuera

PROGRAMA INTREGRAL

De parte del municipio se les entrega 500 pesos mensualmente a 400 menores que cursan algún grado escolar y tienen a su padre en el penal. "Queremos decirles a todos los menores que no están solos, que nos tienen a nosotros para velar por su futuro, y estando juntos sociedad y gobierno podremos llevar a estos niños de la mano hasta que se gradúen de la universidad", aseguró la alcaldesa Maki Esther Ortiz Domínguez.

No es sólo una beca mensual, es un programa integral que abarca actividades culturales, deportivas, pláticas para fortalecer el el ánimo y salir adelante. "Ellos -los niños- no tienen la culpa de tener a su padre preso”, dijo la autoridad, quien consideró que “estamos trabajando para que paguen sus libros, cuadernos, lápices, y el transporte".

El programa “Apoyando tu Futuro” se aplica en el Penal de Reynosa

DEBEN CONTINUAR ESTUDIANDO

El presidente del Patronato del DIF Reynosa, Carlos Peña Garza, indicó que la entrega va dirigida a los hijos de internos, con la finalidad que continúen sus estudios y por ningún motivo opten por engrosar las filas de la delincuencia.

Son 400 beneficiados de diferentes niveles educativos en esta mancha urbana fronteriza, con una inversión de 200 mil pesos mensuales que se aplica pese a las medidas de austeridad municipal. La importancia de estas acciones es que cada niño tenga la oportunidad de cumplir sus sueños, que puedan llegar a ser profesionistas o aprender un oficio.

“Estamos dispuestos a apoyarlos desde el kínder hasta la universidad, son parte importante de la ciudad, son necesarios y por eso queremos visualizarlos como grandes, acompañarlos en los difíciles momentos que enfrentan” dijo Peña.

El agradecimiento de las familias es evidente “la verdad si lo necesitamos, más que nada los niños porque se les compra lo que necesitan en la escuela o la despensa para la casa”, expresó la señora Rosalba.

Los hijos de presos en el Penal de Reynosa reciben apoyo mensual

CRECEN EN PRISIÓN

En el centro penitenciario femenil se siente tranquilidad, en la entrada hay un templo donde cada mañana las internas acuden para hacer oración, conectarse con sus creencias, pidiendo quizá perdón o que el tiempo pase rápido.

Algunas reclusas caminan por los pasillos con sus hijos de meses de edad entre sus brazos, alimentándolos; y, aunque cautivas, reflejan la felicidad de tener a sus hijos consigo.

Al fondo de un cuartucho de madera se escuchaba el sonido de una lavadora, mientras que Lucero "N" alimentaba a su hijo de escasos dos años de edad.