Un crimen llenó los titulares de Brasil, Isabella de Oliveira Nardoni, de cinco años, fue asesinada en el edificio donde vivía. El caso, primero, provocó estupefacción, para después desatar una reacción iracunda por parte de la población hacia los señalados responsables. Acorde a los médicos, la niña presentaba marcas de tortura previa.
El día del crimen, en el edificio London, en la ciudad de San Pablo, el encargado del lugar, después de escuchar un golpe seco, se dispuso a buscar el origen del sonido. Entonces, encontró a Isabella, tirada en el pasto. Ella respiraba, pero estaba muy malherida.
¡Ayuda, por favor!
A partir del documental “Isabella: El caso Nardoni”, sabemos la siguiente información:
“¿Me escucha? Entró un ladrón al edificio y tiró a una niña de la ventana. ¡Ayuda! ¡Por favor!”, esas fueron las palabras del administrador del edificio cuando solicitó refuerzos a las 23:50 horas de un viernes.
Esa primera versión de los hechos fue proporcionada por Alexander N.: un asaltante ingresó a su hogar y le causó daño a su hija. Sin embargo, la historia resultó inconsistente para la policía.
Primero, no había presencia del presunto atracador por ninguna parte. Segundo, no faltaba ninguna pertenencia en el hogar. Tercero, había indicios de que la escena del crimen había sido adulterada. Cuarto, la línea de tiempo era muy imprecisa.
¿Quién mató a Isabella Nardoni?
Cuando Ana Carolina Cunha y Alexander N. tuvieron a Isabella, ambos contaban, respectivamente, con 17 y 24 años. A los 11 meses de nacida la bebé, ambos finalizaron la relación sentimental.
Al tiempo, Alexander N. inició otra relación con Anna Carolina Jatobá, con quien tuvo dos hijos más. Al momento del crimen, los niños tenían tres años y 11 meses.
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Supuestamente, Isabella fue lanzada por el balcón, mientras su madrastra y hermanastros aguardaban en el estacionamiento. Se informó del percance a la mamá, quien llegó al lugar antes de que la niña fuera llevada al hospital, donde falleció.
Las cosas no son lo que parecen
Mientras, el padre Alexander N. y la madrastra Carolina J., insistían en la versión de un ladrón. Los investigadores encontraron restos de sangre en la habitación donde la niña fue arrojada al vacío. Además, la malla protectora de la ventana estaba rota. ¿De dónde provenía el tejido?
Después de ser examinados, los restos mortales de Isabella contaron otra historia. Antes de caer por el sexto piso, la niña presentaba indicios de haber sido asfixiada. De igual manera, se determinó que había heridas como una fractura en la muñeca y un traumatismo en el cráneo que antecedían a la caída.
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Los investigadores también notaron otras inconsistencias: el padre y la madrastra de la niña no tenían dudas, al contrario, al parecer repetían una y otra y otra vez un discurso aprendido.
El 07 de mayo de 2008, el juez Mauricio Fonseca ordenó prisión preventiva contra Alexander N. y Carolina J. acusados de homicidio premeditado.
En marzo de 2010, fueron encontrados culpables de crimen triplemente calificado y sentenciados, respectivamente, a 31 y 26 años de prisión.
¿Por qué la mataron?
Las autoridades de Brasil aducen que Carolina J. sufría de depresión postparto y carecía de amigos; en tanto que a Alexander N. se le adjudicaba un carácter violento. Señalan también un “episodio de locura compartida”.
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¿Qué motiva a alguien a arrojar a una niña, de cinco años, por la ventana? Esa es la pregunta que diversas personas se realizan. Los encontrados culpables por las autoridades de Brasil cumplen ahora una condena en libertad condicional. Ambos continúan negando el crimen.
